El baño de Aku

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POV Narrador:

Atsushi Nakajima, un detective novato, podría decirse; más conocido como el recadero de la agencia, estaba de camino al departamento de su novio, ya que ellos habían acordado tener una cita.

El problema, mis queridos lectores, era que su pareja no quería asearse, así que por eso se está dirigiendo hacia su apartamento; aunque se suponía que se verían en el muelle, donde empezaría su cita.

Llegando al lugar antes mencionado, subió al ascensor y presionó el último botón. Mientras esperaba, le marcó a su novio para informarle que ya casi estaba en la puerta, y que la abriera desde ya. Definitivamente no estaba de buen humor.

Después de que las puertas del ascensor se abrieran por completo, caminó a paso apresurado hacia la puerta del fondo. Al mismo tiempo, pudo escuchar un pequeño tintineo, y acto seguido, la puerta se abrió lentamente.

Al ver a la figura parada en el umbral de la puerta, su enojo desapareció casi al instante, pero tenía que seguir aparentando.

Continuó su caminata y, al llegar, le dio un casto beso en los labios a su pareja, mientras colocaba sus manos en el pecho del contrario.

Podría estar enojado, pero los besos de bienvenida y despedida nunca faltaban. Sería un pecado para él si dejaran de hacerlo.

Su pareja correspondió lenta y calmadamente, tratando de poner sus manos en su cintura.

Palabra clave: tratando, pues Atsushi le dio un pequeño manotazo mientras se alejaba un poco. Acto seguido, dijo:

—Aún estoy un poco enojado, ¿sabes, Ryu? —El mencionado se sintió un poco cohibido. Esta no era la primera vez que su pareja lo regañaba, pero aún no se acostumbraba del todo. Un poco raro, considerando que llevaban más de 5 años saliendo.

Pero ya saben, con la persona correcta, ya sea tu amigo/a o tu pareja, sientes que el tiempo pasa volando.

En fin, no nos desviemos.

Que Atsushi lo regañara de vez en cuando no estaba del todo mal. No lo mal entiendan, no era masoquista. Pero cuando el albino lo regañaba por cosas así, sentía que eran un matrimonio viejo.

Entre él y ustedes, quería llegar a esa etapa con Atsushi. Y planeaba proponerle matrimonio esta noche.

Esa era la razón por la que lo había hecho enojar cuando estaban platicando¹ por teléfono. De otro modo, no habría venido.

Bueno, en realidad, sí. Podría haberle ofrecido Chazuke, pero no quería sobornarlo².

Mientras Akutagawa estaba en este viaje astral, Atsushi lo empujó adentro del departamento y cerró la puerta detrás de él.

El albino, quitándose el abrigo y colgandolo en el perchero, observó cómo Akutagawa salía de su trance y se disponía a buscar algo en la sala. Se dirigió hacia él.

—¿Qué buscas, Ryu? —preguntó, un poco más calmado. El pelinegro cubrió algo con el cojín, se giró hacia Atsushi y dijo:

—Nada, vamos a comer —Lo agarró por los hombros dirigiendolo hacia la cocina. El peliblanco frunció un poco el ceño.

—Nah ah, en este momento te vas a bañar —dijo mientras cambiaba los roles, siendo él ahora el que empujaba a Akutagawa por los hombros. Solo que en vez de dirigirlo a la cocina, lo dirigía al baño.

Akutagawa se mostró un poco descontento, pero luego la expresión en su rostro cambió por una más siniestra, dejándose arrastrar hacia el baño.

Ya en el baño, mientras Atsushi verificaba si estaba todo en la ducha para el baño de Aku, el sujeto en cuestión había cerrado la puerta con llave y se acercaba muy lenta y silenciosamente hacia el albino.

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