Isabel y Saturno

el campamento

"Hola, Saturno, mucho gusto." "El gusto es mío, linda."

"Muy bien, alumnos, basta de hablar. Díganme de una vez, ¿dónde se ubica Venezuela geográficamente?"

—Saturno se quedó callado, sin saber la respuesta, hasta que Isabel dijo—

"Se ubica en América del Sur, profesora."

"Muy bien, eso es correcto."

—Maldita sea, me pasé vergüenza delante de ella por no saber, pero mañana debo estar listo para el examen—

"Alumnos, tengan en cuenta que mañana, después del examen, cada quien debe ir a su casa a buscar sus pertenencias. Mañana es el día que iremos al campamento. Espero que estén bien preparados."

Al día siguiente, Saturno estaba concentrado. Había pasado toda la noche estudiando. No se iba a permitir reprobar, y menos delante de Isabel. —Tenerla cerca no me deja concentrarme...

"Saturno, ¿tienes algún problema? ¿No querrás que te repruebe, verdad?"

"Alumnos: ¡ja, ja, ja! La profesora es clara, Saturno no sabe nada. No podría sacar buenas calificaciones aunque quisiera."

"Cállense. Claro que sé, solo que..."

—Isabel estaba a su lado hasta que pidió permiso para ir al baño—

"No les hagas caso, bro", le dijo su mejor amigo. "Es por la nueva... Te gusta, ¿verdad?"

"Ya cállate, ya puedo concentrarme. Aprovecharé que ella fue al baño."

Al final de la clase, la profesora entregó las calificaciones. Saturno obtuvo un 20, mientras que Isabel sacó un 15. Ese día estaba un poco cansada.

"Lo hiciste muy bien, Isabel."

"Gracias, Saturno. Tú también."

"Bueno, bueno, como ya se los había dicho, deben ir a buscar lo necesario para el campamento."

Saturno fue el primero en salir, y luego Isabel.

"Solo me falta una cosa más... ¡Y ya! Debo darle una buena impresión a Isabel."

(En clases, a punto de tomar el autobús)

"Bueno, creo que ya son todos... ¿Podemos irnos?"

"¡Espere, profe! Isabel no ha llegado."

"Uh... no nos podemos ir sin ella."

En ese momento, llegó Isabel, agitada y corriendo.

"Excelente, ahora sí... ¡Vámonos! ¡Por una gran aventura!"