Recuerdos en el Viento

3

La ceremonia de clausura de los Juegos Panamericanos llegó con gran expectativa. Lima estaba llena de color y alegría, pero para Luca, había una carga adicional. En su corazón, sabía que era el momento de ser honesto con Miguel sobre sus verdaderos sentimientos.

Mientras se preparaban para la ceremonia, Luca se sintió cada vez más ansioso. Había pasado los últimos días disfrutando de la compañía de Miguel y reconstruyendo su relación, pero sentía que necesitaba dar un paso más. Era hora de confesar lo que había guardado durante tanto tiempo.

Esa noche, mientras se encontraban en el Estadio Nacional, Luca se detuvo frente a Miguel, sintiendo que el mundo a su alrededor se desvanecía. Las luces del estadio iluminaban sus rostros, y el bullicio de la multitud se convirtió en un murmullo lejano.

—Miguel —dijo Luca, tomando una respiración profunda—, hay algo que tengo que decirte antes de que esta noche termine.

Miguel lo miró, sus ojos llenos de curiosidad. —¿Qué sucede?

—Durante este tiempo juntos, he tenido la oportunidad de reflexionar sobre mis sentimientos. Lo que más me ha impresionado es que me he dado cuenta de que no solo te veo como un amigo. Mis sentimientos por ti son más profundos. —Luca hizo una pausa, su corazón latiendo con fuerza—. Quiero que sepas que te amo.

Las palabras flotaron en el aire, y el tiempo pareció detenerse. Miguel se quedó en silencio, procesando la confesión de Luca. Era un momento que había anticipado, pero nunca había esperado que llegara tan pronto.

—¿Amor? —preguntó Miguel, sintiendo una mezcla de sorpresa y emoción. —No sabía que sentías así.

—Sé que hemos pasado por momentos difíciles, pero lo que hemos reconstruido es significativo para mí. Quiero iniciar una relación amorosa contigo, si también sientes lo mismo —dijo Luca, sus ojos fijos en los de Miguel, llenos de sinceridad.

Miguel sintió una oleada de emociones. Durante los últimos días, había experimentado un profundo sentido de conexión con Luca. Había comenzado a verlo no solo como un amigo, sino como alguien con quien quería compartir su vida.

—No sé si estoy completamente listo para dar ese paso, pero siento algo especial entre nosotros —respondió Miguel, su voz temblando con la emoción de la revelación. —Quiero intentarlo, quiero explorar lo que podría ser esto entre nosotros.

Luca sonrió, sintiendo que un peso se levantaba de sus hombros. —Eso es todo lo que pido. Estoy dispuesto a ser paciente y dar el tiempo necesario para que ambos nos sintamos cómodos.

Mientras la ceremonia de clausura comenzaba, ambos se abrazaron, sintiendo que un nuevo capítulo se abría ante ellos. Con la música y la celebración a su alrededor, sabían que su camino no sería fácil, pero estaban dispuestos a enfrentarlo juntos. La historia de Miguel y Luca estaba lejos de haber terminado; se transformaba en un hermoso relato de amor y confianza, uniendo sus corazones en medio de la celebración y la esperanza.