15° | Raziel

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Una melodía resuena en esas cuatro paredes a medida que sus dedos tocan cada tecla del piano. El único sonido ante su acostumbrado silencio.

Con una sonrisa maliciosa el Demium ladea la cabeza sin ocultar sus grandes cuernos negros con un destello rojizo al final de cada cuerno. Su cabello es rojo como el mismo infierno y revoltoso; sus grandes alas negras con varias plumas rojas las mantiene semicerradas al estar con el torso descubierto, un pantalón negro como única prenda que lo cubre como sus pies descalzos.

—¿Escuchas eso? —emite con voz frivola.

La Demium desnuda de pie en una esquina, se cruza de brazos.

—Es solo una canción, mi Rey.

—No es solo una melodía —sus colmillos crecen sobresaliendo de su boca— es el sonido de mi victoria.

Raziel con rapidez pasa sus dedos por cada tecla arruinando la melodía y retira su mano.

—¿Sigues aquí? —emite sin verla— el deseo terminó.

«Si tan solo fueras Lili»

Piensa el Demium.

Evit gruñe, le da una mala mirada y se dirige a la salida sin la menor vergüenza de ambular desnuda entre Demium con tal de conseguir nueva prenda que la cubra cuando la anterior, es un desastre en el suelo.

—Permiso mi Rey —termina por abandonar la estancia.

A cambio de un deseo con tal de seguir siendo su protegida como la mayoría de las Demium Desterradas como aquellos Demium que obedecen cada una de sus ordenes por admiración, otros por temor a perder la existencia, por un pacto de sus almas a su disposición hasta por una deuda eterna con el mismo Demium de cabello rojizo.

Raziel se voltea, oculta sus alas permaneciendo dos marcas en su espalda, dos líneas verticales sin sanar y se dirige a cubrirse el torso con una chaqueta negra sin abotonar.

—Raziel —aparece Balam en el marco de la puerta— es Veitan.

—¿Cuántas veces te debo repetir como debes dirigirte a mi? —le responde en tono amenazador y fija su profunda mirada en el Demium frente a él.

—Rey Raziel —se corrige Balam y le hace una reverencia.

Con arrogancia, el susodicho le accede el permiso de entrar.

—¿Qué sucede con mi hermano?

Balam se adentra varios pasos y baja la vista huyendo de la maldad de sus ojos.

—Veitan no ha dicho ni una sola palabra, se sigue negando a responder.

—¿Sus alas?

—Encadenadas.

Raziel sonríe con malicia.

—Veitan, Veitan, Veitan —lleva sus manos a sus sienes— no vas resistir por mucho tiempo.

Le hace una señal con su mano y Balam enseguida se marcha.

Raziel ojea la estancia, percibe suciedad a su alrededor. El lugar vacío con su piano en la esquina como las paredes malgastadas, agrietadas con orificios donde se cuela la iluminación del día. Oculto en lo más alto de una abandonada construcción en el Mundo Mundano.

Ladea la cabeza y observa un trozo del techo caer.

—No eres tan poderoso Veitan —alcanza a escuchar sus gritos como su fuerza incrementar.

Raziel regresa a su piano, baja la tapa y busca su espada infernal. La espada limpia sin rastro de sangre, la sostiene en su mano y se dedica a salir.

Al llegar al raz del último piso, extiende sus alas y se deja caer aterrizando sin la menor complicación.

☪️VA✝ZEL {Mundo Darkness #2} © Donde viven las historias. Descúbrelo ahora