Atrapada en la Nostalgia: Un Corazón Apenado por Tu Ausencia

Estar extrañando siempre, me apachurra el corazón

En la quietud de la noche, el silencio se torna ensordecedor,
un eco de tu ausencia, un vacío que me devora sin temor.
Como un barco a la deriva, sin rumbo, sin dirección,
me encuentro perdida en la inmensidad de tu ausencia, en un cruel tormento, sin un perdón.

El corazón late con un ritmo acelerado, un ritmo de nostalgia,
cada latido, un susurro de tu nombre, una melodía que me daña, me vacía.
El recuerdo de tus ojos, de tu sonrisa, de tu voz,
me invade como una ola, me arrastra hacia la tristeza, me apuñalada, me destroza.

La soledad me envuelve como un manto oscuro,
un peso que me aplasta, me ahoga, me hace sentir pequeño.
Las ganas de volar, de disfrutar, de vivir,
se desvanecen en el aire, como un susurro que se pierde en la nada, como un vacío que se aviva.

Las horas se convierten en siglos, los minutos en eternidades,
cada segundo que pasa, un recordatorio de tu ausencia, de tu falta, de tu partida, que se queda en la nada.
La distancia se torna insoportable, una barrera invisible que nos separa,
un muro de dolor, de nostalgia, que no puedo traspasar, que me lacera.

Estar extrañando siempre, me apachurra el corazón,
una presión constante, una angustia que me invade, una sombra que no me abandona, un dolor que me domina.
Como un ave que busca su nido, pero no lo encuentra,
me encuentro perdido en la nostalgia, en un mar de tristeza, sin una guía, sin una ruta, sin una ayuda, sin una persona.

En la quietud de la noche, tu recuerdo se intensifica,
un dolor que se apodera de mi alma, que me atrapa, que me domina, que me persigue, que no me permite dormir, que me llena de melancolía.
Las lágrimas se derraman como la lluvia sobre un terreno seco,
una tristeza profunda, un dolor que no se calla, un lamento que se multiplica.

Estar extrañando siempre, me consume, me vacía, me destruye,
un dolor que no tiene cura, un vacío que no se llena, una herida que no cicatriza, un silencio que me aterra.
En la inmensidad de tu ausencia, me encuentro perdida, sin rumbo, sin esperanza,
un corazón roto, un alma desgarrada, en un mar de nostalgia, en un silencio que me hiere, en un dolor que me mata.