Prólogo

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El viento a esta altura parece un susurro incesante, uno que incita a dar un paso al vacío, como si las corrientes supieran cuán frágil es la línea entre querer y desistir. Aquí, en la orilla del edificio, observo las luces de la ciudad, ese resplandor que nunca se apaga, indiferente a los desvelos y a las decisiones de aquellos que miran hacia abajo. Nunca pensé llegar a este punto. ¿En qué momento, sin darme cuenta, bajé la guardia? Quizá fue en el instante en que ella apareció, atravesando mi vida con la facilidad con que el viento juega con un mechón de su cabello castaño, rozando su rostro en una mueca de risa que parece tan lejana ahora, casi irreal.

Nos cruzamos en el bar de manera casual, pero con la fuerza de una predestinación, como si esa noche todo en el universo hubiera conspirado para unirnos. Nunca imaginé el impacto que tendría en mí, ni que aquella risa suya, tan contagiosa y sencilla, se convertiría en el eco de una herida que aún no cierra.

Si estás leyendo estas líneas, es porque aún sigo aquí, porque el instinto de supervivencia, o quizá el esfuerzo invertido en esta vida, me impidió simplemente rendirme. La verdad es que estoy roto. Eso es innegable. Pero sigo aferrado, recordándome que un amor que lastima no es el fin del mundo, aunque se sienta como mil navajas atravesando el alma, robándome el aire, sin una medicina que mitigue el dolor.

Te contaré cómo empezó todo, cómo ese primer amor me envolvió en la ilusión más dulce y peligrosa, hasta llevarme al borde de mí mismo.

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Advertencia: Este libro incluye una diversidad de contenidos, incluyendo temas LGBT. Pido que se acerquen a estas páginas con respeto y apertura. Los capítulos serán publicados cada domingo, y te invito a seguir cada paso de esta historia de amor y redención.

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