— Estoy realmente emocionada — brincoteaba Lola en el baño.
— No puedo creer que mañana sea el baile de graduación — Cece dijo emocionada.
— Es asombroso que tan rápido pasaron los años — habló Emma.
— ¿Vendrá?
— No lo sé. Últimamente nos hemos estado hablando menos — Emma suspiró.
— Qué mal — Lola hizo una mueca.
— Chicas, vamos, la ceremonia está por comenzar — dijo su compañera Rita que había entrado junto con ellas al baño.
— ¡No puedo esperar!
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— ¡Felicidades graduados! — dijo el presentador y todos muy felices tiraron su birrete.
— ¡AH! — gritaron Cece y Lola al unísono en cuanto se acercaron a Emma brincando de felicidad y quitándose las togas.
— Tranquilas, sólo nos graduamos, no vimos a alguien importante ni nada — las tres rieron.
— Igual quería gritar — confesó Cece sonriendo.
— Felicidades colegas — Lola les dijo a ambas y las abrazó.
— Aún no puedo creer que ya somos profesionales — dijo sonriendo Emma.
— Wow, pensé que era la única — Cece rió mientras tomaba las togas de las tres.
Y entonces Emma se dió cuenta de que sus amigas tenían una sonrisa realmente gigante y parecía que veían algo que estaba más allá de ella. O más bien, detrás.
Fue en ese instante en el que sintió una mano tomando su hombro y ella se giró para ver quién era.
— ¡Alex! — gritó Emma y lo abrazó, casi destruyendo las flores que traía en la mano.
— Te extrañé — él besó su frente — para ti — le dió el ramo.
— Gracias, estan muy bonitas aunque casi las destruí — ambos rieron.
— Lograron sobrevivir a pesar de eso. — Alex tomó la mano de Emma— ¿Quieres ir a cenar? Tus padres han dejado que te robe un rato — sonrió.
— Claro — ella sonrió y ambos caminaron hasta el automóvil de Alex.
Alex abrió la puerta para que Emma entrara y después rodeó el auto.
— Te extrañé tanto — fue lo primero que dijo Alex al entrar al auto.
— Ya lo creo — sonrió Emma y Alex arrancó el auto.
— ¿Pensaste que no vendría, cierto?
— Solo por un pequeño instante.
— ¿Cómo pudiste? — Alex se hizo el ofendido.
— Pero en mi corazón sentía que te vería hoy — sonrió.
— Te amo, Emma.
— Ya sé, yo también me amo — se burló ella.
— Si quieres te bajo aquí y me como la pizza yo solo — de nuevo se hizo el ofendido.
— ¡No! sólo estaba bromeando — casi lloraba Emma.
— Así está mejor — Alex sonrió victorioso. Le encantaba jugar así con su novia.
— Alex... — susurró Emma.
— ¿Qué pasa, hermosa? — Alex detuvo el auto en frente de la pizzería y la volteó a ver
— También te amo — y entonces él la besó desesperadamente.
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Déjame ir
Short Story- Alex, tienes que dejarme ir - se separó del abrazo. - No, Emma. No voy a dejarte ir - la abrazó más fuerte. - Alex, por favor... - le temblaba la voz. - No puedo Emma. Te necesito. - Bien. Entonces prométeme una cosa. - Lo que sea. Estreno: Julio...