Su piel erizada por el frío fue lo que provocó que saliera de su ensoñación, sentía las lágrimas empapar sus mejillas y su corazón latir con rapidez. Estaba parada en el jardín de su casa, escuchando de fondo las risas de la alta sociedad londinense. Largó un suspiro tembloroso y observo a los hombres reunidos fumando en un rincón que no habían notado la presencia de la pequeña Featherington a apenas unos metros de ellos, para ser justos, jamás nadie lo hacía. Parada frente a aquel laberinto que tanto le gustaba, en el que pasó muchos años de infancia jugando con sus hermanas, especialmente con Phillipa, comenzó a escuchar unos pasos que se acercaban y decidida a que no la encuentren en ese estado, miró con duda el camino que se abría ante ella y se escabulló por ahí.
Después de caminar por unos minutos, llegó a lo que sería el centro del laberinto. Aquel siempre fue su lugar favorito en su hogar, amaba esconderse ahí para pasar horas leyendo y simplemente disfrutar de la soledad. Jamás había ido allí de noche, pero descubrió que el horario no le quitaba la hermosura al lugar, las estrellas que brillaban con intensidad le otorgaban un toque mágico, por no hablar del reflejo de la luna blanca en el pequeño estanque. Tomó asiento en el banco que la había acompañado tantas veces y una vez allí volvió a recordar aquellas duras palabras.
Sintiendo nuevamente aquel nudo en la garganta, Penélope dio paso a la ira esta vez. ¿Tenía, acaso, que ser tan cruel? Ella jamás le había pedido que la cortejara, aunque en el fondo lo deseara con todo su ser. Ella siempre lo defendió de todo y de todos, ¿Como se atrevía Colin Bridgerton a ser tan desconsiderado?
Aún perdida en su frustración, no notó la presencia del hombre de pie delante suyo.
— Señorita Featherington—. Se atrevió a decir después de un carraspeo.
~
Para Anthony Bridgerton, la temporada había comenzado muy mal. Después de bailar con casi todas las damas de la alta sociedad en los primeros bailes de la temporada, casi se había resignado a una vida marital bastante desagradable llena de conversaciones aburridas y relaciones maritales apenas tolerables. Si bien sabía que su madre esperaba que encontrara una pareja por amor, Anthony era mucho más realista. Si única aspiración era encontrar una mujer con al menos medio cerebro, con la que pudiera tener conversaciones agradables y que le pareciera lo suficientemente deseable para tener un heredero. Sin embargo, sus planes de búsqueda silenciosa se vieron dificultada aún más por culpa de cierta columnista, que decidió anunciar a toda la sociedad los deseos del vizconde de encontrar esposa esa temporada, logrando que las madres prácticamente lo acechen intentando de arrojarle a sus hijas.
Frustrado por toda la atención agobiante, decidió salir a tomar aire un momento, cuando entonces notó la presencia de una mujer pelirroja parada en soledad, antes de llegar a su lado, la mujer comenzó a adentrarse en el oscuro laberinto frente a ella. Lleno de curiosidad, sin pensarlo mucho la siguió.
Anthony observó con sorpresa a la pequeña Penélope Fetherington llorando en la soledad que aquel lugar. Su rostro estaba totalmente empapado de lágrimas y su nariz roja como un pequeño tomate.
—Señorita Featherington, ¿se encuentra usted bien?— Pregunta estúpida pensó luego de abrir su boca, estaba claro que aquella muchacha estaba muy lejos de estar bien
La pelirroja se sobresaltó al escuchar la voz de aquel hombre.—Lord Bridgerton, debe irse rápidamente de aquí, si alguien llegase a encontrarnos aquí malinterpretaría la situación y nos metería en problemas— Dijo asustada.
Anthony, sin hacerle caso, se sentó a su lado.
—Nadie vendrá aquí, ahora dime, ¿Qué sucedió Penélope? Eres prácticamente parte de la familia. No puedo dejarte aquí sola y mucho menos en este estado.Penélope dudo por un momento. ¿debía sincerarse con el vizconde? quizá no era muy buena idea, pero sentía que debía desahogarse con alguien.
—Escuché a Colin decir algo que me hirió, eso es todo.—¿Qué dijo? —preguntó Anthony en un tono de precaución.
Penélope, con los ojos cerrados con fuerza, volvió a negar con la cabeza, esta vez frenéticamente, como si no pudiera soportar recordar. Solo cuando Anthony ordenó: "Dime", en voz baja y amenazadora, que ella obedeció. En voz baja, susurró: "¿Estás loco? Nunca se me ocurriría cortejar a Penelope Featherington. Ni en tus fantasías más salvajes, Fife —en tono burlón—.
A Anthony le hervía la sangre por el descuido de su hermano mientras sintió como la pequeña pelirroja estallaba a su lado
—¡Nunca le pedí que me cortejara! Pero no creía que pudiera ser tan cruel como para burlarse de mí de esa manera. ¡¿Y después de decirme no una hora antes que yo era especial para él y que siempre me cuidaría?!—De repente, Penélope golpeó el banco con una mano y se lanzó hacia arriba. La niña se secó las lágrimas con rabia y comenzó a caminar. —Incluso si él no correspondiera mis sentimientos, no es excusa para menospreciarme de esa manera. ¡No después de todo lo que he hecho por él a costa mía y de toda mi maldita familia! Pero no, en lugar de estar agradecido de que haya podido ir a Grecia porque lo salvé de mi prima, vuelve a casa y me insulta proclamando que ni siquiera cuento como mujer…Anthony ignoró el resto del discurso venenoso de Penélope sobre su hermano mientras luchaba por comprender el significado de sus palabras.
¿Había detenido el matrimonio de Colin? ¿Cómo? Con el cerebro trabajando horas extras, Anthony se levantó del suelo lentamente y se sentó en el banco. Mientras observaba a Penélope caminar y murmurar para sí misma, se dio cuenta de que no era la chica que creía conocer.La forma en que se comportaba, las palabras que usaba, la manera en que hablaba. Nada de esto apuntaba a una debutante ingenua como su hermana (quien, a pesar de todas sus palabras mundanas, estaba extremadamente protegida), sino a una mujer que había visto y oído mucho más de lo que nadie se daba cuenta.
En ese momento le cayó como un rayo del cielo: Penélope era Lady Whistledown.
De repente, Penélope se quedó en silencio, dejó de caminar y lo miró fijamente. Anthony vio el momento en que se dio cuenta de todo lo que había revelado porque tragó saliva y se puso pálida como un fantasma. Aunque ella recuperó la compostura rápidamente. —Perdona mi arrebato, lord Bridgerton. Es tarde y estoy cansada. Siéntete libre de quedarte todo el tiempo que quieras. Nadie te molestará.
Penélope estaba a punto de alejarse cuando Anthony, que había estado sentado en el banco con los codos sobre las rodillas, se enderezó. Juntó las manos frente a él en su regazo y dijo:
—hay nada que perdonar. Sin embargo, esperaba que me respondieras una pregunta antes de que te fueras.Penélope frunció el ceño confundida, pero asintió, por lo que Anthony preguntó:
—¿Por qué nunca escribiste sobre mi familia?—No sé lo que estás insinuando, mi señor, pero...
Anthony levantó una mano para que ella dejara de hablar. —Por favor, no insultes mi inteligencia, Penélope. Sé que eres Lady Whistledown.
Ella se tambaleó. —¿Cómo?
—Mencionaste antes sobre salvar a mi hermano de ser. Fue la oportuna llegada de los documentos de sociedad de Lady Whistledown que detallaban el plan de Marina lo que finalmente detuvo su fuga. Así que te preguntaré de nuevo: ¿Por qué no escribiste sobre mi familia?
Penélope suspiró y se acercó.
—Lord Bridgerton, su familia es lo mas cercano que yo tengo a una. Jamás me atrevería a insultar o revelar secretos de quienes me han tenido en tan alta estima por tantos años. Soy escritora, no un monstruo.—Se lo agradezco. Gracias.
Penélope solo le sonrió y se marchó sin decir más. Dejando atrás a un confundido Anthony que se preguntaba por que nunca antes haba notado a Penélope Featherington y, sin quererlo, sus pensamientos lo llevaron a preguntarse, ¿Por qué nunca se dio cuenta de lo bonita que era?
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Wallflower || Penélope Featherington Y Anthony Bridgerton.
FanfictionAnthony Bridgerton siempre ha visto a Penélope Featerington como la única y leal amiga de su hermana menor Eloise. Sin embargo, una noche con un encuentro inesperado, Anthony descubre a una Penélope completamente diferente. Mientras más escucha a Pe...