Aún recuerda ese día al atardecer, él vestía impecable con ese pulcro traje junto a un abrigo de cuero, él hablaba por teléfono ahí fue la segunda vez que lo vio de lejos. El pobre corazón de SeokJin latió a toda prisa y lo siguió con la mirada hasta que él se subió a su auto, el cual rápidamente voló hacia una dirección opuesta a la suya.
—SeokJin tienes que comer. Esta es mi primera y última advertencia, si no comes a medio día llamaré al señor Kim. Tu padre se enojará mucho —le advierte Jack.
Jin mira rápidamente a su robot y niega.
—No, no hagas eso, yo voy a comer. No quiero que papá se enoje contigo por mi culpa, voy a comer.
Jack sonríe y se acerca a su humano, le acaricia la cabeza y se arrodilla para mirar los ojos tristes de su dueño.
—Ya no estés triste por favor, se que soy una máquina pero gracias a la nueva actualización en mi sistema, puedo notar y se lo que sientes ahora mismo. Solo lo sé, no puedo sentirlo pero no me gusta verte así, como mis compañeros cuando los apagan para siempre y solo son vegetales, ellos solo hacen lo que les dicen y lo único que dicen es si y no.
Jin rompe el contacto visual y sus lágrimas salen nuevamente porque aunque Jack es solo una máquina, le tiene mucho cariño es el único que ha estado siempre con él y justo ahora trata de consolarlo. Es el único que siempre está con él y lo cuida, en realidad nadie tiene idea de cuan solitario es, su padre nunca estaba en casa y nunca conoció a su madre.
A las únicas dos personas que ama son su padre y Jack, después llegó Min, ese guapo hombre que le está haciendo experimentar algo que jamás sintió, nunca se enamoró antes, jamás había salido a citas, nunca sintió su corazón latir tan rápido. Hasta ahora. Ahora le pasaba de todo. Jin ni siquiera sabe cómo manejar esto. Nunca antes le había entregado su corazón a nadie.
—No es tu culpa —añade Jack limpiando las lágrimas de su humano.
—¿Qué? —Jin mira los hermosos ojos morados de Jack.
—Escuche lo que el comandante Min te dijo, en realidad estuve a punto de matarlo con la ametralladora que tengo incluida en uno de mis brazos, también consideré matarlo con el veneno que tengo incluido en mis dedos y...
—Jack, ¿de qué estás hablando? —Jin lo mira seriamente.
—Yo solo existo con el único fin de cuidarte y protegerte de todo y de todos, él te estaba hiriendo con sus palabras. Pero tranquilo yo no puedo hacer nada porque mi sistema ya lo registro como alguien sumamente importante para ti, tú tienes sentimientos por él así que si lo mataba hubieses sufrido más.
SeokJin sonríe por la cara tan inocente de Jack, él es realmente atractivo tanto que hasta una de sus amigas vive enamorada de él.
—Estuvo bien, tú no eres un asesino. Gracias —le agradece y lo abraza.
Jin puede sentir como Jack estabiliza su temperatura corporal para que el abrazo sea agradable.
Más tarde Jack recogió a SeokJin del jardín, su humano cumplió su palabra y comió a medio día. Sin embargo después se la paso llorando mientras regaba las rosas de oxígeno de miles de colores. Sus ojos estaban hinchados así que busco un paño frío y lo cuido toda la noche para que al día siguiente sus ojos no estuvieran más hinchados.
...
—¿¡No crees que esto es cruel para tu hijo?! —la mujer de ojos naranja le grita al presidente.
—Ay por favor no seas hipócrita, tú Rena nunca has querido a SeokJin, ¿por qué te preocupas por él ahora?
—Porque no es justo lo que le haces, aunque no me agrade él no merece pensar que es su culpa que Min esté casado con él. Tú solo lo hiciste para controlar a ese comandante porque estaba a nada de descubrir tus fraudes.
—Él no lo sabrá, además SeokJin estará feliz porque al final le cumplí otro capricho, que por supuesto también me favoreció mucho a mi.
—¡No te das cuenta que Min Yoongi puede hacerle la vida imposible a tu hijo!
—Eso no pasará, y si pasa SeokJin tendrá que soportarlo al menos un año.
—Eres un puto asco Junha, si le haces eso a tu propio hijo no sé que puedas hacerme a mi así que terminamos —añade ella furiosa.
—Si te vas haré que saquen a tu familia de este planeta y los envíen al planeta más pobre, en ese en el que mandan a todos los delincuentes y psicópatas.