EXTRA.

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Habían pasado unos meses y Bae no se acostumbraba a la vida que le da Hwan. Para Bae era muy difícil ya que Bae quería regresar a su trabajo pero Hwan se lo impidió, el chico quería salir pero su esposo se lo impedía, lo tenía encerrado en casa y eso a Bae no le gustaba.

Espero a que su esposo llegará a casa luego del trabajo, a pesar de estar ocupado siempre volvía temprano para la cena.

Escuchó el sonido del seguro de la puerta quitarse, se paro cerca de la entrada y espero a que su esposo entrará.

Hwan entra y lo primero que hace es abrazar y besar a su linda esposa luego se arrodilla y besa la barriga de Bae, donde esta su bebé de 9 meses.

Fueron a la mesa donde ya estaba lista la cena.

-querido... te puedo preguntar algo..- aún recordaba como fue obligado a que lo llamara por apodos amorosos, el día que lo había llamado por su nombre Hwan le había dado una cachetada.

-claro mi vida, que es?- dijo hwan mientras comía

-por qué no me dejas salir? Llevo encerrado ya 9 meses..-

-...- hwan solo lo miraba fijamente

-no tienes porque salir, aquí tienes todo- dijo hwan mientras comía

-ese es el problema, quiero salir a dar una vuelta, ir al supermercado o a algún lugar!-

-yo lo que quiero es que estés solo en casa-

-me volveré loco!!-

-deacuerdo, no quiero que afecte tu salud, saldrás, pero a mi manera, no saldrás mucho, máximo 3 veces al mes. Trato o nada-

-...bien..trato-

Hwan y Bae estaban en la cama en la posición del misionero, desde que el vientre de Bae se hizo demasiado grande solo lo hacían en esa posición.

Para Hwan, hacer el amor viendo la gran panza de su bella esposa era lo mejor del mundo.

Luego de aquella charla en la cena, Bae y Hwan se fueron a un restaurante, era la primera vez que salía Bae.
Desde que salieron el más joven estaba feliz, pero el más mayor era todo lo contraria, estaba celoso todos los hombres veían a su esposa, por eso no quería sacarlo de la casa.

Al llegar a la mesa, llegó el camarero con las cartas y no paraba de mirar al Bae, era muy hermoso.
Hwan harto de esto, sacó su arma y la apuntó hacia la cabeza del mesero

-quieres que te saque los ojos, eh? Maldito bastardo. No mires lo que es mío- hwan estaba furioso

-le pido mil disculpas, se lo ruego deme otra oportunidad, seré más profesional- el camarero estaba muy asustado y ni paraba de temblar.

Hwan tenía planeado matarlo pero ver a Bae asustado lo preocupó, y también le preocupó su bebé.

-actúa como debes, bastardo- dijo hwan guardando su arma.

A pesar del fatídico comienzo, la cena acabó bien.
Al llegar a casa, Bae sintió un fuerte dolor y cayó al suelo en la entrada de la casa, gritaba pidiendo ayuda, Hwan lo metió nuevamente al auto y el mismo manejó hacia la clínica.

Bae estaba en trabajo de parto, lo sedaron para proceder con la cesárea y al pasar las horas, Hwan escuchó el llanto de su bebé, el estaba al lado de su esposa todo el tiempo. Estaba feliz y emocionado por ver a su bebé, una vez que bañaron al bebé y le pusieron ropa, se lo entregaron a Hwan.

Cuando Bae despertó ya estaba en casa y Hwan a su lado con el niño acurrucado en su pecho.

Así pasaron 2 meses y Bae estaba igual de hermoso en comparación con Hwan que estaba lleno de ojeras. Bae estaba muy agradecido con su esposo, ya que hwan es el que se despierta a la madrugada cada vez que llora el bebé.

La familia se había mudado a una gran mansión y eran felices. Hwan seguía siendo posesivo y controlador con su joven esposa pero a pesar de la poca libertad que Hwan le dió, el más joven era feliz.




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EL BRILLO DE LA OSCURIDAD.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora