• Escenarios ficticio con personaje de Call of duty.
• Contenido para adultos. (+18)
• Alerta de errores y faltas ortográficas.
• Fanfic netamente inventado por mí, cualquier parecido con otra historia o fic es mera coincidencia.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Su semblante se puso pálido y todo su cuerpo empezó a temblar. Su respiración se volvió agitada y sus manos se volvieron notablemente frías.
Él estaba mirándola en esos momentos, no sabía cómo Pero la estaba mirando, podía sentirlo.
Tragó saliva con dificultad a medida que el silencio se extendía con el pasar de los segundos. La llamada fue cortada y esa fue la señal para cerrar con seguro las puertas de su auto y permanecer allí sin saber cómo reaccionar.
Permaneció allí inmóvil, buscando en alguna parte de su cabeza una solución para poder tranquilizarse aunque sea un poco.
Mordió sus uñas con fuerza mirando por el retrovisor si alguien se acercaba. Él sonido de su teléfono la aterró y sin pensarlo decidió apagarlo y dejarlo lejos de ella. Él bombeo constante de su corazón solo la hacía asustarse aún más, cada parte de su cuerpo se sentía en peligro y eso solamente la hacía desear que todo se tratara de una pesadilla.
Él suave y sutil golpeteo en su ventana la inmovilizó, nisiquiera se atrevió a mirar de reojo. Sabía que estaba allí, mirándola fijamente y pidiéndole que abriera la puerta.
Cerró los ojos, no sabía que hacer.
Si escapaba, ¿Hacia donde se supone que debía huir? Ese hombre conocía cada uno de sus movimientos, no tenía opciones.
El golpeteo en la ventanilla insistió.
Pero no abrió la puerta ni tampoco se atrevió a mirar.
—Abre la puerta.— resonó una grave y rasposa voz a centímetros de su rostro.
Él vidrio en esos momentos estaba haciendo bien su trabajo.
Él golpeteo en la puerta se volvió más insistente y eso la obligó a mirar y notar a un hombre con su frente apoyada contra el vidrio, con un pasamontañas, mirándola fijamente.
—Romperé el vidrio si no abres.
La advertencia era clara al igual que sus intenciones.
«El la quería asesinar»
No abrió la puerta y eso provocó que una risita saliera de los labios del hombre antes de que envolviera su puño con lo que parecía ser su chaleco para luego atravesar la ventana trasera de su auto, provocando que ella soltase un ahogado grito que fue callado por una de sus manos que cubrió la mitad de su rostro, haciéndole notar la gran diferencia de tamaño entre ambos.
Ella negó con la cabeza un par de veces mientras el abría el seguro de la puerta principal y liberaba su boca. Sin decir nada más abrió la puerta del chófer obligándola a pasarse al segundo asiento del copiloto, haciendo el fallido intento de quitar el seguro.
