La vida es un constante proceso de enseñar o aprender. Una mujer, deseosa de aprender de los demás, vivió una relación complicada entre sus padres. Debido a la difícil dinámica familiar, decidió mudarse y comenzar una nueva vida en otro lugar
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
ＬＯＳＳ
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El aire pasaba sobre mi, con la velocidad a la que corría, era una manera en la que podría librarme de mis miedos y pensamientos indagando en otros, cada día que paso aquí podría describirla como repetitiva, sin sentido alguno, no había algún camino a dónde ir. Los aullidos de mis hermanos se hacían presentes, advirtiéndome que volviera a tiempo, decidí que era mejor opción regresar, de igual manera ya había recorrido cada parte, no tenía sentido volver hacerlo.
Mis pasos se hicieron lentos; no quería volver, pero tampoco quería seguir. Podía escuchar los autos pasando por la carretera a gran velocidad, y resultaba molesto oírlos cada día. A ese ritmo que iba llegaría tarde; al acelerar mis pasos, una voz hizo que me detuviera en seco. De alguna manera, me provocó algo en mi interior. No podría explicar lo que sentía, pero era intenso. Por un momento paró pero de nuevos la voz seguía se escuchaba lejana pero intensa. Cambié de dirección y me dirigí hacia donde provenía la voz
—¡Ay por dios madre!, ¿no se te ocurrió revisar las llantas?—Exclamo—¡ESTAMOS EN UNA CARRETERA!
La voz de esa persona resonó en mis oídos no podría verla pero si escucharla y con una fuerza más de lo normal, grabándose en mi, permanente.
