Mientras dormías.

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Te observé en el silencio de la noche,
cuando tus ojos se cerraban al mundo,
y el sueño, suave como una caricia,
te envolvía en su manto profundo.

La luna dibujaba en tu rostro
sombras que jugaban con tu piel,
como si en su luz quisiera atraparte,
detener el tiempo, hacerte inmortal.

Tu respirar, un susurro constante,
me hablaba de un lugar lejano,
donde tus sueños tal vez se cruzaban
con los míos, de manera etérea, en vano.

No quise despertarte, solo mirarte,
admirar la calma que en ti vivía,
y en ese instante, sin decir palabras,
entendí lo que es amar en la lejanía.

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⏰ Última actualización: Oct 14 ⏰

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