La leyenda de un degenerado en otro mundo

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"Amigo, tienes una polla enorme".

"¿En realidad?"

¿Es realmente tan grande?

Nunca me había comparado con otros así que no lo sabía.

Fue el verano que cumplí trece años cuando me di cuenta de que mi cuerpo, o más específicamente, una cierta parte de él, era diferente al de los demás.

Todavía recuerdo las miradas extrañas de mi vecina de al lado, la madre de mi amiga, quien escuchó de la inocente boca de su hijo lo de mi impresionante tamaño.

Mi amigo debe haber quedado fascinado por la enorme polla que vio en el vestuario antes de la clase de gimnasia.

Ahora resulta inimaginable, pero en aquel entonces ser diferente era vergonzoso.

Incluso me convertí en el blanco de burlas con el apodo de "Pene de Caballo".

Las chicas ignorantes me llamaban “Ey, pene de caballo”, “He oído que tienes un pene de caballo” o “¡pene de caballo!” hasta que se dieron cuenta de que era un término vulgar. Fue entonces cuando se creó una distancia familiar entre chicos y chicas, y me hice famoso entre los padres.

Aunque tener un pene grande no era un delito, pasé mis días de escuela siendo evitado por estudiantes femeninas...

Pero me encanta mi polla.

Si la flexibilidad de mi espalda lo permitiera, incluso lo chuparía yo mismo.

Por supuesto que no hay necesidad de eso.

Ahora que ya soy mayor, hay muchísimas mujeres dispuestas a chupármela.

Joo Hyuna es una de esas mujeres.

La madre de la chica que me provocaba. Después de tener un hijo, se convirtió en una esposa asexuada como muchas otras, incapaz de contener su cuerpo maduro. Una mujer guarra.

Ahora ella ama mi polla más que a su amada hija y esposo.

¿Tanto te gusta la polla del novio de tu hija?

—Hnnngg… ¡Eungggh!

Desde temprano en la mañana, irrumpí en su casa, más precisamente, en la casa de su marido, le abrí las piernas en el sofá, la senté encima de mí y le golpeé el coño.

Cada vez que mi polla se hundía profundamente dentro de ella, Hyuna apretaba fuerte su coño empapado, moviendo su gran trasero.

Cuando la follo así mientras hablo de su hija, ella gime y jadea con sonidos lindos e inapropiados para su edad como "Hnnngg, hnnngg".

Oye, ¡te pregunto si te gusta la polla del novio de tu hija!

Le tiro del pelo mientras empujo dentro de su coño.

“¡Sí…! ¡Me gusta…! ¡Me gusta la polla del novio de mi hija!”

Aprieto sus tetas con mi mano libre y empujo mis caderas.

Hyuna es el epítome de una MILF a la que quieres follar. Las esposas jóvenes que aún no han experimentado una polla real son agradables, pero prefiero los movimientos de cadera descarados de una MILF hambrienta de sexo a la que no le importa que la atrapen.

No podría discutir si alguien me llamara escoria.

“¡Uf!”

“¡Nnhgg!”

Un día, me golpeó como una revelación del cielo.

¡Debo follar a todas las amas de casa cachondas con esta polla!