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Recuerdo un ayer, con él.
Cierto, todo tiene un principio y un final, un final triste.
Y de repente nos encontramos en verano, con tu gente, con los de verdad.
Te das cuenta que tienes que aflojar y darte cuenta de las cosa pequeñas de la vida.
Quizás por eso me enamoré de él, era tan mi puente suicida, tanto me tiraba en él.
Decirle que vuelva, que todavía le hecho de menos, que no podré más.
Quiero un abrazo de esos que valgan todos lo días, sin verte claro.
A quien quiero engañar, yo de los errores no aprendo.
Que tantas veces me tropecé y caí, que tengo las manos y rodillas hechas añicos y del corazón mejor ya no hablamos.
Es que, tío, cuidado con ella que la dejaste tan rota que hasta se corta con los pedazos de su corazón.
Sabias que me ibas romper, pero aun seguiste enamorándome más y más hasta que me la pegué.
Y rompes a llorar, me encanta esa expresión, porque rompes a llorar o a reír y creo que vale la pena hacerse añicos por esos sentimientos.
Y lo único queda de esa historia, de nuestra historia son solos los recuerdos.

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⏰ Última actualización: Jul 15, 2015 ⏰

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