𝐋𝐚 𝐂𝐚𝐣𝐚 𝐃𝐞 𝐏𝐚𝐧𝐝𝐨𝐫𝐚

Capitulo 2; Adopción

"¿Me escuchas?"

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——Melissa, ¿has visto a diana?

La mujer despegó su vista del computador para ver la mirada sospechosa de Adam.

——No, no la he visto——negó——Fijate que no la he visto en todo el día.

——No puede ser——hizo una mueca——Esta bien, gracias.

——¿Y ahora que pasó?——preguntó Melissa a la vez que se cruzaba de brazos.

——Al parecer sigue enojada conmigo porque no le permito otra mascota más.

——¿Más?——rio al saber a dónde iba está conversación——¿Y que era? ¿Un grifo? O tal vez un unicornio.

Adam volvió a hacer otra mueca de disgusto antes de mirarla a los ojos y responder a su pregunta——..... Dragón.

La joven mujer se paró exaltada, viendo a su amigo con los ojos bien abiertos de la sorpresa——¡¿Que?!

——Cómo lo has escuchado, no me preguntes de dónde lo conoció porque no me lo quiso decir, y cuándo me preguntó que si podía quedarse con nosotros le dije que no——se dejo caer en la silla más cercana——;no pienso alimentar a esa maldita lagartija gigantesca, tragan muchísimo.

——Vaya...¿De dónde saca tanto animal?

——No lo sé——pellizco la punta de su nariz con cansancio——Y la verdad es que no lo quiero saber, algo me dice que no me gustaría saberlo.

——Entonces...¿que piensas hacer? Porque si me lo preguntas, diana está haciendo una huelga y no aparecerá hasta que digas que se pueden quedar con el dragón.

——¡Ya lo se! Pero en serio no quiero aceptarlo——se hundió más en la silla——¿Dónde queda mi autoridad? Si sigo complaciendo la se volverá una niña malcriada, y eso es lo que menos deseó.

——Entonces dale condiciones.

——¿Cómo cuáles?

——Mmm...que ella sea quién les de, de comer.

——Ella alimenta a esos tres malcriados——respondió y un recuerdo paso por su mente haciéndolo chasquear la lengua.

——¿Que lo bañe?

——Ella se encarga de bañar a esos tres malcriados.

——¿Entrenarlo?

——Ella misma entrenó a esos tres malcriados—— se cruzó de brazos mirando a Melissa——¡Joder!

——Si, joder.

——No tengo ninguna queja porque ella ha demostrado ser muy responsable.

——¿Entonces por qué no aceptas al dragón?——melissa esperó pacientemente a la respuesta de su amigo, quien lo vio rodar los ojos.

Si bien no había prohibición para tener un dragón como mascota, los gastos y los papeleos eran un fastidio total como cuándo adoptas un basilisco—lo cuál fue un dolor en el trasero— más los intereses y el permiso del emperador también estaban incluidos.