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Cinco años habían pasado desde aquel beso en el parque, un momento que había marcado un hito en la vida de Haechan y Mark. Desde entonces, su relación había crecido y evolucionado, convirtiéndose en una hermosa historia de amor que se sostenía en la confianza y el apoyo mutuo. Haechan, ahora un joven que había dejado atrás la inseguridad de la adolescencia, se encontraba en su habitación aquella tarde, sintiendo una mezcla de emoción y nerviosismo.

Al mirar alrededor, se dio cuenta de que los recuerdos de su juventud estaban dispersos en cada rincón. Fotografías enmarcadas de ellos dos sonriendo, entradas de conciertos y pequeños regalos que habían intercambiado. Pero hoy, su atención estaba centrada en un objeto en particular: un libro que había decidido regalarle a Mark como un gesto significativo en su ceremonia de recibimiento como profesor de letras.

Era un libro de poemas, uno que Haechan había leído durante su tiempo en la universidad y que le había dejado una profunda impresión. Las palabras resonaban en su corazón, y creía que Mark apreciaría no solo la belleza de la prosa, sino también la intención detrás de ese regalo. Se lo imaginó abriéndolo, sus ojos iluminándose al leer la dedicatoria que Haechan había escrito en la primera página.

Mientras colocaba el libro en una elegante caja de regalo, sintió una punzada de nostalgia. Recordó aquellos momentos en los que, a pesar de las adversidades, siempre habían estado el uno para el otro. Mark había enfrentado la pérdida de su padre y, al mismo tiempo, había perseguido su sueño de convertirse en profesor, algo que Haechan admiraba profundamente. Habían construido una vida juntos, en la que se apoyaban mutuamente en cada paso.

Mientras envolvía el regalo con papel brillante, se dio cuenta de que también había planeado una sorpresa. Había contactado a algunos de los amigos más cercanos de Mark para que asistieran a la ceremonia y celebraran con él. Quería que esa ocasión fuera especial, una celebración no solo de su nuevo rol como profesor, sino también de todo lo que habían logrado juntos.

Cuando terminó de envolver el libro, Haechan se sentó en el borde de su cama y reflexionó sobre la vida que habían construido. Habían pasado por altibajos, pero su amor había prevalecido, y ahora se sentía más fuerte que nunca.

La noche anterior a la ceremonia, Haechan no pudo dormir bien, su mente estaba llena de pensamientos sobre cómo sería el día siguiente. Se imaginaba a Mark en el escenario, hablando apasionadamente sobre la literatura, su amor por la enseñanza brillando en sus ojos. También visualizaba la reacción de Mark al recibir el regalo, cómo lo miraría con esa mezcla de sorpresa y felicidad que siempre lo caracterizaba.

Finalmente, la mañana llegó y Haechan se preparó con esmero. Se vistió con una camisa blanca y pantalones oscuros, queriendo lucir lo mejor posible para la ocasión. Al llegar a la universidad, la atmósfera estaba llena de entusiasmo y nervios. Los estudiantes se movían de un lado a otro, algunos charlando animadamente sobre sus clases, otros buscando a sus amigos.

Haechan tomó una respiración profunda antes de entrar al auditorio. El lugar estaba decorado con flores y globos, y el murmullo de las voces llenaba el aire. En el escenario, Mark estaba haciendo los últimos preparativos, revisando su discurso con una sonrisa nerviosa en su rostro.

Al verlo, el corazón de Haechan se aceleró. Mark se veía increíblemente apuesto, su cabello perfectamente peinado y su mirada llena de determinación. En ese momento, Haechan sintió una oleada de orgullo. Este era su amor, su compañero, y estaba a punto de iniciar un nuevo capítulo en su vida.

Mientras el evento comenzaba, Haechan se acomodó en una de las sillas en la primera fila, esperando pacientemente. A medida que Mark subía al escenario, el silencio se hizo presente, y Haechan pudo escuchar cómo los latidos de su propio corazón resonaban en sus oídos.

Mark tomó el micrófono, y su voz, aunque ligeramente temblorosa, resonó en el auditorio. -Gracias a todos por estar aquí. Hoy es un día muy especial para mí, y no podría haber llegado hasta aquí sin el apoyo de cada uno de ustedes.

Haechan sonrió mientras escuchaba a Mark hablar con pasión sobre la importancia de la literatura y el papel que desempeñaría como profesor. Había una chispa en su mirada que hacía que el tiempo se detuviera.

Finalmente, llegó el momento de entregar los regalos. Haechan se levantó, su corazón latiendo con fuerza mientras se acercaba al escenario. Con el libro en la mano, se sintió un poco nervioso, pero también emocionado.

-Mark -dijo Haechan, su voz resonando en el silencio-, quiero darte este regalo como símbolo de nuestro viaje juntos. Espero que siempre encuentres inspiración en las palabras, así como yo encuentro inspiración en ti.

Mark miró a Haechan, sus ojos brillando con emoción mientras tomaba el regalo. -Gracias, Haechan. Esto significa mucho para mí.

Cuando Mark abrió el libro y vio la dedicatoria escrita a mano, una sonrisa se extendió por su rostro. -Esto es perfecto. Sabes cómo tocar mi corazón, ¿verdad?

-Es fácil cuando tienes un corazón tan bonito -respondió Haechan, sintiéndose aliviado y feliz al ver la felicidad en el rostro de Mark.

La ceremonia continuó, pero para Haechan, ese momento en particular fue el más importante. Al finalizar, Mark lo buscó entre la multitud y, al cruzar sus miradas, Haechan supo que siempre estarían juntos, enfrentando lo que viniera en su camino, apoyándose mutuamente y creando recuerdos que durarían toda la vida.

En otra vida ... (Markhyuck)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora