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Goteo, goteo, goteo...

Naruto abrió lentamente los ojos para ver las tuberías que recorrían el pasillo inundado. El diseño recordaba al sótano de una sala de calderas.

Goteo, goteo...

El rubio se puso en pie y se frotó la cabeza, esperando aliviar el punzante dolor de cabeza que sufría. Probablemente era por la caída y el fuerte golpe que recibió tras perder el conocimiento en el entrenamiento.

Goteo...

Le estaba costando mucho esfuerzo conseguir un mayor control sobre su capacidad para manipular los elementos. Cuanto más lo intentaba, más frustrado se sentía. En comparación con otras habilidades que tenía, como los Clones de Sombra, sentía que su frustración e ira crecían el doble de rápido. No hacía nada diferente cuando entrenaba, lo que le confundía aún más. En el momento en que cedió a su frustración, se encontró aquí.

Goteo...

No tenía ni idea de dónde estaba o qué estaba haciendo, pero empezó a avanzar por el pasillo, el agua le llegaba a las espinillas. Cuanto más avanzaba, más familiar le resultaba todo. Era como si conociera este lugar de toda la vida.

Goteo...

Naruto se detuvo de repente al entrar en una sala con una gran puerta que tenía un trozo de papel con la palabra "Sello" escrita. En contra de su buen juicio, continuó hacia la puerta, sabiendo lo que probablemente le esperaba tras ella. No podía dar marcha atrás, dado su desconocimiento de la disposición de este lugar. Y tenía la sensación de que encontrarse aquí no era una coincidencia. Si quería irse, tendría que enfrentarse a lo que fuera a pasar.

"No es muy educado hacer esperar a tu prisionero, Naruto".

Naruto sintió que se le helaba la sangre al oír la voz profunda y gutural del Kyuubi reverberar por la habitación. Antes de que pudiera pensar en una respuesta, se encontró mirando fijamente a un par de ojos rasgados, llenos de odio y rojos como la sangre. Cerró la boca y se quedó completamente inmóvil, sin atreverse a emitir sonido alguno.

"¿Cayeron mis palabras de aliento en oídos ingratos?". ¿No era eso lo que querías, Naruto? ¿Reconocimiento? ¿No estoy seguro de si buscas apoyo? ¿Es para darte un empujón que te ayude a alcanzar tus metas? "Para ayudarte a construir una mentalidad más fuerte". El Kyūbi disfrutó del silencio mientras su carcelero resolvía las cosas. "¿Qué hay de mi don, Naruto? Acaso mi poder no era lo suficientemente impresionante? Pensaste que era demasiado bueno para ser verdad? No apreciaste la protección que te proporcioné con él? ¿Pensaste que no merecía tu tiempo y tu atención?". Vio cómo la luz de los ojos del rubio parpadeaba, sintiendo una sensación de satisfacción.

Naruto quedó sorprendido por las palabras del Kyūbi. "Yo... ¿Qué... Cómo... Tú...?". Se quedó sin saber qué responder. Las palabras sonaron verdaderas en sus oídos, sin rastro del engaño que desesperadamente esperaba.

"No te pareces tanto a tu madre como yo pensaba".

Inmediatamente la mente del rubio comenzó de nuevo a dar sentido a las cosas, con aquellas palabras resonando en su interior. "¿Tú... conoces a mi madre...?".

El Kyūbi se alegró al ver el dolor y la incredulidad en la voz de su contenedor. "Yo conocí a tu madre. Ella está muerta. Ha sido reemplazada por ti".

"¿Qué quieres decir con 'reemplazada por mí'?".

"Tu madre, al igual que tú, era mi antigua Jinchūriki".

"¿Qué demonios?" Naruto se agarró el pelo con frustración. Toda su ansiedad y miedo fueron reemplazados por ira y desconfianza.

"Puedo asegurarte, Naruto, que no tienes ninguna razón para no confiar en mí".

Naruto - MalévoloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora