I. Griego

18 1 0
                                    

Los viajes en avión siempre eran agotadores, y este no seria la excepción. Después de más de diecisiete horas de vuelo mi culo ya estaba más hundido que la Atlántida, cuando intente levantarme mis piernas hormigueaban de lo entumido, y mi tripa rugía por tan siquiera un plato de musaca.

—Joven Kyros ya hemos llegado, el señor Walsh lo espera.

Aviso la joven azafata personal que ordeno mi madre, para que no me lanzara del avión en huelo, dijo. Aburrida. Vi a la joven muchacha dar la vuelta de vuelta a la cabina de los pilotos perdiendo la de vista.

Tome el maletín de la laptop y la maleta que llene de cosas predecibles para romper, no cargándola por mucho, ya que al bajar vi a Carton el mejor amigo de mi padre, y mi padrino. Walsh me apoyo con la maleta alejando que debía estar agotado por el largo viaje , si, si, no es como si todo el viaje me la haya paso dormido y escuchando musica, sentía que no volvería a poder dormir en todo el resto de la semana. El hombre de traje, abrió la puerta trasera del Audi, avisando que iría a por las pertenencias restantes.

—Bastiaan me mando el itinerario que debes seguir.—Deje de comer de la bolsa de almendras al oírlo chasquear.—Muchas clases extracurriculares, debemos empezar rápido.

—Lo que digas.—Reste relevancia deshaciendome de la gabardina que portaba, pase mi mano por mi cabeza despeinando un poco mi cabello para recostarme más cómodo.

El mayor observo la desfachatez del joven, a veces no creía que este niño sea hijo de viejo amargado de su mejor amigo, solo río al notar lo peli-teñido de su ahijado.

—Esto sera divertido Kyrs, una nueva experiencia diría tu santo padre.

Ambos carajeamos como si el que mi padre fuera considerado un santo fuera el mejor maldito chiste mejor contado de la vida, eso hasta que el chofer llego avisando que empezaría el trayecto hasta la residencia Walsh.

Que mi cuerpo cayera sobre las finas sábanas de seda se sintió la gloria, pero la gloria no duro demasiado al recibir la llamada con conexión a Grecia y la voz de mi padre no era lo mejor que esperaba oir a las tres de la tarde.

—Si patéras, paidí ya menciono los horarios, si, tiro con arco, boxeo y cursos extracurriculares. Si, Ki egó tous agapó.

Solte un suspiro al dejar el celular en el escritorio frente a mi ahora cama de mi ahora habitación, escuche como la puerta se abrió dejando ver la cabeza de Carton asomarse con fingido disimulo, claro que había escuchado era igual e incluso más chismoso que el mismísimo Hermes.

—¿Listo para empezar las clases mañana?—La sonrisa forzada que le dio solo lo hizo volver a lanzarse a la cama, llegaba a un nuevo continente y a mi padre se le ocurre mandarlo a inscribir lo antes posible al instituto, no lo dejo conocer ni la maldita plaza primero, por Zeus esto seria agotador.

¿El viento golpeando tu cara mientras andas a toda velocidad sobre tu hayama por las calles de New York después de un desayuno de los dioses? Nombre suena chingonsisimo, pero no, yo voy camino al instituto a pie porque se me pasó el bus, y para qu...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

¿El viento golpeando tu cara mientras andas a toda velocidad sobre tu hayama por las calles de New York después de un desayuno de los dioses? Nombre suena chingonsisimo, pero no, yo voy camino al instituto a pie porque se me pasó el bus, y para que molestarme en correr cuando claramente llegaré igual de tarde.

Mientras voy de camino paro a comprarme un café, porque, quien mierdas esta despierto a las ocho de la mañana feliz, mi fuente de felicidad es la droga café, ya saben el café, el chocolate, y cualquier alimento que te cause diabetes o gastritis en su defecto.

En cuánto toque la entrada del instituto me topo con mis tres más leales súbditos.

—¡No has de recordar que ya debes más de tres retardos imbécil!

Ay tan linda mi seguidora favorita, que estaba tan jodidamente empeñada en matarme mis últimas dos neuronas de tanto golpe en mi pobre cabeza.

—Ya Aria, carajo, hoy si me peine.

—Yo te veo igual de brujo.—Solo rode al escuchar la estúpida broma del estúpido de Raymundo. Obvio que me peine. Y chitón.

—Y por impuntual, te perdiste de una vista que;—Solte una carcajada al verla morderse el labio en fingida éxtasis.—Alto de dos metros, pelinegro y unos músculos de los dioses griegos.—La carcajada solo se elevo al verla ventilar su blusa.

—¡Oye!, uno ochenta, pelinegro y mírame.—Modelo señalando mis atributos. Le tendí mi café a Mundo para dar una suave vuelta a mi eje.

—Si claro, cuando tengas su cara de angel te postulas flaco.—Se colgó de mi hombro Theodore, el último de mis mosqueteros.

—Paren todo, ¿Ustedes tambien escuchan a un toro hablar?—Las carcajadas que soltamos fueron tan fuertes como el golpe que me propino Theo, pero vamos, si a uno de tus mejores amigos le pusieron los cachos con quien le advirtieron, ¿no se burlarían?, además ya entra en chiste interno en nuestro grupo.

Cuando avanzamos más, llegamos al pasillo donde se encuentra dirección, que usualmente siempre se encontraba más vacío que iglesia entre semana, ahora estaba repleto de alumnos en su mayoría féminas.

—Uy, incluso esta Kitty.

—Katie, imbécil.—Recalca Aria, al recargarme sobre su cabeza sin poner todo mi peso.

—¿Y yo que dije?—Dejo a la morena con la palabra en la boca, mientras me acerco a la pelirroja.—¡Hey Kitty!

—Pierdete Rory.

—Oh vamos que más puedes esperar además de a mi, y yo ya estoy aquí.—Bromeo recargando mi peso en mi brazo recargado en la pared, medio acorralando a la pelirroja.

—Cuando seas un sexy griego, hablamos.

—¿Si es griego?—Pregunte sorprendido, que internacional.

—Y que griego.—De mi hombro se colgó Vanessa, la "mejor amiga" de Katie, un día de estos mi hombro se va a caer de cargar tanto burro.

Cuando estuve apunto de alegar a mi favor, osea mirenme que más pueden pedir, cerré el hocico al ver al director y detrás de el, o mierda que si parecía un jodido dios griego, y el que vista de negro solo era un plus al jodido orgasmo visual que provocaba solo con verlo. Carajo.

—Rorian que bueno que lo veo debemos hablar, pase por favor.

Solo deje caer mi mandíbula al verlo pasar y que me dejara todo su jodido perfume impregnado en la nariz, ya ni Mundo que es adicto al perfume olía así de intenso.

Solo lo vi irse con Katie y yéndose con ellos tambien mi oportunidad de salir con la roja. Solo solte un suspiro a la par de Vanessa que seguía a mi lado, moví mi brazo haciéndola tambalearse, solte una suave carcajada antes de sentir la presencia de Claflin en mi espalda.

—Montenegro.

Mierda.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 03 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Abandonar una contienda de Handball Donde viven las historias. Descúbrelo ahora