Capítulo 1

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Si podría definir las últimas semanas, las catalogaría como un juego cruel del destino. Quizás en su vida pasada Penelope había sido una especie de asesina o había maltratado perritos, y el karma ahora le hacía pagar lo que hizo, o quizás solo quizás fueran las consecuencias de sus acciones que la llevaron a lo que estaba viviendo en esos momentos.

Mientras Penélope salía del edificio de 15 pisos en el cual trabajaba, bajo un cielo gris, que se asemejaba mucho a su estado de ánimo, se empezó a preguntar por qué siempre le era tan difícil alcanzar la felicidad. En su infancia, con sus padres, en su adolescencia y ahora a una edad adulta con el que creyó era el amor de su vida. Dirigiéndose a su departamento, en el que alguna vez fue feliz, empezó a recordar.

Penelope Featherington no se consideraba a sí misma una beldad, al contrario, por muchos años sufrió el desprecio de su propia familia y de desconocidos los cuales la encaminaron a percibirse como una chica simple, sin atractivo y muchas veces invisible, que solo podía destacar si se esforzaba mucho en el campo intelectual.

Portia y Archival Feathenrington no eran los mejores padres y tampoco los mejores administradores. Tras una mala inversión y derroche de sus bienes a lo largo de los años, perdieron mucho dinero, lo que los llevó a tomar la decisión de mudarse del barrio lleno de lujos y excentricidades en el cual vivían para ir a un lugar mucho más sencillo, y Penelope lo amó.
A pesar de las quejas de su madre y hermanas, ella era feliz en medio de esa sencillez, encontrando en el silencio y sus libros una forma de escapar de su realidad. Sus hermanas, Prudence y Phillipa, por el contrario, encontraban en Penelope una vía de escape para sus frustraciones. Ya que cada vez que podían, la hacían el centro de sus burlas y bromas de muy mal gusto.

Fue en uno de esos tantos días llenos de burlas, que Penelope no aguantó más y salió corriendo de su casa sin fijarse que a toda velocidad se aproximaba un chico en una bicicleta. Cuando Penelope se dio cuenta fue muy tarde y el choque fue inminente.

Si alguien le preguntara ahora qué recordaba de ese día, ella diría sin pensarlo dos veces: ojos azules y una risa contagiosa. Colin Bridgerton, era encantador y, a pesar de lo que había temido, él solo atinó a decirle: "Creo que no lo hice tan bien, ¿cierto?"

Y fue así que 2 días antes de cumplir 8 años, Penelope Featherington se enamoró. Claro que llamarle amor a esa calidez que recorrió su pecho cuando vio al niño más guapo reírse mientras estaba tirado en el duro pavimento, con la rodilla rasmillada y un leve moretón en la mejilla debe ser un tanto exagerado para una niña pequeña. Pero esto fue el detonante que permitió que de aquel incidente en el que se vieron involucrados aquella mañana naciera una nueva amistad.

Acompañado de Colin llegó Eloise Bridgerton. La conexión entre las niñas fue automática y desde ese día jamás volvieron a separarse. Como diría la madre y los hermanos de Eloise "unidas por la cadera".

Los Bridgerton eran una familia de clase alta, que a pesar de las comodidades en las que vivían y un legado familiar ancestral, nunca utilizaron esto para creerse superiores a otras familias.

Violet y Edmund Bridgerton eran los padres amorosos y enamorados que ella siempre soñó tener. Lamentablemente, cuando Penelope tenía 11 años, ese hombre maravilloso al cual llegó a amar como un padre partió dejando un vacío en la vida de todas las personas que alguna vez lo habían conocido.

Era devastador como dentro de las cuatro paredes de la casa Bridgerton, Penelope podía sentirse hermosa y querida, lo cual desaparecía de forma casi instantánea cuando pisaba los límites de su hogar. Las burlas de Prudence sobre el bonito peinado que le había hecho Daphne esa tarde, o como su madre y Phillipa ponían en duda su real amistad con la familia de en frente, le rompían el corazón.

Salvando mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora