Pepper x Espio gyatters 4eva

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La noche era fría y las estrellas brillaban en contraste con la luna, la cual destacaba con el resplandor único que brindaban las noches de octubre. Espio caminaba por el bosque, pendiente a cualquier sonido extraño dentro de el oscuro arbolado en el que estaba metido. El camaleón estaba dentro de una misión para los Chaotix, una realmente simple de hecho; encontrar un chao perdido, un completo desperdicio de sus habilidades de detective y de ninja, si se lo preguntas. Una larga caminata por el bosque era lo que necesitaba Espio para despejar su mente, hasta que concentró toda su atención en algo en la distancia, un crujido. Todos los sentidos del camaleón se dirigieron al crujido, moviéndose con velocidad y cautela hacia el lugar de origen mientras contenía cierta intriga y precaución en su mente.
El joven camaleón pudo distinguir una figura a lo lejos mientras se acercaba, una femenina para ser concretos. Se acercó con sigilo para no ser detectado, escuchando el ruido incrementar.
—Chatarra de cuarta, ¡No te me vuelvas a acercar, no volveré a ese lugar horrible!—
Habló la desconocida mientras pateaba con fuerza un badnik ya despedazado que se hallaba en el suelo, propiedad de Eggman. La chica parecía ser una zorro, clavando sus botas en la estructura ya deshecha de el badnik.
Espio se escondió detrás de un árbol, no pudiendo apartar su vista de la extraña frente a él, no parecía ser una enemiga, pero no podía evitar querer mantener su distancia. El camaleón se sentía.. ¿Nervioso? No sabía cómo explicarlo, pero algo lo mantenía pegado y a la vez alejado de esa desconocida patea- badniks.
De pronto en su afán de conseguir una mejor vista de su entorno, hizo crujir una hoja que se hallaba en el piso gracias a el otoño, una muy buena hoja crujidora si me lo preguntas a mi, pero una muy crujiente hoja puesta en un mal lugar en un mal momento, haciendo que la extraña posara su total atención en la fuente del ruido. Espio se alarmó, pero supo que no había salida que no luciera incómoda para este encuentro, afrontando las consecuencias de espiar y no moviéndose de lugar.
—¿Quién está ahí?—
Preguntó la extraña, caminando hacia el árbol de dónde provenía aquel extraño ruido
—Lo siento, no pretendía asustarte.—
Respondió Espio mientras caminaba con dirección a revelar su identidad, mostrando su cara de entre la oscuridad con las manos alzadas en símbolo de paz, no venía a pelear. El camaleón caminó hasta que su identidad fue notable para la extraña, el deducía que era alguien de fiar por su manera de despreciar a Eggman, odiar a Eggman era como un símbolo de paz en esos rumbos.
—¿Quién se supone que eres?—
Preguntó la zorro, curiosa sobre el individuo frente a ella, no sabiendo si era alguien de fiar aún. Ella mantenía una posición de defensa, preparada para cualquier cosa.
—Espio, Espio el Camaleón. Soy un ninja y detective miembro de la agencia de detectives Chaotix. Ahora que me presenté como se debe, ¿Cuál es tú nombre?—
El joven camaleón era conocido por alardear de más en algunas situaciones, y ésta parecía ser una de ellas. Además de la reputación antes mencionada, Espio quería darse a relucir con la nueva chica frente a él, quién sabe por qué (⁠@⁠_⁠@⁠).
—... Pepper, Me llamo Pepper.—
Respondió la ahora no desconocida, aún con su distancia marcada y sin apartar sus sospechas sobre el joven.
—¿Y qué hacías espiándome, Espio el camaleón?—
Preguntó Pepper, confrontando al camaleón frente a ella con rudeza.
Espio al escuchar esta pregunta se tornó nervioso, no se suponía que fuera espionaje.
—Ah, te equivocas Pepper. No te estaba "espiando", era una simple caminata, eso fue todo.—
Justificó Espio con cierto nerviosismo en su voz, el cual fue controlado a mitad de la oración y logró comunicarse normalmente.
—¿Qué era entonces? ¿Vigilarme de cerca?. No necesito tus cuidados, camaleón—
Contestó Pepper con un tono violento en su voz, se le hacía muy difícil confiar en alguien y más si se lo encontraba a mitad de la noche en un bosque. La chica continuaba con su posición precavida, pero ligeramente interesada por la respuesta de el camaleón frente a ella
—¡Malinterpretaste todo! Te dije que solo estaba caminando, no hay razones para ponernos violentos, Pepper—
Contestó Espio con cierto nerviosismo, acercándose más para tratar de tener la situación bajo control pero fallando en lograrlo, solo alterando más a la zorro. Espió disfrutaba de repetir el nombre de la chica una y otra vez después de cada oración, era "adictivo de decir" en sus propias palabras.
—... Haré como que te creo. ¿Qué haces hablando conmigo?—
Pepper con cierta curiosidad relajó su cuerpo, no parecía una amenaza después de todo, aunque mantenía su curiosidad por el muchacho.
Espio tragó saliva, nisiquiera él sabía exactamente que hacía ahí, pero debía encontrar una excusa rápido.
—Yo...
Supongo que quería conocerte.—
Confesó Espio con cierto nerviosismo en su voz.
Pepper escuchó esto y compartió el mismo nerviosismo que cargaba Espio, pero ambos sabían disimularlo para que el otro no lo notara.
—Ah, ya veo.—
Contestó Pepper de manera seca, dando dos pasos atrás mientras mantenía su mirada fijada a el camaleón, un extraño pero ligero sonrojo haciéndose notar en su rostro.
—...Tengo que irme, Espio.—
Añadió la zorro mientras daba pasos hacia atrás, tratando de alejarse.
Esta nueva sensación era muy rara para ella, ¿que se suponía que significaba?, lo único que sabía era que debía huir de ahí lo más rápido que pudiera. Espio por otro lado estaba más que fascinado por la nueva expresión de confusión que portaba Pepper, pero confundido por su nueva desición de alejarse. El camaleón tomó la muñeca de Pepper antes de que esta lograra irse, no apartando su mirada de la chica.
—Espera.
¿Te voy a volver a ver?—
Preguntó Espio. Los ojos de Pepper resplandecían en conjunto con la luna, haciendo una hermosa escena para ambos. Aunque la zorro odiaba esto, se contuvo de lastimar al Camaleón, simplemente soltandose del agarre y alejándose de Espio.
—No lo sé,—
Contestó la chica, nerviosa sobre la pregunta
—Quizás.—
Pepper terminó su frase y huyó de ahí, dejando a Espio con una extraña sensación de emoción y curiosidad, decidido a venir al día siguiente para encontrarla.

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