Mi más grande admiración en este tiempo ah sido observar, por lo más mínimos detalles que sean, observar, entre abuelitos caminando en una plaza a la felicidad de una pequeña al recibir una flor.
No importa la persona que seas porque todos en nuestro interior desbordamos amor y tampoco importa la forma pero demostralo, sacalo afuera porque solo somos seres pasajeros con la capacidad que sentir de una forma única y hermosa. Regala un pequeño detalle a la primera persona a la que se te venga a la cabeza y vas a ver que con algo tan simple sembras una mísera semilla de paz, pero anímate roto o entero déjate conocer tenes mucho amor para dar y mucha gente bonita quien va a cuidarlo.
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Sus ojos brillaban, fijos y llenos de vida en una rosa que tenía en sus manos.
-¿como no le va a gustar que la acaricien?- dijo mientras su sonrisa explotaba de oreja a oreja.
Al momento de tocarla pude sentir lo suave y frágil que eran sus pétalos, llenos de vida y a la vez ahí solo existiendo, en sus últimos momentos pero tal vez los mejores, feliz porque alguien aprecia lo hermosa que es, también dejo ver lo fuerte que es al no dejar caer ninguno de sus pétalos por más fuerte que la apretara.
Merece delicadeza, un alma capaz de brillar como ella, que todo momento esté admirandola porque en simples palabras es increíble, que si se incendia la ciudad y ella debe morir para salvarla no lo duden ni un segundo y elijan disfrutar hasta el último momento junto a ella, así de fuerte, así de bonito, no menos que eso.
-Ella es una flor.
