Un deseo

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Dato informativo: En esta historia Marinette nunca estuvo enamorada de Adrien, ella siempre lo consideró un amigo y nada más.

Marinette conoció a Félix cuando viajó a Londres para visitar a su tía Shoui. La azabache había decidido dar un pequeño paseo por la tarde aprovechando que había dejado de llover hace dos horas, lastimosamente los zapatos que estaba usando no eran adecuados para las calles mojadas de la ciudad así que se resbaló y casi cayó de espaldas si no hubiera sido porque alguien la atrapó a tiempo.

Fue un joven rubio de ojos verdes con el cabello bien peinado, usaba una gabardina negra, bufanda del mismo color y guantes azul oscuro, su ropa era muy formal, la chica admitió que él se veía muy bien. Al principio pensó que era su amigo Adrien pero la mirada, la voz y el perfume del rubio no eran ni siquiera similares a los de su amigo.

—Tenga cuidado señorita, debería cambiarse los zapatos, los que está usando no son adecuados y en cualquier momento podría caerse— le dijo él, su voz grave y profunda hizo que se le erizara el vello de todo el cuerpo, el acento británico le terminó de confirmar que él no era Adrien.

Abrió la boca para agradecer pero él ya la había soltado y se estaba alejando, lo miró irse deseando volver a encontrarlo. Al día siguiente llegó al mismo lugar, lo miró salir de una cafetería, preguntó a las personas por él y logró descubrir su nombre, Félix Fathom.

Desde ese día ella empezó a estar pendiente de él por así decirlo, lo empezó a seguir en silencio, descubrió donde vivía, que hacía, lo que le gustaba pero nunca se atrevió a hablarle directamente. Cuando regresó a París, ocasionalmente viajaba a Londres en el traje de Cosmo Bug para saber de él, tenía un álbum lleno de fotos que le había tomado a Félix sin que él se diera cuenta, se puede decir que estaba un poco obsesionada.

Cuando él llegó a París la primera vez estaba tan contenta pero al descubrir que en cada uno de sus encuentros lo único que él quería era apoderarse de su prodigio la enfureció. Ella deseaba confiar en él, que fuera parte de su equipo de héroes, ya se lo había imaginado todo cuando le dió el prodigio del perro pero él tuvo que arruinarlo.

La última vez que lo vió fue ese día, se había excedido con él, le había hecho muchas marcas y se avergonzaba de su actuar, no debió llegar a eso pero el enojo, la traición, se habían apoderado de su mente y no pudo controlarlo, actuando como toda una cavernícola. Quería disculparse pero no se sentía lista para verlo, hasta había dejado de viajar a Londres para verlo de lejos porque la culpa la desgarraba por haber perdido el control de esa manera, solo esperaba que él no la odiara después de lo que pasó, no soportaría su odio.

—¿Sabes que hoy es el baile de diamantes?— escuchó decir a su amiga Alya.

—Como no saberlo, has pasado hablando de eso toda la semana— contestó mientras rodaba los ojos.

—Es que dicen que es un evento exclusivo de la alta clase, me da curiosidad que hacen ahí y pensé que nunca me daría cuenta pero alguien está transmitiendo el evento ¿Puedes creerlo?— la morena sonaba emocionada mientras miraba en vivo el evento por su teléfono.

—Adrien y Kagami están bailando ahorita, ellos son los reyes del baile, hacen una hermosa pareja— Alya le mostró su celular a su amiga y Marinette observó sin mucho interés la pantalla.

Pero cuando en una toma observó esos ojos verdes, esa manera de moverse pudo darse cuenta inmediatamente que ese no era Adrien y su mandíbula se tensó ¿Qué diablos hacía Félix ahí? ¿Otra vez haciéndose pasar por Adrien? ¿Y para qué? ¿Sólo para bailar con Kagami? La forma en la que él la estaba viendo hizo que le hirviera la sangre.

—Vaya y yo pensé que estabas felices por ellos ¿Por qué esa mirada de querer matar a alguien? ¿Te has enamorado de Adrien?— casi de inmediato una mueca de disgusto apareció en su rostro, Agreste era su amigo y nada más, jamás lo vería con otros ojos porque no era su tipo para nada.

El castigo de FélixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora