2. Del error al destino

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Jake nunca pensó que dejar una simple carta en el casillero del chico que le gustaba sería tan difícil. Su mejor amiga, Ashley, lo había estado presionando desde hacía semanas, diciéndole que ya era hora de confesarle sus sentimientos.

—Si no lo haces, nunca sabrás si tienes una oportunidad —le había dicho ella, con esa sonrisa que siempre lo hacía sentirse culpable cuando dudaba de sus consejos.

Con los nervios a flor de piel, Jake se acercó al casillero de Hunter, el chico que había captado su atención desde el primer día de clases. Era todo lo que Jake admiraba, simpático, atlético y siempre tenía esa sonrisa encantadora. Jake respiró hondo, deslizó la carta por la rendija, y salió corriendo antes de que alguien pudiera verlo.

—Lo lograste —celebró Ashley cuando regresó junto a ella—. Ahora solo queda esperar.

El joven asintió, aunque su estómago seguía hecho un nudo. Nunca había sido bueno con estas cosas.

Al día siguiente, el ambiente en la escuela se sentía diferente. Jake notaba cómo los estudiantes lo miraban con curiosidad, algunos susurraban entre ellos cuando pasaba. Algo no estaba bien. Trató de ignorarlo, pensando que todo era producto de su imaginación, hasta que vio a Tom acercarse a él.

El chico al que todos temían. Alto, de mirada intimidante, siempre vestido de negro, con el rumor de que participaba en peleas clandestinas fuera de la escuela. Nadie se atrevía a cruzarse con él. Jake sintió que el corazón se le aceleraba cuando vio su expresión seria, pero no agresiva.

Tom sostenía un papel familiar entre sus dedos y Jake lo reconoció de inmediato, era su carta.

—¿Puedo hablar contigo? —la voz de Tom, era grave pero calmada, y resonó en el pasillo.

El mundo se detuvo para Jake. Su cabeza empezó a girar, intentando comprender lo que estaba pasando. ¿Cómo había llegado la carta a las manos de Tom?

—Leí tu carta —continuó ahora con una media sonrisa que no era ni un poco amenazante—. Y quería decirte que... acepto tu confesión.

Los murmullos en el pasillo aumentaron. Los ojos de todos los estudiantes estaban fijos en ellos, esperando la respuesta de Jake. ¿Qué estaba pasando? Eso no podía ser real. Tom... ¿aceptando su confesión? La carta no era para él. No, era para Hunter.

Jake quiso gritar, decirle que todo era un error, pero cuando miró la firmeza en los ojos de Tom, el miedo lo paralizó. El rumor sobre las peleas de Tom, su reputación, todo lo que sabía de él le hizo imposible negarse. Además, el pasillo entero los observaba, y la tensión era tan densa que parecía que algo explotaría si decía lo incorrecto.

—Y-yo... —balbuceó Jake, su voz temblorosa. Pero las palabras no salían.

Tom, acercándose más a él, mantuvo su tono bajo.

—No tienes que decir nada. Desde ahora, somos novios.

Jake sintió que el suelo se desvanecía bajo sus pies. Los murmullos a su alrededor crecieron, y la presión del momento lo asfixiaba. Finalmente, asintió en silencio, incapaz de hacer otra cosa. Era eso o enfrentarse a lo desconocido, y en ese momento, el miedo le ganó.

Tom satisfecho, pasó un brazo protector alrededor de los hombros de Jake.

—Te recojo después de clases —dijo antes de caminar hacia la salida, dejando al joven estupefacto y al pasillo sumido en un silencio incrédulo.

Las siguientes horas fueron una mezcla de confusión, miedo y desconcierto para Jake. Tom, el chico más intimidante de la escuela, ahora era su "novio". Lo peor de todo era que no entendía cómo había sucedido todo esto tan rápido. Pero, a pesar del terror inicial, algo más empezaba a surgir en su mente, Tom no parecía molesto ni forzado. De hecho, había algo en su comportamiento que lo desconcertaba aún más.

Durante todo el día, Tom lo trató con una dulzura que nadie habría imaginado. Los rumores sobre él siempre habían sido oscuros, siniestros, pero cada vez que miraba a Jake, había una suavidad en sus ojos que contradecía todo lo que los demás pensaban.

A la hora del almuerzo, cuando Jake se sentó con Ashley, Tom apareció junto a él con una bandeja de comida y, para sorpresa de todos, se sentó a su lado.

—¿Cómo estás? —le preguntó Tom con una voz tranquila, como si no fueran el centro de todas las miradas del comedor.

Jake, todavía en estado de shock, solo pudo asentir. ¿Cómo podía alguien como Tom ser tan calmado? El chico que todos temían, el que supuestamente estaba involucrado en cosas ilegales, ahora parecía un novio protector.

—Te traje esto —dijo colocando una botella de agua frente a él—. Pensé que te vendría bien.

Ashley, quien había estado observando la escena con los ojos bien abiertos, se inclinó hacia Jake cuando Tom miró hacia otro lado.

—Jake, ¿qué está pasando? ¿Cómo terminaste con Tom?

No tenía idea de cómo responder. Aún no había procesado el giro de los acontecimientos. Lo único que sabía era que no se atrevía a decirle a Tom que todo era un malentendido.

Después del almuerzo, Tom lo acompañó a cada clase. Caminaba junto a él, a veces entrelazando sus dedos con los de Jake, algo que lo hacía sentir aún más confundido. El rumor se extendió por toda la escuela, el chico peligroso, estaba saliendo con el chico tímido.

Al final del día, Tom estaba esperando a Jake en la puerta de la escuela, tal como lo había prometido. Los demás estudiantes los observaban desde lejos, con curiosidad.

—Te llevo a casa —dijo Tom, como si fuera lo más natural del mundo.

Jake, sin más opción aceptó. Durante el trayecto, ninguno de los dos dijo mucho. Pero cuando llegaron frente a la casa de Jake, Tom lo miró con una intensidad que lo dejó helado.

—Sé que todo esto es nuevo para ti —dijo Tom, con una voz suave—. Pero no tienes que preocuparte. Voy a cuidar de ti, Jake. No dejaré que nadie te lastime.

Nervioso por todo lo que había sucedido, solo pudo asentir. Realmente no sabía cómo responder.

Antes de que Jake pudiera decir algo, Tom se inclinó hacia él, rozando sus labios con los suyos en un beso suave y breve.

—Nos vemos mañana —dijo antes de alejarse.

Jake lo observó mientras se iba, lo había dejado con un corazón latiendo descontroladamente.

—¿Qué acababa de pasar?

100 formas de shippear a Tom y Jake (BL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora