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Los días pasaban y Killua parecía más ocupado que antes. Gon juraba que lo estaba haciendo a propósito para evitar el tema de la intimidad.

Aunque en parte no se quejaba, si habían avanzado. Parecía que ahora el albino estaba obsesionado con hacerlo llegar al orgasmo con únicamente usar su lengua, aunque diablos, como amaba eso, pero ansiaba más.

Ya estaban cerca del mes de septiembre y todavía vivían juntos, lo cual era una tortura. Tener tan cerca la cama y esa privacidad para no aprovecharla. Un desperdicio.

No volvió a hablarlo con Kurapika, sabía que seguía sin hablar del tema con su pareja como le había sugerido pero no, si lo hubieran conversado desde el principio lo más seguro es que se hubiera resuelto el asunto.

Ahora solo quedaba enfrentarlo, esa misma noche Killua llegaría de un viaje y el moreno se quedó despierto para recibirlo. No era la primera vez pero realmente se sentía diferente, tenía nervios y por lo ansioso de su naturaleza de conejo no le ayudaba.

Estuvo en el sofá frotando sus muslos, observaba la puerta y más de una vez se levantó para comer algo o ir al baño.

Miró el celular con el último mensaje donde le decía que estaría llegando en unas horas y que no lo esperara, que hablarían en la mañana.

Frunció su nariz redonda, recordando cuando lo había atrapado consumiendo un tipo de pastillas que jamás había visto. Lo nervioso que se encontraba Killua le hacía sospechar.

A lo mejor tomaba pastillas para evitar tener una erección y no acostarse con él. Dentro de su paranoia e inseguridad tenía sentido.

Paró de pensar cuando el ruido de las llaves le hizo saltar de su sitio y justo cuando su novio estaba apenas entrando se le lanzó encima.

—¡Killua, llegaste! —pequeños besos fueron dejados en sus mejillas, el más alto rió mientras lo cargaba con un brazo.

—Te dije que no tenías que quedarte despierto, ya son las tres…

El moreno hizo un puchero y lo ayudó a dejar sus maletas en la habitación.

A veces sentía que Killua realmente lo deseaba, notaba sus miradas y la manera la cual lo besaba con tantas ansías que el rechazo constante le hacía dudar.

—Tomaré un baño y luego haremos lo que quieras, ¿qué quieres hacer?

—Quiero tener sexo.

La cara del pálido fue todo un poema. Empezó a toser sin esperar esa respuesta.

—Ca-cariño, no puedes decir eso solamente de repente…

Hubo un silencio entre los dos. Las orejas del conejo se bajaron.

—Cuando me besas y me tocas siento que puedo estallar de lo bien que se siente, pero no llegamos más lejos y eso me hace pensar que no quieres o no te sientes cómodo conmigo…

—¡No, no es así! —la negativa le hizo mirarlo a los ojos antes de sentir como lo abrazaba con fuerza.

—¿Entonces… si quieres?

—Sí, claro que quiero. Es solo que… Lo siento, no quería hacerte sentir así. Es mi culpa y ya debería hablarte de eso.

En realidad Killua realmente si lo quería hacer pero su inseguridad lo hacía evitar hablar por vergüenza.

—¿De qué cosa? —la inocencia le hacía ponerse más nervioso.

—Te voy a mostrar, solo espera que me de un baño rápido. No quiero que te asustes.

Gon simplemente se sentó en el borde de la cama con la cabeza hecha un lío. Esperó unos minutos hasta que su pareja salió solo en toalla de baño, ahora que lo pensaba, nunca lo vio desnudo.

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⏰ Última actualización: Oct 22 ⏰

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Fluffy time ♡ | KillugonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora