⭑Capitulo 2⭑

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Estaba llegando al departamento, aún seguía pensando si era buena idea todo esto que estaba haciendo, por un lado quería pasar tiempo con alguien, ya que no tenía amigos, y el volverme a encontrar con Ji-Ho me hizo muy feliz, pero por otro lado, la invite al departamento de Jaekyung, y si el se llegara a enterar que traje a alguien a su casa, no se que reacción me esperaría, aunque lo más seguro es que se enoje demasiado, y me obligue a tener sexo con el, cada día de la semana. Hasta cuando tengo que soportar esta horrible pesadilla.

Llegue al departamento, ordene un poco el lugar y prepare la mesa. Esperaba que solo cenaremos y ya, porque no tenía bastante tiempo antes que llegara Jaekyung.

Era las 8 en punto, había un silencio un tanto incómodo, solo se podía escuchar el tic tac del reloj que colgaba de la pared, el frío estaba más fuerte de lo normal, mis músculos estaban tensos, por un momento pensé en llamar a Ji-Ho y cancelar de a último momento, pero sabía que eso estaba mal, pero también estaba mal esto.

El timbre sonó, -Al fin- pensé, ya que la espera se estaba volviendo tediosa, me dirigí a la puerta para poder dejar pasar a Ji-Ho.

-Hola mi querida Ji-Ho- bromee pero al mismo tiempo la abracé.

-Hola mi panquesito- Ji-Ho me acaricio el pelo de una manera cariñosa.

-Jajaja, extrañaba eso-

-Y yo te extrañaba a ti- Sonrió -Sabes, cuando estaba en la recepción de este edificio, la señorita me dijo que necesitaba la autorización personal de un tal Jaekyung, ya que este departamento es un penthouse, ¿tu lo conoces?-

Rápidamente mi cuerpo se tenso, empecé a sudar y temblar.

-Eh... Si, lo conozco, es mi... mi... compañero de cuarto, eso, pero como el penthouse esta a su nombre, por eso necesitabas su autorización -

-Bueno, por fortuna me las arregle yo sola, y lo importante es que ya estoy aqui-

Suspire y trate de tranquilizarme

-Me alegro Ji-Ho, y pasa, pasa, que descortés soy, que no te invite a pasar-

-Gracias Dan- Ji-Ho observo con admiración el penthouse-vaya, si que es muy lindo este lugar-

-Si, la verdad es que si-

-Espera, eso lo que veo haya es ¡Una piscina! Wow Dan, si que vives como un rey aqui-

-Bueno, pero es no es importante- la empuje un poco para que se distrajera y nos dirigieramos al comedor.

Ji-Ho se miraba emocionada por estar conmigo, y lo admito, yo también estaba muy emocionado por estar con ella.

-Entonces- Abrió la caja qué traía con ella -Me decidí por una pasta italiana, junto a este vino tinto brunello di montalcino-

-Me encanta esta pasta, pero Ji-Ho, ¿ese vino no te habrá costado muy caro?-

-Cuando se trata de pasar tiempo contigo, nada para mi es caro. Igual gracias a la empresa de mi madre el dinero nunca es un problema-

Me sonroje por lo primero que había dicho. Ji-Ho siempre había sido demasiado detallista, desde que estudiábamos en la universidad, siempre me regalaba pastelitos, bolígrafos, ropa, y muchas cosas, aunque su cariño igual lo demostraba de manera muy afectiva, y esas son una de las cosas por las que me gusta pasar siempre tiempo con ella, me hace sentir seguro, querido, como una persona que puede sentir un apoyo mutuo cuando estoy con ella.

Estábamos comiendo, uno frente al otro, por alguna extraña razón, no estabamos conversando, aunque el ambiente no se sentia para nada incómodo, y alguno de nosotros necesitabamos romper el hielo. Me percate que ninguno había tocado su copa de vino, iba a decir un brindis por cualquier estupidez, pero Ji-Ho se me adelanto.

-Bueno, y si brindamos Dan?- me dedico una sonrisa y levanto su copa.

-Ajaja, me parece, ¿Por quien brindamos?-

-¿Que por quien? Obvio que por nosotros, nos reencontramos y eso es digno de un brindis-

-tienes razón, asi que, ¡Salud!-

-Salud mi panquesito-

Después de eso nos fuimos a sentar a un sofá no tan lejos del comedor, estuvimos bebiendo hasta acabar la botella, también estuvimos conversando, me contó de como tuvo que volver a los estados unidos, ya que la empresa de su madre necesitaba un administrador desde haya, y que nunca tenía tiempo para comunicarse con sus amigos, o incluso para ella misma, pero luego se confronto a su madre, diciéndole que la sobrecargaba de trabajo y necesitaba un suspiro, su madre la entendio y dijo que podía tomar regresar a Corea por un tiempo, ya que luego necesitaba que alguien volviera a supervisar su negocio desde haya.

-Y eso fue todo lo que paso- Ji-Ho se recostó su cabeza encima de mis piernas -Fue algo muy cansado, pero me alegra por fin haberle dicho a mi madre como me siento-

Me gusta mucho la determinación de Ji-Ho, siempre que le disgustaba algo, o no le pareciera, ella siempre lo haría saber, y el haber confrontado a su madre es un gran paso para ella, me gustaría tener al menos un poco de voluntad que tiene ella.

-Me alegro mucho Ji-Ho- Al ver el acto que hizo, empecé a a acariciar cariñosamente su cabello -Veo que aún tiene poco aguante para el alcohol-

-Pero si ese vino tenia un 14% de alcohol, para mi es mucho-

-Entonces yo estaria igual o peor que tu- Rei un poco -mira como estas, estas más cariñosa de lo normal, Ji-Ho-

Ji-Ho se levantó y se paro frente a mi.

-¿y donde quedo mi querida? ¿Que ya no te caigo bien?- hizo un pequeño lloriqueo.

-Jajaja, oh mi querida Ji-Ho, no se ponga así, usted no solo me cae bien, yo la aprecio y la quiero mucho-

-¿Seguro?-

-cien por ciento seguro-

Dicho eso, ella rápidamente me abrazo, y yo le correspondí muy calidamente el abrazo.

-Te quiero mucho, mi panquesito de miel-

-Yo también te quiero mucho, me Ji-Ho-

Enseguida se escucharon unos pasos, se escuchaba que de estaban acercando hacia nosotros, ¡Oh no! Y si era quien creo que es.

-Vaya, vaya, ¿que tenemos aquí?-

Era Jaekyung...





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