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Prólogo

 P.O.V. Narrador.

Tenemos aquí a alguien llamado Alter, un mocoso con aires de superioridad el cual fue cambiado de colegio, en primeras por sus bajas calificaciones, y en segunda porque se cambió de cuidad.

A pesar de no estar de acuerdo, a su madre no le importó y se cambiaron de casa y ciudad. Al parecer su nuevo centro educativo tenía mala fama de algunas desapariciones sin rastro, pero al haber cero indicios de que hayan desaparecido en ese lugar, no se podía hacer nada.

Entonces, llegamos a un día lunes, en el cual se desarrollaría lo primero que haría cualquier estudiante en un colegio nuevo:

El ingreso.

Fue caminando hacia el sitio ya que le quedaba cerca, y en el camino se topó con algunos estudiantes mas, pero al ser nuevo, no se le acercó a nadie por mera flojera.

Al ingresar al colegio, habían lo típico de colegios estadounidenses: Casilleros, varios salones, baños limpios, etc.

P.O.V. Alter.

—¿Sabes?— Pensando para sí mismo —No está nada mal para mi gusto. — Mientras camino hacia la dirección, pero había un problema: No tengo idea de donde está la dirección.

Miré hacia los lados buscando algún alma que me pudiera dar alguna dirección, pero no, el pasillo estaba completamente desierto.

Caminé hacia delante, y en ese instante ví a una mujer, supuse una maestra. Me acerqué a ella para pedirle direcciones, pero antes de llamarla la miré de arriba hacia abajo; ella era pequeña, pero tenía un aura... Por decirlo menos tensa.

Mirando bien, tenía un tipo de cuchilla/cutter en vez de su mano izquierda, lo que me pareció algo extraño. Pero igualmente, sin pensarlo mucho me acerqué y le toqué el hombro.

—¿Qué?— Dijo la pequeña maestra, mientras se volteaba, regalándome una mirada de irritación.

—Buenos días, disculpa, ¿sabes dónde se encuentra la oficina del director?— Dije, mientras me sentía un poco incomodo por la mirada penetrante de la mujer.

—Mmm... Está al frente, a la derecha de la cafetería.— Respondió la mujer, mientras me daba una mirada más relajada. —Espera un momento, ¿te había visto antes?— Me preguntó, mientras alzaba una ceja.

—No, soy un estudiante nuevo.— Respondí, mientras miraba hacia la dirección que me indicó.

—Mi nombre es Bloomie, Miss Bloomie. ¿Cómo te llamas, niño?— Dijo la maestra, con una mirada algo curiosa.

—Me llamo Alter, disculpa pero tengo que irme, un gusto hablar contigo.— Dije, mientras me alejaba. Podía sentir su mirada detrás mío, pero lo ignoré y seguí mi camino.

—Suerte niño. — Me respondió la maestra, mientras dejaba de mirarlo y volvía a sus asuntos.

Seguí derecho hacia la dirección que me dijo la maestra, pasando al lado de la cafetería, y ahí estaba; la ansiada oficina del director. Caminé hacia la puerta y la abrí, solo para encontrarme con la directora, la cual estaba revisando unos papeles pero al oír la apertura de la puerta de su oficina, dejó de hacerlo y me miró atentamente.

—Vaya, llegas tarde, Alter.— Dijo la directora, con una cara escéptica.

—¿Cómo es que sab— Fui interrumpido por la mujer, la cual le respondió sin rodeos. —Soy la directora, es algo que ya debo saber, ¿no?—

—Touché.— Dije, con una mirada de comprensión. —Igualmente, ¿sabe a donde tengo que ir?—

—Ten, es tu horario de la semana. —Dijo, mientras hacía una seña para que me acerque, teniendo un papel en su mano derecha.

Algo desconfiado, me acerqué a ella, tomando el papel y revisándolo. —Supongo que debo ir ahora mismo, ¿verdad?—

—Exacto, de ser tu, yo ya estaría caminando hacia allá. — Me respondió, mientras seguía revisando unos papeles.

—Muchas gracias Miss... Emm...— Dije intentando pensar un nombre.

La directora soltó una pequeña risa. —Grace, llámame Miss Grace. 

—¡Nos vemos!— Le dije, mientras me retiraba de su oficina.

P.O.V. Narrador.

Alter se apuró a su primer clase, siendo esta la clase de Lenguaje. Al llegar al frente de la puerta, este sintió un poco de inseguridad: ¿Qué sería lo primero que le dirían por llegar 5 minutos tarde? ¿Tendría que presentarse? ¿La maestra sería buena onda?

Preguntas como esas rondarían la cabeza del chico, pero al final se decidió por entrar y que sea lo que dios quiera. Al entrar, una maestra un poco mas alta que el, lo miraría con una mirada curiosa/irritada, solo para al final hablar.

—Vaya vaya, un nuevo, ¿eh?— Dijo la maestra, mientras lo veía con una sonrisa un poco... ¿siniestra?

—Vamos, ven aquí y preséntate. — Demandó la maestra, mientras le hacía una seña.

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Hasta aquí, por que me da hueva continuar.

728 palabras.

¿¡Qué diablos sucede en esta escuela!?Where stories live. Discover now