Pequeño Mago《MINSUNG》

Rompecabezas

El día pasó sin más en casa de los Han. Sin darse cuenta era de noche y Felix seguía intentando escoger su pastel de bodas con la ayuda de Han. Los padres de Jisung habían pasado por HyunWoo para llevarlo a comer un helado pero él los conocía lo suficiente para saber que su hijo no regresaría hasta el día siguiente pues ellos siempre encontraban la forma de que su pequeño nieto quisiera quedarse a pasar la noche en casa de sus abuelos.

Minho había dormido toda la tarde, al parecer la conversación con el castaño le había hecho bien. Hace mucho que no descansaba de esa manera. ¡Tenía tanto que agradecerle a esa familia!
Las risas del par de amigos se podían escuchar claramente en la habitación de Minho, donde una fría pero agradable brisa entró por su ventana, recordó así que había olvidado cerrarlas antes de dormir.

Esa brisa parecía acariciar su cara, se sentía realmente bien en su rostro. Cerró sus ojos para disfrutar de ella hasta que un pequeño chasquido en la madera lo hizo recordar que debía apresurarse a bajar para ofrecer una disculpa.

Acomodó su ropa un poco y sin pensarlo mucho caminó hasta la puerta de la habitación, cuando de repente el fuerte sonido de los árboles lo hizo detenerse. Miró incrédulo hacia afuera a través de la ventana, regresando de nuevo para cerrarla antes de que volviera a olvidarlo.

Mientras caminaba por el pasillo pensó en mil formas en las que podía disculparse con Felix. Todas sonaban bien en su cabeza pero no sabía si su boca sería capaz de decir alguna de esas palabras. Él siempre había sido un hombre de actitud fría, no sabía como ser gentil, aunque si lo pensaba, había sido amable con Jisung ese día en la mañana mientras estaban juntos, tal vez porque ese hombre sin mucho esfuerzo sacaba lo mejor de él.

Dejó de pensar tanto en la situación, concentrándose en lo que era importante en ese momento, arreglar lo que causó por no saber dejar su boca cerrada.

Los quejidos de Minho al bajar las escaleras dejaron ver a los otros dos que este ya se había despertado. Miró a todas partes buscando al pequeño que siempre lo recibía con alguna de sus preguntas raras o esos abrazos de media pierna que el pelinegro empezaba a extrañar.

- ¿Dónde está Woo? No lo veo por ninguna parte -- mirando aquí y allá sin éxito.

- Salió con mis padres, probablemente no llegue a dormir esta noche. ¿Cómo te sientes? ¿Pudiste descansar algo? -- mirando la pantalla del computador.

- Sí, pude hacerlo gracias a ti - cruzando su mirada con la de Jisung.

- Creo que yo aquí salgo sobrando - levantándose de la silla - Changbin ya debe estar en casa esperandome, así que mejor me voy.

- No irás a ningún lado, tú novio me envió un mensaje para dejarme saber que viene de camino con comida para todos.

- ¿Por qué razón te escribe a ti y no a mi? - jugando a estar celoso.

- Me escribió para preguntarme que le traía de comer a Woo pero le dije que no estaba aquí -- cerrando su computadora portátil.

- Y ¿tú porque no me dices que te mensajeas con mi novio? - levantando una de sus cejas.

- No necesitas saber todo lo que hace Changbin, el pobre parece tu prisionero - rodando sus ojos.

- ¡Lo es! - ambos soltaron una carcajada.

- Llegué a pensar que los celos de Felix eran reales - tocándose el pecho - van a matarme de un susto si hacen eso de nuevo sin avisar.

- Sus celos son reales, lo que dice de que Changbin es su prisionero también es real. No te dejes engañar por esa carita tierna y angelical, es un demonio con alas que trae de cabeza al tonto de su novio.