Error

3 1 0
                                    

Caminando en un edificio en construcción, el sonido de sus botas al sonar contra el pavimento hacen un crujido que no le agrada, decide ignorar y subir con la mejor cautela que puede, al llegar a la ventana en donde observará y se va a encargar del objetivo, acomoda su equipo y coloca con suma eficacia su rifle de precisión al frente de la pequeña ventana en donde logrará cumplir con su misión, después de acomodar el equipo se sienta en una mesa de pavimento que parece una futura encimera de una cocina, se recuesta sobre ella despues de colocar su reloj cada diez minutos para dar una mirada para mirar si hay movimientos o no. Se acuesta en ella y cierra los ojos para dormir un poco. Pasan los diez minutos exactos y abre los ojos, se acerca a la ventana y con unos binoculares revisa y al parecer no hay rastros del objetivo, vuelve al lugar donde estaba recostado y decide cerrar los ojos nuevamente y dormir, pasan otros minutos y está vez, su objetivo está en movimiento.

-Hombre de 1,73, con un peso de 70 Kilos, blanco, canoso, ojos azules verdosos y al parecer de unos 63 años... Un movimiento falso y será un hombre muerto...- repite Dante en su cabeza.

Se acerca a su rifle y se acomoda en posición para matarlo, ve a una mujer que se interpone en su camino, decide
no darle importancia y concentrarse en el objetivo, pone el dedo en el gatillo listo para apuntar, al disparar la bala, la mujer justo fue la que recibió el disparo y no su objetivo, ha fallado, rápidamente como un parpadeo comienza a recojer todo su equipo con sumo estrés, lo guarda en una bolsa de basura mientras que los guardias de su objetivo lo llevan a un lugar seguro, baja rápidamente con por las escaleras sin terminar del edificio, al llegar a las puertas del lugar sale de ahí, corriendo apresurado y bota la bolsa de basura en un camión reciclador, se sube rapido a su moto, se coloca el casco, enciende el motor y sale de ahí, ahora sabe que su vida y la de su amada estan en peligro, despues de unas cuantas cuadras, ya lejos de la escena que causo, llega a un callejón y toma un respiro, no es cuando algo interrumpe la música de sus audífonos, la voz de aquel a quien le está trabajando.

- Vaya, vaya, parece que no has cumplido con mi petición... Lo quería muerto a él, no a su novia, imbecil. Y ahora pagarás las consecuencias... -esa voz que se comunicó a través de sus audífonos se desconecta inmediatamente con un estruendo que le pone los pelos de punta y la piel de gallina, sabe que algo no está bien, y su cabeza lo repite. Decide hacerle caso a su mente e irse a su casa inmediatamente.

(...)

Pasando unas varias horas, va por la carretera con un auto rentado, va pasando a una gran velocidad y apenas se puede divisar en la ventana los otros autos que por allí se divisan, siente el miedo en su ser y sabe que su amada podría estar en riesgo, pasadas unas horas llega a un lugar algo escondido y resguardado de la ciudad, parquea el auto a una zona cercana y sale de este con un arma en la mano, avanza con cautela, calculando cada paso para ni hacer ni el más mínimo ruido, sus oídos y su vista se agudizan peor cuando ve la puerta entre abierta, camina en silencio y avanza por el pasillo, la música está demasiado alta, indicando peligros sin duda, recarga el arma y tiene el dedo en el gatillo por si tiene que disparar, sigue caminando y apaga el reproductor de la música que se encuentra en la encimera de la cocina, se da cuenta de que el vidrio que da a el patio está roto y algo manchado de sangre, al divisar mejor, se da cuenta que hay un rastro de sangre, pisadas que están algo manchadas por ese líquido carmesí que se divisa perfectamente por el piso de mármol blanco que decora el suelo, al avanzar al cuarto principal ve a su amada en un estado muy maltratado, con rasguños y heridas s graves y profundas, recoje a su amada del suelo y la lleva rápidamente al auto, no le importa en este momento nada más, ahora lo más importante para él es su amada y cubrir su bienestar, al subirla al auto, cubre sus heridas con algo de algodón y vendajes que absorban la sangre que sale de las heridas, prende el auto y salen de su antiguo lugar seguro al hospital más cercano.

Al llegar, rápidamente unas enfermeras y un doctor resiven a su esposa, la llevan en una camilla y la atienden en una habitación preferencial, él espera pacientemente, aunque con algo de preocupación y miedo, puesto que la vida de su esposa depende de un hilo, está entre la vida y la muerte por las graves heridas y golpes que recibió, aún así pasados unos minutos sale el médico que atendió a su mujer, el médico camina hacia él para decirle del estado de su esposa, pero él se va a apresurado a la habitación donde yace aún con vida.

Ve allí a su esposa, algo moribunda pero con el corazón aún latiendo, con un ojo hinchado seguro de un golpe que recibió, una herida en la cabeza que está cocida, su cuerpo que está cubierto por una vata de hospital que esconde los moretones y otras heridas cocidas en todo su cuerpo, se acerca a ella con paso lento y se pone de rodillas ante la camilla, su corazón se parte en dos al verla tan malcriada y peor por culpa suya, toma la mano de su amada y la mira con los ojos cristalinos como si estuviera a punto de llorar.

- Cariño... -dice ella entre suspiros cortos, aún aferrándose a este plano terrenal - me prometí que si moría... Tu serías mi único recuerdo... Sin importar mi muerte... Pero aquí estás, a mi lado... Puedo verte de nuevo cuando pensé que hiva a morirme. -dice ella con una frágil sonrisa.

- No digas eso. Vas a vivir y esos tipos que te hicieron eso van a pagar. Lo harán por lo que te hicieron. - dice Dante con un tono serio y decidido.

- Amor... Porfavor no los mates... No más... - dice ella con las pocas fuerzas que tiene.

-no te preocupes, no los voy a matar... -dice él aunque sabe en sus adentros que cada palabra que acabo de decir es mentira.

Se acerca a ella y le planta un beso suave y delicado en su frente, le acaricia la mejilla con sus dedos rasposos que para ella hoy están suaves, sus dedos callosos rozan esa piel delicada y suave que tanto ama, se despide de ella y sale de la sala, el médico le informa que vivirá pero que tendrá que mantenerla en el hospital hasta que la vean apta para poder irse nuevamente a casa, Dante solo acepta y se va a la sala de espera para pagar el tratamiento, después de pagarlo con una tarjeta que tiene su identidad falsa, sale del hospital y mientras se coloca unos audífonos para evitar el ruido de los autos que pasan por la autopista, su mente trabaja en como obtener su venganza, aunque para el es más que venganza, es un trabajo que se propuso. Caminando por la acera, pasa la autopista y llega al parqueadero, se acerca a su auto y le pone una placa nueva encima de la anterior para no levantar sospechas, se dirige a la puerta del conductor y la bare, se sienta y tira la maleta en la parte de atrás donde lleva lo necesario para cumplir con "su trabajo".

El sabía que aquel hombre no perdonaba errores y mucho menos de ese calibre, atentaron contra la vida de su amada, el juego había comenzado, pero no era más que un simple trabajo que se abría propuesto o por dinero, era hora de tomar los roles nuevamente a la cacería y está vez no solo fue el quién cargo con los platos rotos, ella, la mujer de su vida, también cargo el precio de su error, ahora tenía que ponerse en marcha, está vez no era dinero ni reconocimientos o poder, era venganza y está vez derramaria hasta la última gota de sangre por ella.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Sangre Y Venganza Donde viven las historias. Descúbrelo ahora