La ciudad de Lunaris brillaba cuando el sol se hundía bajo el horizonte, pintando el cielo en tonos naranja, rosa y morado. Rebecca había llevado a Freen a uno de los puntos más altos de la ciudad, un mirador apartado que dominaba las calles sinuosas y los extensos edificios de abajo. Se sentaron una al lado de la otra, el mundo calmado mientras los últimos rayos de sol brillaban sobre los tejados.
Por un momento, todo lo demás desapareció. Sin batallas, sin profecías, sin expectativas: solo ellas dos, sentadas en cómodo silencio, observando cómo el día se convertía en noche.
Freen miró furtivamente a Rebecca, con el corazón hinchado de calidez. Estaba hermosa bajo la luz tenue, su perfil enmarcado por los suaves colores del atardecer. Freen no pudo evitar preguntarse cómo alguien tan fuerte, tan autoritario, podía sentirse también como su refugio...su lugar seguro.
"Hermoso, ¿no?" La voz de Rebecca rompió el silencio, pero era suave, como si ella también fuera reacia a perturbar el silencio.
Freen asintió, pero sus ojos se quedaron en Rebecca. "Sí," susurró, aunque su respuesta no se refería a la puesta de sol.
Después de que el sol finalmente desapareció, se dirigieron a un pequeño y acogedor restaurante que Rebecca juró que tenía la mejor comida de la ciudad.
La cena fue perfecta: platos sencillos que sabían muy bien, mejorados aún más por la fácil conversación entre ellas. Freen se encontró riendo más y sus preocupaciones se desvanecieron con cada sonrisa compartida.
Una vez terminada la cena, deambularon por las calles más pequeñas, rozándose ocasionalmente las manos mientras caminaban. La ciudad estaba llena de sonidos de gente, las calles iluminadas con linternas y había una especie de magia en el aire, algo que hacía que el mundo se sintiera un poco más ligero.
Un cantante estaba en la esquina de una calle estrecha, tocando una melodía sencilla con su laúd. La melodía era suave, gentil y llenaba el aire de la noche como una canción de cuna. Freen hizo una pausa, inclinando la cabeza para escuchar. La música despertó algo juguetón en su pecho, una chispa de picardía que no había sentido en mucho tiempo.
Se volvió hacia Rebecca con los ojos brillantes. "Baila conmigo."
Rebecca parpadeó, desconcertada. "¿Qué?"
Freen sonrió y agarró su mano, empujándola hacia el centro de la calle. "¡Vamos! Baila conmigo."
"Realmente no..." Las palabras de Rebecca fueron interrumpidas por su propia risa cuando Freen la hizo girar, su rígida postura de guerrera no estaba completamente preparada para el movimiento espontáneo.
Freen se rió mientras la soltaba, sacudiendo la cabeza. "¡Estás tan rígida! Necesitas relajarte."
Rebecca hizo un puchero burlón y se cruzó de brazos. "Aww, ¿ya te estás dando por vencida?" ella bromeó.
Antes de que Freen pudiera responder, Rebecca volvió a tomar su mano, esta vez un poco más decidida. Con un suave tirón, hizo girar a Freen hacia ella, la sorpresa evidente en el rostro de Freen mientras tropezó hacia adelante. Rebecca la atrapó sin esfuerzo, colocando los brazos de Freen alrededor de sus hombros, mientras sus propias manos descansaban en su cintura.
El mundo pareció desacelerar a su alrededor. La suave melodía del cantante flotaba de fondo y las linternas proyectaban un cálido resplandor sobre la calle. Rebecca y Freen estaban en medio de todo, balanceándose suavemente mientras la ciudad avanzaba a su alrededor.
El corazón de Freen latía con fuerza en su pecho, pero no por los nervios. Era la proximidad, la forma en que Rebecca la abrazaba con tanto cuidado, la forma en que sus cuerpos parecían encajar entre sí de forma natural, como si hubieran estado bailando así desde siempre.
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La Profecía del Oráculo (FreenBecky UA)
FanfictionLa princesa guerrera Rebecca Armstrong comanda la legendaria Brigada Valquiria con una fuerza inquebrantable, hasta que un rescate casual trae a su vida a Freen, una princesa hada con secretos guardados. La antigua profecía del Oráculo dice: los des...