II

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-¿Natalan?- Nombró su amigo, Soarinng.

Este se notaba sorprendido por encontrarlo después de no verlo hace tiempo, ya que el pelinegro había desaparecido de un día para otro y nadie sabía en donde vivía por la poca interacción que tenían con Natalan. Excepto Lucasta, que era con quien el azabache interactuaba más, pero el de lentes tampoco conseguía saber mucho sobre él.

En lo que pensaba, Natalan rápidamente había agarrado el pedido que tenía antes y le había dejado el dinero en una de sus manos.

-¡Oye, Natalan!-Le llamo, pero ya era tarde porque el azabache le había cerrado la puerta en la cara.

Rendido, Soarinng guardó el dinero y se fue del lugar, aún pensando en lo que pasó. Antes de irse, le tomó foto a la casa y guardó la dirección donde se encontraba.

Mientras caminaba vió a lo lejos a alguien que se le hacía conocido y con curiosidad de saber quién era fue corriendo en dirección a aquella persona.

-¡Hey!, ¡Lucasta!- Gritó su nombre al ya reconocerlo estando cerca.

-¡Hola Soarinng!- Saludó el de lentes al  hetero cromático.

«-¿Cómo te va de repartidor, eh?- Preguntó por su nuevo trabajo, mientras el otro seguía acercandose porque aún estaban algo lejos.

-¿Qu-é dijiste...?- Dijo sin aire, ya que había corrido con la mochila de delivery que era un poco pesado e incómodo para él.

-¿Cómo te va en de repartidor?- Repitió su pregunta por petición de Soarinng, quien no lo había podido escuchar antes.

-Ah, pues bien...supongo.- Respondió, susurrando la última palabra.

-Que bueno...¿Dijiste algo?- Al no escuchar muy bien lo último quiso preguntar.

-Eh, no. Pero, tenemos que hablar.- Se apresuró en cambiar de tema, poniendose serio.

-¿Pasó algo? Podemos hablar ahora mismo si quieres.- Dijo Lucasta, sin preocuparse tanto lo que podría decir el otro chico. No creía que fuera algo importante, ¿Verdad?

-No podemos aquí, vamos a mi departamento.- Dijo apresurado, jalando el brazo del de lentes hacia la moto que había "estacionado" en un árbol amarrado a una cuerda para que no se la robaran.

-¿Tienes una moto, pero no un carro?- Se burló Lucasta.

-Hijo de...callate y ponte el casco.- Quiso insultarlo, mas lo que tenía que contarle era importante.

En lo que Soarinng desamarraba la cuerda que ataba su moto al árbol Lucasta se puso el casco que le había dado el heterocromático.

Ya terminando de desamarrar la cuerda, la guardó y se subió a la moto junto al castaño de lentes.

-¿Sabes manejar una moto?, no quiero que choquemos por tu culpa.-

-Que sí, si sé pelotudo.- Cansado de su burla, insultó al otro castaño.

-Ya, pero no me digas así.- Dijo con falsa tristeza.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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