Capitulo 30

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Kylie y Malia siempre salían a cenas románticas y pasar tiempo juntas, hacia ya varios meses que salían. El tiempo había pasado pero su amor se hacia cada vez más fuerte. Los padres de Malia le habían regalado un departamento para que lo usará de estudio para sus pinturas de arte, y Kylie desde el primer día le había dicho que quería visitarlo.

En cuanto a Kylie sus padres habían estado pensando en regalarle un auto para que pudiera moverse por la ciudad con más facilidad. Ambas chicas estaban lo más feliz en sus vidas, y ahora mismo se estaban por encontrar en una cena romántica, como les gustaba a ambas.

Malia caminó hacia la mesa donde Kylie la esperaba, su corazón latiendo con emoción.  El restaurante, con su atmósfera íntima y su iluminación tenue, tenía un encanto especial.  Las velas en las mesas creaban un ambiente romántico, y el aroma de la comida italiana llenaba el aire.

Kylie se levantó al verla, una sonrisa radiante iluminando su rostro.  -Te ves preciosa- dijo, sus ojos brillando con amor.

Malia se sonrojó. -Tú también te ves increíble- respondió, sintiendo una calidez agradable recorrerle el cuerpo.  -Ese vestido te queda perfecto-

Kylie vestía un vestido rojo que resaltaba su belleza.  Malia, a su vez, llevaba un vestido negro que la hacía sentir elegante y segura de sí misma.

Se sentaron a la mesa, y el mesero se acercó para tomarles el pedido.  Malia y Kylie se miraron, sintiendo una conexión profunda que les permitía comunicarse sin necesidad de palabras.

-Quiero probar el risotto de hongos- dijo Malia, con una sonrisa. -Y tú, amor, ¿qué vas a pedir?-

-Yo voy a probar la pasta con salsa de pesto- respondió Kylie, -y después podemos compartir el tiramisú de postre-

Mientras esperaban la comida, conversaron sobre sus días, sus padres y sus planes.  Kylie le contó a Malia sobre su última exposición de diseño, y Malia le habló de su inspiración para una nueva serie de pinturas.

La conversación fluía con naturalidad, llena de risas y complicidad.  Cada mirada, cada gesto, cada palabra, era una expresión de amor que las unía en un lazo invisible.

La comida llegó, y ambas disfrutaron cada bocado.  El risotto estaba exquisito, y la pasta con pesto era simplemente irresistible.  El tiramisú, dulce y cremoso, fue el final perfecto para una cena romántica.

Cuando terminaron de comer, se quedaron sentadas en la mesa, disfrutando de la compañía de la otra.  Malia tomó la mano de Kylie, sintiendo el calor de su piel bajo sus dedos.

-Amor- dijo, -estoy tan feliz de estar contigo.  Me encanta pasar tiempo a tu lado, quiero hacer esto por el resto de mi vida-

Kylie la miró con ojos llenos de amor.  -Yo también, Malia.  Eres la mujer de mis sueños.  No puedo imaginar mi vida sin ti, quiero pasar el resto de mis días contigo mi amor-

Se dieron un pequeño beso, sintiendo el sabor del tiramisú aún en sus labios.  La noche era mágica, llena de amor, complicidad.

Malia y Kylie se fueron del restaurante, con la sensación de que su amor era más fuerte que nunca.  Caminaron de la mano bajo la luna llena.

El paseo nocturno se convirtió en una extensión de lo bien que la habían pasado en el restaurante. Caminaban en silencio, solo el sonido de sus pasos sobre la acera y las risas ocasionales por algún recuerdo compartido rompían la quietud.

La luna llena iluminaba el camino, creando una luz perfecta sobre sus figuras.  Malia no podía evitar admirar a Kylie.  Su belleza, sus ojos, su cabello, su ternura.... todo. La amaba con una intensidad que le llenaba el corazón de alegría.

-Ky- dijo Malia, deteniéndose bajo la luz de un farol.  -¿Te gustaría ir a mi departamento?  Tengo algo que mostrarte-

Kylie la miró con curiosidad. -Me encantaría- respondió, sintiendo una emoción especial crecer en su interior.

Caminaron hasta el departamento  nuevo de Malia, un pequeño espacio lleno de color y creatividad.  Pinturas, bocetos, materiales y herramientas, todo estaba dispuesto con un orden que reflejaba la pasión de Malia por el arte.

-Es precioso- dijo Kylie, mientras sus ojos recorrían el estudio. -Me encanta el ambiente creativo-

Malia la condujo a una esquina donde estaba trabajando en una nueva obra.  Un lienzo en blanco, con algunos trazos de color que apenas se podían discernir.

-Es una obra que he estado trabajando últimamente- dijo Malia, con un toque de timidez. -Es inspirada en ti-

Kylie se acercó a la obra, sus ojos brillantes con curiosidad.  Sintió un nudo en la garganta, al comprender la profundidad de la conexión que Malia estaba expresando a través de su arte.

-Es... hermosa- dijo Kylie, con voz llena de emoción. -Malia, me has dejado sin palabras-

Malia la observó con una sonrisa. -Me gusta pensar que mis pinturas hablan por sí solas- dijo, con una pizca de orgullo en su voz.

-Sí, lo hacen- respondió Kylie, sintiendo un escalofrío recorrer su espalda.  -Hablan de un amor profundo y auténtico, de una pasión que se refleja en cada trazo de color-

Malia tomó la mano de Kylie y la llevó a una silla frente a su lienzo. -Siéntate, por favor- dijo, con una sonrisa.  -Quiero que te sientas como si fueras parte de la obra-

Kylie se sentó, sintiendo la calidez de la mano de Malia sobre la suya.  La mirada de Malia, intensa y llena de amor, la envolvió como un manto de ternura.

-Quiero que cierres los ojos-  susurró Malia, con voz suave.

Kylie obedeció, sintiendo una emoción indescriptible invadir su cuerpo.

Malia comenzó a pintar, cada movimiento de su mano creando un mundo de color y sentimiento en el lienzo.  Kylie, con los ojos cerrados, podía sentir la energía del amor de Malia fluyendo a través de sus trazos.

Cuando Malia terminó, Kylie abrió lentamente los ojos y Malia le moatro la pintura, quedo conmovida por lo que veía.  La obra, una explosión de colores vivos y formas abstractas, reflejaba todo lo que sentía, la ternura que sentía Malia por ella, aunque a simple vista parecía ser un cuadro sin sentido, tenías que verlo a profundidad para entender lo que representaba.

-Es como si hubieras capturado el alma de nuestro amor en esta obra- dijo Kylie, con voz emocionada. -Es perfecta, amor. Eres increíble-

Malia le dio un beso en la mejilla. -Eres tú quien me inspira- respondió, con una sonrisa llena de amor.

En ese momento, el estudio se llenó de un silencio mágico, un silencio que hablaba más que mil palabras.  La noche se extendía ante ellas, llena de promesas de un futuro juntas, de un amor que florecía con fuerza en cada instante, en cada mirada, en cada toque y que seguiría creciendo por siempre.

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𝑺𝒐𝒚 𝒎𝒆𝒋𝒐𝒓 𝒒𝒖𝒆 𝑬́𝒍 | 𝑲𝒚𝒍𝒊𝒂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora