Capitulo Uno.

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Era un día frío en Nueva York, recién llegaba de mi nuevo empleo. Mi nueva jefa, Elizabeth Burke, era lo mejor que pudo haberme pasado desde que mi vida criminal término, bueno, más o menos término porque una vez que sientes esa adrenalina, esa manera de sentirte viva no hay nada más en tu mente que querer volver a sentirlo.
Abrí la puerta principal e inmediatamente me di cuenta que alguien había estado ahí, husmeando en mis pertenencias. No lo habría notado de no ser porque había un libro mal acomodado en mi cómoda. Miles de opciones pasaron por mi mente, pero finalmente un ruido en mi habitación hizo que me decidiera y, tomando una sombrilla, me dirigí a abrir la puerta de mi habitación, otro error, yo siempre dejo abierta la puerta. Puse la mano en el picaporte y antes de girarlo oí un susurro que no logre entender, pero la persona seguía susurrando, al parecer no se había dado cuenta de que yo estaba aquí. Justo cuando me disponía a abrir la puerta algo dentro de mi habitación se calló.
-¡Maldición!- grito en un susurro la persona dentro de mi habitación, esperen, Santa Madre, yo conocía esa voz. Me puse a rezar internamente porque quien estuviera dentro no fuera quién yo creía, respire hondo y abrí la puerta y si, para mi mala suerte, si era quien yo creía.
-Joder, Caffrey. Deja eso ahí ahora y ven inmediatamente aquí.- dije enojada mientras daba media vuelta y me dirigía a la sala. -Si intentas escapar te buscare, y sabes que soy muy terca y terminare encontrándote.
A los pocos minutos él llegó a la sala.
-Lilianne Moreau, un gusto volver a verte.- dijo haciendo su típica sonrisa arrogante.
-Lamento no poder decir lo mismo, Neal Caffrey.- sonreí y con la cabeza le señalé el sillón- Siéntate y explícame por qué razón estás en mi casa.
Él de mala gana se sentó y varias veces abrió la boca para decir algo, pero luego se arrepentía y no decía nada.
-Ahora, Caffrey. No tengo tu tiempo.
-Bien, bien. Te lo diré.- suspiró- Kate ha desaparecido.
Me quede quieta y viéndolo directamente a los ojos, eso ya lo sabía, y si él estaba aquí la razón era obvia, creía que yo tenía contacto con Kate.
-Vaya que novedad.- dije sarcásticamente, por lo que él me dio una mirada extrañado, iba a hablar, pero lo interrumpí con una mano- eso lo sé desde hace algunos años, justo después de que te encerraran en prisión, ella vino aquí muy asustada y me pidió quedarse aquí, luego de unos meses ella se fue sin decir nada y llevo años sin saber nada de ella, así que estás un poco atrasado de noticias.
-Necesito tu ayuda para encontrarla, tu la conoces mejor que yo y creo que nos facilitarías el trabajo a Mozzie y a mi.
-¿Mozzie? ¿Cómo es que lo encontraste? Llevo buscándolo mucho tiempo y no he sabido nada de él.
-Bien, si quieres ver a Mozzie, tendrás que ayudarme a encontrar a tu hermana.
Lo dudé un momento, no estaba segura de que Kate quisiera ser encontrada, ya la había buscado y no había sabido nada. Había desparecido en el aire, pero si quería encontrar a mi hermana y volver a ver a Mozzie, tendría que confiar en Caffrey.
-Bien, te ayudare, pero entiende algo Caffrey no quiero secretos, así que si hay algo importante que tenga que saber dilo ahora porque sí me entero después olvídate que vuelva a confiar en ti.-dije viéndolo directamente a los ojos. Él sonrió.
-No, no hay secretos. Y no los habrá.

White Collar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora