Leo, mi amigo imaginario

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Cuando llegué a clase y me senté, Susan me lanzó una bola de papel a la cabeza, eso hizo que me enfadara y le grite, la profesora me llamó la atención y me castigó, la odio mucho, no la soporto. Al llegar a casa no le conté nada a mamá pero si se lo dije a Leo y me respondió que no me preocupara porque no me volvería a molestar más, yo le dije que no hiciera nada pero creo que no me hizo caso. De noche, cené y me acosté, Leo con una sonrisa me dio las buenas noches y desapareció, supuse que se había ido a dormir como siempre.

Leo tiene la misma edad que yo, su pelo es castaño y tiene los ojos color miel, viste con una camiseta verde y unos vaqueros, sus zapatos son blancos pero están sucios, sólo lo puedo ver y escuchar yo, mamá dice que haga amigos de verdad pero yo le digo que Leo me cuida y juega conmigo todos los dias, mamá sigue sin creerme pero no me importa porque se que algún día me creerá.

Susan es la niña que se mete conmigo siempre, ella tiene el pelo rubio y sus ojos son castaños, sus padres tienen mucho dinero y una casa muy grande, a veces pienso que todo lo que tiene no se lo merece por ser así de mala con la gente.

Al día siguiente yo estaba en clase pero Susan no apareció, era algo muy raro ya que nunca faltaba a clase, escuché hablar a sus dos mejores amigas, ellas hablaban de que Susan acabó en el hospital porque de noche ella empezó a gritar y cuando los padres llegaron a su habitación vieron que estaba en su cama rodeada de sangre y con algo escrito en la pared "Volveré".
Me sorprendió y me asustó ya que lo primero que se me pasó por la cabeza fue a Leo pero no puede ser, Leo es muy bueno y nunca le haría daño a nadie ¿verdad? .

Mamá me vino a buscar y ya sabía lo de Susan, al llegar a casa fui a hablar con Leo pero el me dijo que no había echo nada, quería creerle pero algo me lo impedía, quizás debería hablar con Susan aunque seguramente no me quiera decir nada, pero podría intentarlo, aun asi una parte de mi decía que se lo merecía por haber sido tan mala.

Al día siguiente fui al hospital con mamá a ver a Susan, entré en la habitación y ella estaba viendo la televisión, le saludé y empezamos a hablar, ella me dijo que antes de que esa cosa le atacara pudo ver que era un niño y que llevaba una gorra, en ese momento me quede paralizada y recordé que Leo algunas veces llevaba puesta una gorra muy vieja pero a la cual el le tenía mucho cariño, no sabía que hacer, me sentía muy confundida y derrepente sentí una mano en mi hombro, era Leo y me dijo con una sonrisa:

-Lo hize por ti

CONTINUARÁ

Gracias por leer mi historia, si quereis que la continúe podeis darle a me gusta y comentar :D, espero que os haya gustado y hasta prontoooo.

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