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¡ B i e n v e n i d o s !

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Siempre he tenido sueños raros. Bueno, no raros en el mal sentido, sino diferentes. Desde que era un niño, sabía que lo mío no era soñar como los demás. A los cinco años ya podía controlar mis sueños. Sí, en serio. Y no era un "controlar" de esos en los que simplemente te das cuenta de que estás soñando. No. Yo sabía que estaba soñando, pero podía hacer lo que quisiera.

Recuerdo la primera vez que pasó. Estaba acostado en mi cama, la misma de siempre, cuando de repente el techo... se abrió. Literalmente. No, no estoy exagerando. Miré hacia arriba y ya no había techo. Solo un cielo oscuro, lleno de estrellas, como si de pronto estuviera al aire libre. No tenía miedo. Es más, sentía como si eso fuera lo más normal del mundo. Luego, una luz empezó a envolverme, como si me estuviera llamando. Y boom, antes de que pudiera procesarlo, estaba volando entre las estrellas, navegando entre planetas que ni sabía que existían.

Y así siguió. Todas las noches, cada vez que cerraba los ojos, el techo se abría, la luz aparecía, y ahí estaba yo, flotando en el espacio, viendo todo como si fuera mi propio universo personal.

¿Suena increíble, no? Pues sí, lo es... excepto por el pequeño detalle de que mi vida real no es ni remotamente tan emocionante. Por ejemplo, ahora mismo.

Aquí estoy, sentado en la sala, viendo pasar el tiempo, cuando escucho a mi mamá gritar desde la cocina:

—¡Jungkook! ¡Lava los trastes!

Genial. Lo más emocionante que me pasa en el día: lavar platos.

—¡Voooy! —grito de vuelta, aunque en realidad lo que quiero es seguir aquí, sin moverme, pensando en todo menos en los trastes. Pero bueno, un chico tiene que hacer lo que un chico tiene que hacer, ¿no? Me levanto, arrastrando los pies, y me dirijo hacia la cocina. Directo a la diversión... Noten mi sarcasmo.

Hoy, por alguna razón, siento que quiero hacerlo bien. Quizá es la sensación de que, por una vez, puedo clavar una simple tarea sin hacer un desastre. Spoiler: no.

Llego a la cocina, empiezo a organizar los platos, y todo va bien, hasta que... ¡Crash! La licuadora se cae al suelo. El vaso de cristal se rompe en mil pedazos.

—¿En serio? —murmuro, mirando los pedacitos de vidrio por todo el piso. De todas las cosas que podrían salir mal... ¡tenía que romper la licuadora!

Me sobresalté cuando sentí una mano en mi hombro. Era mi papá. Lo miré asustado, esperando alguna especie de rescate, pero su cara mostraba aún más miedo que la mía.

—Fuiste un gran hijo, Jungkook —dijo en un tono casi solemne, mientras agarraba sus llaves y salía corriendo de la casa como si lo persiguieran fantasmas.

"Rápido, Jungkook, piensa. Sé que solo tienes una neurona, pero ponla a trabajar", me dije. Claro, obvio soy inteligente, pero en este momento no era precisamente mi mejor día.

—¡Jungkook! ¿Estás bien? —preguntó mi madre desde la sala, claramente preocupada por el ruido.

—Sí, todo bien... —le respondí con la voz un poco más alta de lo normal—. Solo se me rompió... eeh, mi corazón.

—¡Ah, pues recoge los pedazos y tíralos, que no quiero más porquería en la cocina! —contestó, sin siquiera titubear.

Pense más rápido que un político prometiendo cambios , agarré los restos de la licuadora y, sin pensar mucho, los escondí rápidamente debajo de la estufa. Aquí nunca pasó nadaaa ¿verdad? Nadie vio nada.

corrí rápido por las escaleras directo a mi habitación. Por el momento, estoy a salvo.

Soy tan inútil que ni lavar los trastes puedo hacer sin meter la pata. Y, para colmo, tengo un montón de tarea, pero a mi no me gusta meterme en lo que no me importa y la tarea por el momento no me importa ¿quién quiere estresarse con eso? estresarse no es bueno para la salud, mejor me pongo a ver mi teléfono eso es menos estresante para mi cerebro.

Me tumbo en la cama, para hacer mi actividad favorita de mi vida ver tiktok ¿Para qué hacer la tarea, si puedo ver tikTok y aprender a hacer malabares con bolas de fuego?".

Y aqui voy a estar aproximadamente 3 horas disfrutando de los videos de personas que parecen tener su vida resuelta mientras yo estoy aquí escondiendo los restos de una licuadora. Definitivamente, esto es mucho más interesante que cualquier tarea. Después de todo, la escuela es un invento del gobierno para hacer sufrir a los niños.

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Jungkook dejo el celular a un lado. Cerré los ojos lentamente, sintiendo cómo el sueño me iba envolviendo poco a poco. Es el momento que más esperaba, porque en cuanto empezaba a quedarme dormido, algo extraño y maravilloso siempre sucedía.

El techo sobre mi cabeza comenzó a desaparecer, revelando un vasto cielo estrellado. Como siempre, sentía cómo su cuerpo era levantado sin esfuerzo, siendo transportado por una fuerza invisible. Flotaba más allá de las estrellas, planetas y galaxias, surcando lo que parecía la inmensidad del universo, hasta que, sin previo aviso, todo a su alrededor se volvió un torbellino de luz.

De pronto, atravesó lo que parecía una especie de portal brillante, como si hubiera entrado en una línea del tiempo diferente. El aire se sentía más fresco, y cuando aterrizó suavemente en el suelo, notó que estaba en un parque, en plena noche. Los columpios se balanceaban ligeramente con el viento, y a lo lejos, distinguió una figura familiar.

Ahí estaba Taehyung, un chico de su edad, sonriéndole desde uno de los columpios.

Jungkook se acercó a él, y antes de que pudiera decir algo, Taehyung se levantó y corrió hacia él con una energía inagotable.

—¡Kookie, adivina! —dijo emocionado—. Me compré otra bici, ya que la antigua se descompuso. ¡Ven, te la enseño!

Antes de que pudiera reaccionar, Taehyung lo agarró de la mano y lo llevó corriendo por la residencial. No pararon hasta llegar a la casa de Taehyung, donde éste rápidamente sacó una bicicleta reluciente.

—¡Súbete! —dijo Taehyung, señalando los diablillos de la bici. Jungkook obedeció y se subió detrás de él.

Montaron juntos la bicicleta, subiendo una colina hasta llegar a un gran árbol con un columpio colgando. El lugar era tranquilo, y el paisaje parecía sacado de una pintura. Jungkook miró a su alrededor, sintiendo que algo era diferente, pero no podía identificar exactamente qué.

—Taehyung, es muy noche... mejor vámonos —murmuró, sintiendo una extraña inquietud.

Pero antes de que pudiera decir algo más, ¡BEEP! ¡BEEP!. La alarma de su despertador lo sacudió de golpe, y todo a su alrededor comenzó a desvanecerse rápidamente.

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The Night We Met

1:35 ────⊙─────── 3:29

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Entre dos mundos (Taekook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora