Salem ;; Stray Kids [one-shot especial halloween]

Única Parte

—¡Es increíble que realmente estemos aquí! —exclamó Changbin con la voz cargada de emoción. Una sonrisa traviesa apareció en su rostro, iluminando sus facciones bajo la tenue luz de la luna llena.

Mientras se acercaban a la casa, una ráfaga de viento recorrió el lugar, levantando levemente varias hojas secas alrededor. El grupo se detuvo frente a la vieja casa, cuya fachada se veía abandonada y consumida por el tiempo. 

Con un gesto decidido, Seungmin se adelantó, sus pasos eran seguros mientras resonaban sobre las tablas de madera que crujían. El grupo lo siguió en silencio, mientras sus ojos recorrían cada rincón del lugar. 

—Bueno, aquí vamos —dijo Seungmin mientras sacaba una pequeña llave dorada de su bolsillo. Su porte elegante y seguro destacaba con el traje azul oscuro que llevaba, cada movimiento que hacía era tranquilo.

Los demás lo miraban con admiración. Christopher, quien lucía deslumbrante con su capa de un profundo rojo vino, lanzó una mirada llena de curiosidad.

—No puedo creer que realmente tengas la llave de esta casa —murmuró el chico de cabello oscuro con reflejos rojos.

—¿Tu padre está bien con esto? —preguntó Jeongin mientras se aferraba con fuerza al bate que llevaba en la mano. Aunque intentaba proyectar confianza, su voz temblaba ligeramente al mirar la puerta con desconfianza.

—Mi padre está más preocupado por el Festival de Calabazas —respondió el pelinegro mientras dejaba escapar una risa suave. Con un gesto decidido, introdujo la llave en la vieja cerradura. Se detuvo un momento, disfrutando del suspenso que envolvía a sus amigos—. No tiene ni idea de que la tomé.

La sonrisa de Seungmin se amplió mientras giraba la llave en la cerradura, haciendo que el sonido metálico resonara en el silencio. Se sintió invadido por una mezcla de adrenalina y desafío.

—¿Estamos seguros de esto? —interrumpió Jisung, quien intentó mantener un tono juguetón, pero a su vez la preocupación comenzó a reflejarse en su rostro—. Siento que nos están mirando.

—Es solo una casa vieja —afirmó Changbin con una sonrisa desafiante mientras cruzaba sus brazos—. Es Halloween, después de todo.

El grupo contuvo la respiración, sintiendo cómo la tensión aumentaba en el ambiente. Chan ajustó su mochila, mientras el más joven del grupo se acercaba un poco a él, buscando apoyo. Jisung retrocedió un paso, intentando ocultar su nerviosismo detrás de una sonrisa que no lograba convencer a nadie. Changbin, por su parte, mantenía una postura segura.

La puerta se abrió con un chirrido bajo, dejando ver la profunda oscuridad que envolvía el interior de la casa. Un sonido agudo resonó en el silencio, mientras el grupo sentía cómo un escalofrío les recorría la espalda. De pronto, una ráfaga de aire helado brotó desde el interior, como si la casa exhalara tras años de silencio.

—Es ahora o nunca —agregó el chico de cabellos negros con una calma deliberada mientras que, daba un paso hacia adelante.

Sus amigos se quedaron atrás, observando con atención cada movimiento que Seungmin hacía, como si su valentía pudiera iluminar la oscuridad que se extendía ante ellos. El sonido de los pasos del chico comenzaban a resonar por toda la casa, mientras que la luz del exterior luchaba por atravesar la oscuridad que la envolvía. En un instante, sus dedos lograron encontrar el interruptor de la luz. El ambiente cobró vida de inmediato.

—Bienvenidos a la casa de las Hermanas Sanderson —anunció, girándose con una sonrisa orgullosa. Su voz se extendió en el aire y, el eco que la siguió le añadió un toque dramático a su presentación.

—No imaginaba que se vería tan... bien —comentó Changbin a la vez que pasaba su mano por una de las mesas, maravillado por la imagen que se presentaba ante sus ojos.