BxB Week 2024

Día 0

[Próximamente el 30 de Noviembre de 2024]

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El sonido de las guitarras cesó en un gran acorde sincronizado, dando paso a un silencio abrumador que recogía las respiraciones agitadas de ambos adolescentes. Nunca habían presenciado una batalla tan reñida, se notaba que el talento musical sobresalía de la media en toda la escuela.

Los ojos de Bonnie brillaban de éxtasis al igual que su pecho se sentía estallar tras la ola de emociones que recorrían su escuálido cuerpo, sus oídos aún palpitaban con la música retumbante de los instrumentos, pero nada hacía que su sonrisa se borrara de su rostro.

Pero Bon no podía moverse, estaba asombrado por el calibre de su rival, nunca antes había conocido a alguien capaz de seguirle el ritmo a la perfección, incluso parecía que lo había superado sin esfuerzo alguno, y aquello, lejos de molestarlo, lo llenaba de intriga.

- ¿Cómo fue que hiciste eso? - saltó de pronto el pelimorado, acercándose rápidamente al moreno que aún tenía esa mirada de confusión -. Siempre he querido saber hacer ese movimiento, queda muy cool, ¿cómo lo hiciste?

- Eso no es nada, ¿cómo lograste hacer ese tresillo? Me tardé meses en lograr uno sin trabarme, eres muy bueno... - comentó igualmente impresionado, perdiéndose en la cara de ilusión del contrario, sin darse cuenta de la situación en la que estaban.

Pareciera que se conocían desde siempre, ambos habían sentido una conexión inigualable al sincronizar sus instrumentos, el mundo a su alrededor desaparecía cuando sus miradas conectaron. Pero claro, no podían quedarse así para siempre.

- ¡Bon! ¡¿Pero qué haces?! - su amiga Meg no tardó en agarrarlo del brazo para separarlo de su rival, cortando el momento -. Vámonos, está claro que necesitas practicar mucho más de ahora en adelante.

- ¡Eso, ya viste que nuestro guitarrista es mejor! - gritó Chica con una gran sonrisa abrazando del cuello al pelimorado, quien trastabilló ante el agarre de la rubia.

- Pero Chica...

- Dale, Bonnie, ¡le has dado una paliza! - rió Fox, dándole golpes amistosos en la espalda, aunque casi le quitaban el aire al más bajito -. Sin duda eres un dios de la guitarra, esta competición está ganada.

A pesar de los halagos de sus amigos, sus orbes rojizos no perdieron de vista la figura del moreno, quien se iba por la puerta con la cabeza gacha junto a sus amigas, pero por un momento sus ojos volvieron a chocar.

Y se dieron cuenta de que esto no iba a quedar así.

(...)

Bon se despidió de sus amigas al terminar el ensayo, a pesar de la bronca que le cayó por el espectáculo de la mañana, había estado muy concentrado en la práctica dejando satisfecha a su líder. Era una buena excusa el quedarse a perfeccionar unas pistas más para que las chicas salieran antes que él, dejándolo a solas con su guitarra y sus pensamientos. Sí, había estado centrado en la música, pero su mente aún no dejaba de darle vueltas al duelo que había tenido en ese mismo lugar apenas hacía unas horas.

¿Quién era ese chico y dónde había estado toda su vida? Si lo pudiera volver a ver, sin duda le preguntaría todos sus trucos para ser mejor de lo que ya creía que era. Bueno, al parecer los cielos estuvieron generosos con el peliturquesa, pues unos minutos tras comenzar a tocar su preciada guitarra improvisando, unos golpes en la puerta lo sacaron de su trance, sorprendiéndose.

- Hola - bajo el umbral de la entrada a la sala estaba aquel bajito guitarrista nuevamente con sus gafas y su cabello suelto, contrastando radicalmente con su lado relajado y retador de antes, llamando la atención de Bon.

- Oh, hola - respondió casi en modo automático, no se esperaba haberlo invocado de esa manera, así que trató de que no se notará su sorpresa -. Amm... ¿No deberías estar con tu grupo?

- Podría decirte lo mismo, pero no tendría sentido considerando que estaba esperando a que tus amigas se fueran para hablar contigo - se encogió de hombros con una sonrisa acercándose lentamente, Bon levantó una ceja inquisitivo.

- ¿Y de qué quieres hablar?

- Vaya, creía que sería muy obvio - soltó una risita involuntaria, confundiendo más al más alto, mientras se acomodaba las gafas -. Vengo a proponerte una idea que nos beneficiaría a ambos.

- Okey, te escucho - dejó la guitarra a un lado y se acercó al contrario cruzándose de brazos.

- ¿Podrías enseñarme a tocar como tú? - Bon abrió los ojos con sorpresa, pero Bonnie lo detuvo antes de que pudiera decir nada -. Y antes de que me salgas con esas de que somos enemigos y blah blah blah, no lo hago por el concurso, me tiene sin cuidado.

- Más que por el concurso, me sorprende que quieras practicar con alguien a quien puedes superar sin problemas, ¿por qué querrías hacer eso?

- ¡Pero si tú eres un maestro de la guitarra! - se acercó de un solo paso abarcando todo el espacio personal del moreno, quien se apartó igualmente ante su brusco acercamiento, pero al otro no le importó -. Estoy seguro de que contigo podría aprender mucho más, además de que así tú también podrías practicar para tu propio beneficio, ambos salimos ganando.

- No estoy seguro - sus ojos esmeraldas se desviaron de los brillantes orbes rubíes que lo miraban con gran atención a su respuesta -. Puede que tú no te tomes el concurso en serio, pero no sabes lo que es tener la presión de una líder que tiene un gran sentido de la competición, sentiría que la traiciono ayudando a nuestro rival, ¿entiendes?

- Ummm... - Bonnie pareció meditarlo unos segundos, el peliturquesa creyó que lo había convencido de no seguir con aquella absurda idea, pero entonces lo soltó -. ¡Entonces será nuestro secreto!

- ¿Qué? Oye, ¿no escuchaste lo que dije? - Bon trató de razonar, pero el pelimorado ya se estaba marchando.

- No te preocupes, no le diremos a nadie - le guiñó un ojo antes de salir por la puerta -. ¡Te avisaré cuando empezamos, maestro~!

El peliturquesa quería decir más, pero la silueta del pequeño Animatrónico desapareció ante sus ojos, dejándolo solo.

- ¿Qué demonios acaba de pasar?

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(Relatos cortos acompañados de uno o varios dibujos)