Prologo

2 0 0
                                    

El pajaro de abigarradas plumas que estaba posado sobre el hombro de Visenna craco , agito las alas , se alzo con un aleteo y planeo sobre los arbustos . Visenna detuvo el caballo , escucho un instante , luego siguio avanzando con precaucion a lo largo del sendero del bosque 

El hombre parecia dormir. Estaba sentado , apoyaba la espalda en un poste que habia en medio del cruce de caminos. Al acercarse, Visenna vio que que tenia los ojos abiertos. Ya antes habia advertido que estaba herido. El vendaje provisional, que cubria el hombro izquierdo y el biceps, estaba empapado de sangre que todavia no habia tenido tiempo de coagularse.

-Hola, mozuelo--hablo el herido, al tiempo que escupia una larga brizna de hierba-¿Adonde te diriges, si puedo preguntar?

A Visenna no le gusto lo de mozuelo. Se quito la capucha

-Preguntar se puede-respondio-Pero convendria dar razones de por que tanta curiosidad

-Perdoname, señora-dijo el hombre, aguzando la vista-Llevais ropa de hombre. Y en lo tocante a la curiosidad, tengo razones, y ademas buenas. Esta es una encrucijada poco habitual. Me sucedio aqui una aventura de cierto interes...

-Lo veo-Le interrumpio Visenna, mirando hacia la forma inmovil y torcida de forma poco natural que estaba medio envuelta entre las hierbas a no mas de diez pasos del poste.

El hombre siguio su mirada. Y luego se encontraron sus ojos. Visenna, haciendo como que se retiraba los cabellos de la frente, toco la diadema que estaba oculta bajo una cinta de piel de serpiente.

-Si-dijo el herido con seriedad-Alli yace un cadaver. Teneis ojos muy agudos. Seguramente me consideras un salteador, ¿Me equivoco?

-Te equivocas-dijo Visenna sin apartar la mano de la diadema.

-Ah...-gimio el nombre-Si.Pero...

-Tu herida esta sangrando

-La mayor parte de las heridas tiene esa extraña propiedad-sonrio el herido. Tenia hermosos dientes.

-Con una venda hecha con una sola mano sangrara durante mucho tiempo

-¿Me harias el honor de presentarme vuestra ayuda? Visenna bajo del caballo, sus tacones se clavaron en la blanda tierra.

-Me llamo Visenna-dijo- No acostumbro a hacer honores. Aparte de ello, no aguanto cuando alguien se refiere a mi en plural. Me ocupare de tus heridas. ¿Puedes levantarte?

-Puedo. Pero, ¿Tengo?

-No

-Visenna-dijo el hombre, incorporandose un poco para facilitarse a ella cambiarse la venda- Hermoso hombre. ¿Te ha dicho ya alguien que tienes un cabello muy hermoso? Este color se llama cobrizo, ¿No es cierto?

-No. Rojo.

-Aja. Cuando termines te regalare un ramo de altramuces, mira, de ese que crece en la cuneta. Y durante la operacion te contare, porque si, lo que me ha sucedido. Vine, imaginate, por el mismo camino que tu. Miro, y  hay un poste en el cruce. Oh, ese de ahi. Habia una tabla atada el poste. Duele.

-la mayor partes de las heridas tiene esa extraña propiedad-Visenna le arranco la ultima capa de vendaje sin molestarse en ser delicada.

-Cierto, lo olvide. De que... ah, si. Me acerco, miro, hay un letrero escrito en la tabla. Horriblemente deforme, conoci una vez a un arquero que era capaz de escribir mejores letras meando en la nieve. Leo...¿Y que es esto, mi señora? ¿Que es esa piedrecilla? cuernos. Esto no me lo esperaba. Visenna paso poco a poco la hematites a lo largo de la herida. La hemorragia se detuvo al instante. Con los ojos cerrados, aferro el hombro, apretando mucho los bordes de la desgarradura. Separo las manos, el tejido habia crecido, dejando una gruesa linea escarlata.

El hombre guardaba silencio, la observaba con atencion. Por fin alzo el brazo con cuidado, lo tenso, acaricio la cicatriz, meneo la cabeza. Estiro los ensangrentados harapos de su camisa y su jubon, se levanto, tomo del suelo un cinturon cerrado por una hebilla con forma de cabeza de dragon en el que llevaba la espada, una bolsa y una cantimplora.

-A esto se le llama tener suerte-dijo, sin apartar sus ojos de Visenna- Me tope con una sanadora en lo mas profundo del bosque, en los meandros de Ina y el Yaruga, donde por lo comun lo mas facil es encontrarse a un lobizon o, peor aun, a un granuja borracho. ¿Cual es el precio del tratamiento? temporalmente ando corto de parne. ¿Bastaria con un ramo de altramuces? Visenna ignoro la pregunta. Se acerco al poste, se toco la cabeza. La tabla estaba clavada a la altura de la vista del hombre.

-A ti, que vienes de occidente-leyo en voz alta- si vas a la izquierda, vuelves. Si vas a la derecha, vuelves. Si vas al frente, no vuelves. Tonterias.

-Exactamente lo mismo pense yo- concedio el hombre, mientras se limpiaba las agujas de pino de las piernas- conozco esta region. De frente, es decir, al oriente, se va hacia el paso de Klamat, por el camino de los mercaderes, Asi que, ¿por que no se va a poder volver de alli?¿tantas muchachas guapas deseando casarse?¿aguardiente barato?¿donde el puesto del alcalde esta vacante?

-Te sales del tema, Korin, el hombre abrio la boca, completamente asombrado

-¿Y como sabes que me llamo Korin?

-tu mismo me lo has dicho hace un momento. Sigue.

-¿Si?-El hombre le lanzo una mirada de sospecha-¿De verdad? En fin, pùede... ¿por donde andaba?. Aja. Asi que voy.

Camino Sin RetornoWhere stories live. Discover now