Capítulo 19: Tiro Deportivo, parte II

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Capítulo 19: Tiro Deportivo, parte II

Bajé el arma de inmediato, ¿pero este hombre estaba demente? Alcé la vista de su fuerte pecho hacia su rostro donde el sol ligeramente resplandeciente chocaba por la parte trasera de su cabeza haciéndolo ver de alguna forma, más llamativo y poderoso, si es que eso era posible, sus profundos ojos azules estaban fijos en mí, vestía el uniforme camuflajeado haciéndolo ver más... rudo y atemorizante, como si estuviera listo para la guerra.

—Comandante —Sebastián hizo el típico saludo militar parándose firme y con la mano a la altura de su frente.

El comandante Hofmann giró los ojos hacia él como un halcón que caza su presa, pero no pareció hacerle mucho caso, su mirada volvió a clavarse en mis ojos haciéndome temblar todo el cuerpo.

—¿Le enseñas a disparar con qué permiso, teniente Gómez? —preguntó el comandante Hofmann.

Ouh.

—Comandante Hofmann yo... —empezó a decir Sebastián, sin embargo el comandante Hofmann lo interrumpió diciendo:

—Así no tiene buena posición, doctora Clark. Vas a perder el equilibrio.

Sebastián se echó a un lado cuando el comandante Hofmann se colocó detrás de mi; demasiado cerca. Me tensé, no me tocaba pero todo mí cuerpo estaba alerta y muy consciente de él, mi corazón salió disparado y casi se me escapó por mí boca al recordar cuando estuvo detrás de mí en la carpa; sobre mí, su miembro presionándome, su mano en mi cuello y su boca rozando la mía.

«Basta»

¿Pero quién entendía a este hombre?, primero me ignoraba como si yo no existiera y luego se aparecía para enseñarme a disparar.

—Hombros relajados. —dijo el comandante Hofmann y sus grandes manos tocaron mis hombros para enfatizar su indicación, me quedé más rígida que una estatua ante su toque, su voz bajó un poco en un leve tono burlesco, cuando agregó:— Relájate o no vas a fluir, doctora Clark.

Tragué pesadamente saliva casi recordando cuando me dijo "baby", mal momento para recordarlo. Le obedecí a pesar de que su voz y sus indicaciones solo me mandaban a imaginar escenarios muy subidos de tono en mí cabeza. Me forcé a relajar los hombros.

—Separa un poco los pies —ordenó y metió su pie entre los míos para separarmelos un poco—, de esa manera podrás separar las rodillas y mantener el equilibrio.

Su voz detrás de mi nuca solo me hacia tensarme, pero, literalmente estabamos al ojo de todos y no podía decirle que se alejara cuando simplemente me estaba dando indicaciones, pero esos toques leves por mi cuerpo me estaban empezando a poner los nervios de punta mientras el calor que recorría mi cuerpo se acumulaba en mis mejillas y en la parte baja entre mis piernas, mi respiración estaba agitada.

«Manten la calma»

—Flexiona un poco —continuó diciendo y me tocó la cintura; solo fue un roce de sus dedos en la piel que dejaba ver la separación de mi camisa y mi pantalón, pero bastó y sobró para que sintiera su toque en cada esquina de TODO mi cuerpo.

«¿Pero es que lo hace a propósito? »

Sentí que empecé a sudar, pero mis manos estaban frías probablemente de los nervios.

—Usa una pierna como soporte. —continuó diciendo y con su mano alzó mis brazos para mantenerlos firmes frente a mí, el toque de sus largos dedos contra mi piel me mandó a imaginarme lo sucedido en el río cuando me colocó los brazos encima de mi cabeza dejándome completamente inmóvil y a su merced, nuevamente me preguntaba qué se traía él entre manos, como si fuera algo más que sexo...

«Deja de pensar en sexo, solo te ayuda»

¿Acaso así era que enseñaban los profesores a disparar o se aprovechaba de la situación? Porque esto se sentía inapropiado a pesar de que no me estaba tocando más de lo debido.

—Ahora sí, doctora Clark —su voz como un oscuro susurro—, fija la vista en el objetivo y... dispara.

Estreché los ojos mirando el objetivo; el punto rojo del muñeco y disparé, el impacto de la fuerza del disparo me hizo echarme hacia atrás y pegué mí espalda de su torso sintiendolo aún más cerca que antes, él se separó de mí como sí no se hubiera dado cuenta de la intensidad del momento en que literalmente rocé mi culo de su cremallera y murmuró:

—No está mal.

Sin decir nada más, se dio la vuelta y se fue de ahí, como si solo hubiera pasado por aquí a recordarme como mi cuerpo reaccionaba por sí solo cuando él estaba cerca y apenas me rozaba.

—Casi le atinaste —comentó Sebastián y juro que olvidé que él estaba a mi lado, lo miré, él no parecía ni siquiera haberse enterado de mí estado acalorado por el comandante Hofmann y empezó a decirme técnicas para mejores tiros, pero definitivamente ya mi mente no estaba aquí, mi mente estaba en lo ocurrido en aquella tienda de acampar y en cuerpo del comandante Hofmann a centímetros de mí hace tan sólo unos momentos.

—Voy dormir un rato ¿bien? Ando cansada —dije luego de tal vez media hora de práctica, Sebastián afirmó con la cabeza y dijo:

—Oye, aquí cerca hay un bar mexicano, los chicos estaban diciendo para ir todos ¿quieres ir?

—Oh, suena bien. ¿Ahora?

—No, más tarde en la noche, nos encontramos en la entrada.

No sonaba nada mal salir antes de irnos a la aventura.

—Vale.

Me quité los lentes, los protectores auditivos y me dirigí hacia el área de las habitaciones, cuando iba a cruzar el pasillo la teniente Lindsay se acercó a mí llevando unas hojas en sus manos como si estuviera haciendo diligencias de un lado a otro, recordé que ella era la mano derecha del comandante Hofmann.

—Jana —dijo—, el comandante Hofmann la llama a la oficina principal, creo que discutirán la ruta.

Afirmé con la cabeza, y ella se fue, yo mordí mis labios y fui a tomar mis papeles traducidos con la ruta que había obtenido hasta ahora para dirigirme hacia allá sintiendo que por alguna razón mis manos y piernas temblaban, las sentía congeladas a pesar de que hacia calor.

«Calma tus nervios, sólo es trabajo».

Aun así, sentía que desde lo de ayer definitivamente todo había cambiado entre el comandante Hofmann y yo. Suspiré cuando estuve frente a la puerta principal, y toqué dos veces la madera pasando el peso de un pie a otro algo intranquila.

«Calma, de seguro que está con más personas del ejercito»

Tragué pesadamente saliva cuando escuché que dijo:

—Adelante, doctora Clark.

Me llené de valor, abrí la puerta y para mí sorpresa en la oficina solo estaba él.

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Hooolaaaa babys :D ¿como están? Espero les haya gustado la doble actualización, ahora si se va a prender en los siguientes caps WUAJJAJAJAJA Adelanto: BAILE SEXY 3:D ¿qué piensan? Wuajaja a las mejores teorías les dedico el capítulo qué viene :D recuerden que actualizo cada semana jiji las jamos con mí hígado y mí pulmón :)

Instagram: Ysarisareinamoo

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