Parte única

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—Vamos, Suguru, no puedes quedarte encerrado hoy —comentó Shoko mientras finalizaba su maquillaje— Sé que todavía te fastidia que tu ex no te haya implorado como lo hizo las últimas cuatro veces.

—Cierra la boca —contestó el chico de pelo negro, mientras se ponía aquel ridículo disfraz de policía— No estoy enfadado por eso.

—Esta es una gran oportunidad —continuó la castaña, sin prestar atención a las objeciones de su amigo— En la fiesta seguramente encontrarás a alguien más con quien distraerte.

—Ya estoy, vamos de una buena vez y deja de decir estupideces—en realidad su amiga tenía razón, podía buscar un buen polvo en aquella fiesta.

Ambos recogieron sus pertenencias y abandonaron el departamento. La novia de Shoko, Utahime, los aguardaba en su coche, aparentemente la celebración había sido planeada primo de ella. Al llegar, se dieron cuenta de que el ambiente era muy agradable, ambas chicas se dirigieron rápidamente a la pista de baile, mientras que suguru se fue a buscar un trago.

Hacía ya dos horas que estaba en ese maldito sitio, y no lograba encontrar nada que valiera la pena. Había estado bebiendo varias copas y ahora se hallaba en una esquina, debatiéndose entre marcharse o esperar un poco más. En ese momento, alguien rompió la burbuja de sus pensamientos.

—¿Por qué tan solo, guapo? —susurró un hombre cerca de su oído

Suguru se dio la vuelta de inmediato para ver quién hablaba. Se trataba de un chico alto y corpulento con una máscara de Ghostface, el icónico personaje de las películas.

—¿Y tu eres?—preguntó el pelinegro, levantando una ceja y evaluando al sujeto de la cabeza a los pies.

—Mi nombre es satoru, ¿y el tuyo precioso?—respondió el enmascarado mientras levantaba su máscara, revelando su rostro.

Geto se quedó impresionado; el chico era extremadamente atractivo, con su cabello blanco, piel pálida y unos ojos azul profundo. Tenía la extraña sensación de haberlo visto antes, pero seguramente era solo su imaginación.

—Bonito nombre, yo soy Suguru —replicó, esbozando una sonrisa coqueta.

—¿Oh, así que puedo llamarle por su nombre, señor policía? —preguntó el de ojos azules con tono juguetón.

Suguru se sintió algo desconcertado por un instante, hasta que recordó el disfraz que llevaba.

—Por supuesto —respondió, acercándose al otro chico hasta quedar casi frente a su rostro—. A veces dejo que los chicos guapos me llamen por mi nombre.

Continuaron conversando por un tiempo más, mientras Suguru no dejaba pasar ninguna ocasión para coquetear con el chico de cabello blanco. En un instante, Satoru había acorralado al chico de pelo negro mientras se sumergían en un beso apasionado.

—Vayamos a mi habitación—propuso el de ojos azules, al separarse del beso.

—¿Tu habitación?—inquirió Suguru, creyendo que le estaba jugando una broma.

—Si, esta es mi casa—respondió el peli balnco con una sonrisa, mientras se dirigía hacía la planta superior, lugar donde se encontraba su habitación.

—Tú eres el primo del que siempre habla Utahime—comentó Suguru—debería pedirle cuentas por nunca presentarme a su encantador primo, aunque realmente solo decía cosas malas de ti.

—Utahime me tiene envidia, claramente no heredó la belleza de la familia—replicó Satoru con tono burlesco—y creo que aún no ha superado que rompí su muñeca favorita cuando teníamos ocho años.

Ghostface / Satosugu (OS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora