La leyenda de un degenerado en otro mundo

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Fiona, al encontrarse con mi mirada, rápidamente dio un paso atrás y sacó su espada.

'Maldición.'

¿Se dio cuenta de mi intento de someterla por la fuerza?

Ella tiene buenos sentidos y movimientos rápidos.

Empecé a arrepentirme de haberle quitado el arma antes. Es como si estuviera decidida a no permitir ni un momento de descuido.

Ni siquiera tengo ropa, mucho menos un arma. Inmediatamente levanto mis palmas en señal de rendición.

Mierda. Esto es peor que cuando me persiguió el marido de Hyuna.

-Dejemos las armas y hablemos, Fiona.

"No digas mi nombre."

"Soy un empleado del Señor, igual que tú. Si me haces daño sin permiso..."

-Entonces, ¿por qué está Lady Verdia en tu habitación? Explícamelo de una manera que pueda entender.

"...Lady Verdia vino a verme."

"¿Por qué razón?"

"Bueno... ella pidió sexo. Dijo que no lo soportaba más."

"..."

"Es cierto."

Los hombros de Fiona temblaron.

"Lady Verdia... ¿vino a ti por una razón tan vulgar? ¿Te atreves a insultar a Lady Verdia delante de mí?"

Jaja, las vírgenes son una molestia.

¿Qué tan rápido es el camino desde que un hombre y una mujer se conocen hasta que tienen relaciones sexuales?

Fiona Arente. También es bastante atractiva. Cabello teñido de agua recogido en una cola de caballo y leggings ajustados que resaltan su bien desarrollada línea de caderas.

Sus pechos son más pequeños que los de Verdia, pero son unos pechos bonitos que se pueden llenar con una mano sin que falten.

Aunque claramente es una situación peligrosa, mirar a Fiona me pone la polla dura.

"Prepárate."

"Como podéis ver, me he rendido. No tengo intención de luchar. Además, estoy desnudo, sin ropa ni armas".

¿No tienes nada de esa caballerosidad que tanto aman los caballeros de este mundo? Protesto con los ojos.

¿Crees que puedes tener una pelea justa contra un insecto?

Cuando mates, hazlo inmediatamente. ¡La ley es exterminar con una herramienta letal!

"..."

No puedo perder más tiempo.

Recuerdo las enseñanzas de mi maestra de artes marciales, la Sra. Oh Seung-ah (38 años, copa G, 1 hija, 1 hijo).

¡Maestro! ¿Qué debo hacer cuando lucho contra un oponente con espada?

"Corre sin mirar atrás. Reza para que tus piernas sean más rápidas".

En efecto.

Qué respuesta tan clara. Recuerdo que me impactó...

«Maestro, hay más cosas en el mundo que no salen como tú quieres.»

Extraño ver al Maestro después de tanto tiempo.

No, ese no es el punto...

Porque cerré la puerta y salí apurado, me encontré contra la pared sin ningún lugar hacia donde correr.