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No podía recordar en qué día exacto llegaron al caldero de Annwfyn, si fue un lunes o un sábado, pero sí el tiempo que había transcurrido. Tres días. Casi nada comparado con otros que estuvieron atrapados por mucho más tiempo. Chion llevaba la cuenta desde que pisaron por primera vez Camelot, hace ya 532 días. Y 219 desde que perdieron al príncipe Tristán. Viviendo los dos solos en la intemperie del ambiente hostil y defendiéndose de los vándalos que veían como presa fácil a él y a Isolda por ser de los pocos jóvenes que llegaron al lugar. Molesto, sí; sin embargo, la experiencia les jugó a su favor y se veían muy capaces de vencer o al menos dar una buena batalla a sus rivales. Lo iban a demostrar dentro de poco. Justo ahora, en unos minutos, Gawain y el hombre con una perilla en el mentón, Turret, según el árbitro, iban a enfrentarse ante el clamor del estadio.

Todos estaban ahí en la periferia de la plataforma que hacía de campo de batalla, esperando a que iniciara la contienda con el resto del público exaltado por ver más. Donny, Anne y Nasiens iban sentados juntos; la sección de perdedores de Liones presente y unida, tal como dijo Donny. Los que todavía no les tocaba pelear se encontraban en otra zona, separados por si alguno de los que fueron derrotados en la primera fase quisiera hacer un sabotaje a manera de venganza. Una precaución sabia, ya que a muchos no se les veía nada contentos con el resultado del primer grupo.

Al iniciar el torneo el presentimiento de que iba a ganar Percival siempre estuvo ahí y cuando quedó vencedor de toda la categoría Nasiens no se sorprendió para nada. Nunca dudó. Su fe en Percival ha estado firme desde que lo conoció, desde que le consideró su héroe. Que él ganara era lo natural. Otro asunto era el resto del pelotón. Se esforzó mucho en su propia batalla, usando todo lo que tuvo a su alcance, pero no le fue muy bien. Necesitaba entrenar más físicamente, la carga de utilizar la lanza del árbol sagrado le consumía en exceso.

Un destello le sacó de su ensimismamiento. Desde su posición pudo ver como el chico que perdió en la semifinal se alejaba cabizbajo. Caminaba un poco extraño, inclinándose hacia la derecha como si quisiera apoyarse en algo y arrastrando los pies mientras avanzaba a trompicones, rumbo a la salida del estadio. Percival no le había lastimado demasiado cuando pelearon, se esforzó mucho en no hacerlo. Algo no estaba bien. Bajó volando pese a que sus amigos le llamaban de que ya iba a comenzar la pelea y se aproximó a él. Tras unos pasos el joven tropezó sobre sus piernas y cayó al suelo. Ya se imaginaba que eso iba a suceder. Estaba sumamente agotado.

Con la exigua fuerza que tenía lo cargó y lo depositó en uno de los asientos de abajo. Los espectadores aledaños se apartaron asqueados cuando lo dejó caer. Genial, necesitaba ese espacio. Le quitó la armadura, lo que quedaba de ella en realidad, el yelmo y el peto tirándolos sin mirar muy bien mientras le administraba uno de sus fármacos predilectos para sanar a las personas en ese estado tan débil sin que sintiera tanto dolor. El chico, que había peleado también con Anne, tenía el pelo largo y claro, pero no tanto como su piel, de un tono gris enfermizo. Parecía intoxicado. Esto no era solo por el festival, esta persona estaba mal desde hace bastante tiempo.

Abrió los ojos al fin. Miró desorientado alrededor y luego a él, quizás preguntándose quién era.

-¿Puedes oírme?

Asintió con la cabeza. Ya recordaba, su nombre era Diodora.

-Dime, ¿sientes alguna molestia? ¿Alguna incomodidad con la medicina que te di?

-No. Gracias por ayudarme

-No es nada. ¿Te encuentras mejor?

Su rostro menos pálido demostraba que sí, pero su expresión deprimida decía otra cosa. A nadie le gustaba perder, obviamente, pero perder esta batalla significaba también olvidarse de conseguir la oportunidad de pedir tu mayor deseo a Beltreipe. La decepción era un sentimiento que no se podía evitar.

Un paciente es un paciente y su misión como herbolario era sanar a cualquiera que estuviera enfermo dentro de su capacidad. Si el joven volvía a desmayarse -algo que estaba seguro que iba a pasar en el futuro- porque no funcionó lo que le brindó, se sentiría culpable. Primero debería averiguar qué tenía exactamente. Sin embargo, estar en un campo de batalla no era el lugar idóneo. Hizo lo primero que se le ocurrió entonces: recetar la dosis de medicamento.

-Perdona ¿cuál es tu nombre?

-Me llamo Nasiens

Siguió concentrada en generar la droga entre sus palmas. Apenas consiguió la cantidad que quería la metió en un frasco y se la dio. Diodora miró extrañado el peculiar regalo.

-Debes tomarla cuando te vuelvas a sentir mal. No puedo asegurar lo que tienes con tan poco tiempo, pero eso debería bastar. Espero te ayude

La gratitud brillaba en los ojos, maravillado. Por un instante le recordó a Percival, pero desechó ese pensamiento de inmediato.

-Muchas gracias, no sé cómo puedo agradecerte

-No es nada- Repitió. Debería irse pronto, Anne le hacía señas para que regresara de una vez.

-Que una chica me haya salvado es un poco vergonzoso, seguro pensarás que soy un debilucho, señorita

-Bueno, no soy una chica...no todavía- Eso último susurró imperceptiblemente

-¡Oh! Perdona ¡Lo siento mucho! No sé cómo pude confundirme, que grosero de mi parte. Es que pareces una y yo solo lo dije sin pensar, para un hombre es humillante que le confundan-

-No, no, tranquilo, en realidad tampoco soy un chico

-¿Eh?

-¡Mi señor!

Rothes corría en su encuentro y tal vez fue por eso, o quizás algún otro motivo desconocido, que hizo que Nasiens finalmente se fuera volando. El fiel vasallo no se dignó en mirar a la persona que ayudó a su señor, enfocado solo en Diodora.

-¡Mi señor! ¿Cómo se encuentra?

Volvió a mirar a donde estaba, pero ya no había rastro alguno, se había perdido entre los demasiados rostros de la multitud. Aún así sonrió, pronunciando su nombre con dulzura.

-Con que Nasiens... Que bonito nombre

"Espero verte de nuevo"



NOTAS:

No sé si sacar otro cap donde ella le cure de verdad y Percival se entere de que su hermanastro está flechado por Nasiens cuando eso pase.

Yo solo quería escribir algo sobre Nasiens teniendo un pretendiente a futuro y terminé investigando quienes eran Deirdre (uno de los nombres en el que supuestamente se basó Diodora) y Naoise TT Ya no sé si es bueno o malo por la similitud. Pero pues no importa, porque el autor coge las leyendas como se le plazca, el mismo nombre de Percival tiene una variante que no se sabe a ciencia cierta si es él (una leyenda es Percival del santo grial y la mesa redonda de Arthur y otra de Peredur, que es copia del primero pero que no tiene nada que ver con el grial y en esta si aparece Angharad). En resumen: demasiadas leyendas, interpretaciones y ambigüedades como para hacerle caso al pie de la letra XD

Una ayuda al prójimoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora