Matteo Anderson
Cuando mis ojos se abrieron, una sonrisa tiró de mis labios; frente a mí estaba mi preciosa mujer y la futura señora Anderson.
Llevo mi mano a su vientre donde crecen nuestros pequeños, un pequeño bulto el cual ya se hace visible.
Como dije aquella vez, mi mujer embarazada es una de las maravillas más hermosas la cual mis ojos pueden deleitarse, aunque en realidad ella siempre ha sido lo más maravilloso que he visto y llegó a mi vida.
Aun sigo un poco sorprendido, yo había puesto dos bebes nuevamente en su vientre.
Espero que nuestros pequeños bebes sean igual de hermosos y adorables como sus hermanos, ya quiero ir y darle la noticia que tanto esperan, ver aquellas caritas llenas de felicidad cuando vean que su deseo ya se había cumplido, que sepan que aquella pancita la habitan dos bebes.
También quiero decirles que desde ahora debemos consentir, cuidar y mimar a su madre mucho más de lo que ya lo hacemos.
Y por nada del mundo dejaré que se repita la historia del pasado. Yo lo protegeré de él.
Antes de levantarme, descubro su cuerpo para dejar un beso en su vientre, la vuelvo a arropar y ahora beso su frente para ir a preparar el desayuno.
Cuando estoy por terminar, el timbre suena por lo que camino a la puerta. Trato de ver por la cámara quién es, pero recuerdo que están en mantenimiento, por lo que abro y me llevo una sorpresa.
—Abuelo, ¿Qué haces aquí?
—Visitándote —intenta ingresar, pero lo impido tomando su brazo con brusquedad.
—Podías haber avisado, te recuerdo que no me gustan las visitas inesperadas.
—Lo sé, nieto —intenta que lo suelte y veo a mi pequeña mujer tras de él que se asoma por el sillón —Pero ya no vas a visitarme desde hace un tiempo y quise venir a verte.
—Ya me viste; es mejor que vuelvas a la mansión —suelto su brazo y le indicó la puerta —Yo iré a verte cuando me desocupe.
—¿Matteo? —me ve a los ojos —Ya sé porque no me quieres; ella está contigo.
Mi atención va a la mujer que gatea a nuestra habitación y cuando este se intenta dar la vuelta lo tomo por los brazos para hacer que solo me vea a mí y eso lo sorprende.
—Tu visita repentina la puede asustar —dije tratando de sonar tranquilo.
Solo faltan unos días para que se haga pública nuestra relación y tendré que dejar de fingir, porque toda esta mierda me tiene estresando.
No soporto a quien tengo frente a mí; entre más lejos mejor para todos.
—Eso quiere decir que vine en el momento correcto —se suelta de mi agarre y se adentra a la sala como si fuera su hogar. —Quiero conocerla.
—Abuelo, te dije que te la presentaría en su momento —repito con un tono hostil. —Te pediré otra vez y amablemente que te marches.
—Matteo traela ante mí ahora.
—Abuelo largo —grito y tomo su brazo bruscamente.
Mi paciencia tiene un límite y él la sobrepasó hace muchos años.
Cuando estoy por arrastrarlo, el sonido de unos pasos llama nuestra atención.
—Buenos días —parpadeó al verla y sueltó su brazo para ir junto a ella.
—Mi amor.
—No me dijiste que tendríamos visitas —me ve a los ojos y luego su atención va a él.
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Eras todo lo que necesitaba [EDITAR]
RomanceContenido +18 Bianca Miller lleva una vida feliz y tranquila hasta que una verdad desmorona su vida y esa misma noche por tratar de olvidar termina en los brazos de un desconocido, pero sus acciones traen consigo consecuencias que harán que su vida...