┉┅━━━━━━━━━━━┅┉
Jinx estaba en la cocina, jugando a Mario Kart en su Nintendo cuando Vander comentó sobre los camiones de mudanza mientras bebía un sorbo de té helado. Estaba de pie junto al fregadero mientras miraba por la ventana observando a la gente nueva que se mudaba por el jardín delantero.
—No puedo decirlo con seguridad, pero por la cantidad de camiones, supongo que se está mudando más de una persona.
Ella respondió con algo evasivo, sus manos comenzaban a doler mientras sostenía su consola contra el frío y duro mármol de la isla de la cocina. Ambos estaban vestidos para descansar con ropas cómodas. Vander llevaba una de sus viejas camiseta, debajo un par de jeans gastados. Jinx llevaba una camiseta de Billie Eilish que le caía hasta los muslos y apenas cubría sus pantalones cortos de pijama de Rainbow Dash que nunca se molestó en cambiarse ese día.
Ninguno de los dos parecía querer salir de la casa y de todos modos, Jinx esperaba que así fuera. Seguro que no planeaba ir a ningún sitio más allá de su casa o el patio trasero.
—Tal vez haya alguien de tu edad, ¿No crees? —continuó Vander, con un tono cada vez más directo.
—No puedo pausar este juego —dijo en respuesta a su intento de conversación, tratando de no sonar demasiado malcriada.
Vander era un padre paciente, pero incluso ella sabía que no debía presionarlo demasiado ahora que era una adulta. Él nunca había golpeado a ninguno de sus hijos, excepto algún golpe en la cabeza a sus hermanos de vez en cuando, pero Jinx no quería obligarlo a echarla para que se las arreglara sola ahora que tenía dieciocho años y no estaba obligada legalmente a quedarse bajo su techo.
—Powder —apretó la mandíbula al oír su nombre de nacimiento, todavía odiando los recuerdos de una niña patética e inútil—. Sólo quiero verte salir de casa de vez en cuando —dijo Vander, ya siendo mas directo con la chica—. No has ido más allá del patio con Ekko en semanas, no has encontrado un trabajo y voy a empezar a recortar tu mesada si lo que vas a hacer todo el día es pudrirte en tu habitación...
Jinx lo interrumpió con un gemido explosivo.
—¡Muy bien! Enviaré más solicitudes ¿De acuerdo? —y por más, se refería al menos una—. Y Ekko me ha estado ignorando para pasar el rato con su nuevo amor, ¡lo cual está bien! Estaba muy desanimado porque Lux lo dejó y no quiero lidiar con su desánimo.
Además, ya no le gustaba tanto conducir desde Malibú hasta Palisades, ahora que Vi ya no vivía allí y Jinx no era la misma chica que conocía. Tenía un nuevo grupo con el que le gustaba pasar el rato y eso estaba bien. Al final ambos crecieron y se convirtieron en personas diferentes.
Vander se giró para mirarla por un momento y Jinx sostuvo su mirada por un segundo antes de volver a su juego. Él se dio cuenta de que había algo más en su razonamiento, pero no dijo nada, probablemente temeroso de que ella respondiera de forma negativa.
La culpa la carcomió al instante al ver lo cansado que se veía su padre. Solo estaba tratando de cuidarle, pero en realidad parecía mas que estaba tratando de recuperar el tiempo perdido. No era como si alguna vez la hubiera descuidado mientras crecía, a pesar de que Vi era la que los cuidaba a todos cuando él estaba viviendo lo último de su carrera de box hasta hace solo cinco años. Simplemente no hacían clic como el resto de sus hermanos lo hacían con él.
Vi era su niña de oro, la niña de sus ojos, la favorita. Claggor y Mylo también se llevaban bien con él y Jinx tuvo que preguntarse si Vander simplemente no sabía cómo tratar con una chica que era... bueno, como una chica. Maquillaje, manicura y ropa que lo hacían sentir incómodo al dejarla salir de la casa. Nada de lo que tuviera que preocuparse con Vi.

ESTÁS LEYENDO
Dulce Tentación
FanficLa cotidiana y aburrida vida de Jinx cambia en el momento en él que descubre que tiene un nuevo vecino. Y aunque al principio parase no estar muy interesada, todo cambia en el momento que conoce al mayor y atractivo hombre misterioso que vivía justo...