Las semanas avanzaron y la relación entre Michikatsu y Muzan había alcanzado un nuevo nivel de intensidad. Sin embargo, un día, la actitud de Muzan cambió drásticamente. En lugar de las cálidas invitaciones y los lujosos regalos, Muzan comenzó a mostrarse distante y evasivo.
—Lo siento, Michikatsu, pero estoy ocupado- decía Muzan con un tono frío cuando Michikatsu intentaba acercarse o comunicarse con él. -Quizás la próxima vez.Michikatsu se quedó desconcertado. No podía entender por qué el comportamiento de Muzan había cambiado tan abruptamente. Cada intento de contacto se veía frustrado por la frialdad del profesor, y las excusas de estar ocupado se volvían cada vez más frecuentes.
La distancia inesperada y el rechazo comenzaron a abrumar a Michikatsu. Empezó a dudar de su valor en la vida de Muzan, preguntándose si solo había sido un juguete o una herramienta para satisfacer sus deseos. La ansiedad y el desamparo lo invadieron, y la percepción de que había sido utilizado lo llevó a un estado de angustia emocional.
-¿Qué hice mal?- se preguntaba Michikatsu mientras se dirigía a su habitación, el rostro empapado en lágrimas. -Pensé que había algo real entre nosotros..
Una noche, mientras estaba sentado solo en un rincón oscuro de su habitación, el timbre de su teléfono lo sacudió de su tristeza. Era un mensaje de Muzan, pidiéndole que lo encontraran en un simple restaurante de buen ver
Con el corazón latiendo con fuerza, Michikatsu se dirigió a la ubicación, sintiéndose más angustiado que nunca. Cuando llegó, Muzan estaba esperando en la entrada, con una expresión seria en su rostro.
-Michikatsu-dijo Muzan con un tono más suave de lo habitual, -he estado pensando mucho en nosotros. Reconozco que mi comportamiento reciente ha sido injusto.-
Michikatsu, con la vista empañada por las lágrimas, miró a Muzan con desconfianza. -¿Por qué me has tratado así? Me hiciste sentir como si solo fuera un juguete para ti.-
Muzan se levantó y se acercó a Michikatsu, tomando su mano con un gesto más tierno. -No era mi intención lastimarte. Todo esto era un plan para hacerte sentir cuánto significas para mí. Quería asegurarme de que estuvieras dispuesto a luchar por nuestra relación, a demostrarme que lo nuestro es más que solo lujo y placer..
Las palabras de Muzan impactaron a Michikatsu, quien, aunque todavía herido, sintió una mezcla de alivio y confusión. -¿Entonces todo esto fue un juego?
-No, no fue un juego,- respondió Muzan, con una sinceridad que era difícil de ignorar. -Fue una manera de probar nuestra conexión. Ahora que veo que te preocupas tanto por nuestra relación, quiero hacer las paces y demostrarte que realmente me importas.
Las lágrimas comenzaron a caer de nuevo por el rostro de Michikatsu, pero esta vez, se sentía más claro sobre sus sentimientos. Se acercó a Muzan, quien lo abrazó con calidez. La frialdad y el rechazo habían dado paso a una reconciliación sincera.
-Lo siento por haberte lastimado,- murmuró Muzan, mientras se inclinaba para besar suavemente a Michikatsu en los labios. -Quiero que estemos juntos, no solo en los momentos buenos, sino también en los difíciles.
Michikatsu, con el corazón aún latiendo con fuerza, se dejó llevar por el abrazo y el beso. Aunque el dolor seguía presente, también lo estaba la sensación de ser comprendido y valorado. -Te perdono,- dijo entre sollozos, limpiando sus lágrimas. -Solo quiero que estemos "bien".
El abrazo de Muzan y el beso reconfortante se convirtieron en un símbolo de su conexión renovada. Michikatsu se sintió dependiente de Muzan, pero también aliviado al saber que la relación aún tenía una base sólida. A partir de ese momento, ambos decidieron trabajar en su relación con un compromiso renovado, enfrentando los desafíos juntos y fortaleciendo su vínculo.