El vuelo, la casa y la invitada.
—Pasajeros, por favor abróchense el cinturón de seguridad, despegamos en unos minutos. Sigan las instrucciones de seguridad de las aeromozas, tengan un buen vuelo. Passengers, please fasten your seat belts, we take off in a few minutes. Follow the flight attendants' safety instructions, have a good flight.
Increíble, estábamos sentados en el avión pero, ni yo ni mi hermano estábamos en la ventanilla. Nuestros abuelos se sentaron en dos filas por delante de nosotros, mientras que mi hermano estaba pegado al pasillo y yo a su lado en el medio. El asiento de la ventana estaba tomado por un hombre que parecía de todo menos bien. Venía con un aspecto pálido, creo que tenía ganas de vomitar. Encima estaba medio dormido y su cabeza recaía en mi hombro, era terrible. Suraj se reía de mí, pero yo estaba más cerca de la ventana que él, así que me lo tomo como una victoria. El vuelo sería largo, de aproximadamente 2 horas con 30 minutos. Por lo que durante todo el vuelo intentaré echar un ojo e ir eventualmente al baño para arreglarme... Me quedé dormida, luego de un rato desperté por un ruido, era el piloto avisando de que habrían turbulencias. Genial, lo que faltaba. Por lo menos el mareado tenía su cabeza hacia la ventana, la cual tenía cerrada. Y mi hermano, se quedó con mi almohadilla del cuello, andaba en el 5to sueño con música rock en sus audífonos. Qué en si eran míos, pero como no tenía celular se los dí. Aún quedaba una hora, y lo único que quería era salir de ese infierno que parecían décadas en vez de unas horas.—Tata, tataaaaaaaaaa—dice mi hermano en mi oído mientras me movía para despertarme.
—Que, ¿ya llegamos?— Digo mientras me estiro, madre mía, lo peor de los vuelos son los asientos, me dan un dolor de columna descomunal.
—Si, ya casi aterrizamos. Ponte el cinturón bien.
—¿No dieron nada de confituras o alguna merienda?
—Si, tengo la tuya en la cangurera, me habría comido la tuya pero no me gustó— pone cara de asco. —Tata..
—Dime.
—¿Cómo crees que será la casa?
—Creo que parecerá una casa de esas medievales tipo castillos—. Digo con mis ojos cerrados mientras dejo mi espalda descansar en el espaldar más tieso que pueda existir.
—Hagamos un juego, y quien gane tomará primero una habitación.
—Me parece bien, ¿qué propones?— Digo mirándole.
—¿Piedra, papel o tijeras?
—Me parece bien, pero quien gane llevará las maletas.
—Me parece bien, mientras el ganador elija la habitación.
—¡¡Piedra, papel o tijeras!!—Decimos al unísono...Uff, si, él papel y yo....
...
...
...
—Piedra...
—¡¡Siiii, en tu cara ratón de biblioteca!!
—¿De verdad no se te ocurre ningún insulto mejor?
—Cuando tenga una lista de buenos insultos no me molestaré en dedicartelos
—mhm— Le doy un coscorrón en la cabeza para que deje de joder.
—¡¡ayy!!
—¡Ayy!— Digo burlándome de él.
—Pasajeros, por favor, estamos aterrizando, abróchense el cinturón de seguridad y permanezcan sentados, no se levante hasta que acabe el vuelo, gracias por volar con American Airlines. Passengers, please, we are landing, fasten your seat belt and remain seated, do not get up until the flight is over. Thank you for flying with American Airlines.
Finalmente ya estábamos en tierra firme. Aquí comenzaría una nueva etapa de mi vida. Solo espero que no sea tan solitaria como mi vida en España.
Después de pasar unas horas en el aeropuerto. Llegó alguien con un carro de lujo. Pero no uno lujoso tipo moderno. Si no, lujoso en plan: carro antiguo que vale más que mi futuro; de esos. Tanto mi hermano como yo nos quedamos asombrados ante ese coche. En cambio, mis abuelos parecen que veían la cosa más normal del mundo.
—Señor y Señora Grifols, bienvenidos a casa.
Suraj y yo estábamos más que perplejos. Nos quedamos boquiabiertos hasta el punto que mi abuela le cerró la boca a mi hermano. —Mi niño, que te va a entrar una mosca. Mrinal, compórtate mi amor.
—Si—. Decimos ambos en voz baja.
—Bueno, ¿qué esperan para entrar al coche?. Delen, que tenemos que salir de aquí.
El otro señor, que supongo que es el chofer, ya que tomó nuestras cosas y las puso en el maletero. Le quisimos ayudar pero solo nos hizo señas de que entraramos al coche. Luego de que entraramos se quedó un rato en la puerta de la parte trasera, donde mi hermano y yo íbamos sentados. Cuando mi abuela se montó con nosotros el señor cerró la puerta y procedió a sentarse en el sitio del conductor.
—Bueno mis niños, él es Gustavo. Siempre trabajó para mi padre, no se dejen engañar por su apariencia joven jajaja.
Gustavo se mantenía serio mientras conducía y solo asentía con la cabeza y decía cosas tipo: 'correcto señor' o 'concuerdo'. Muy elegante a decir verdad, y si, se veía mayor, pero su forma de vestir y arreglarse parecía alguien más joven. Seguro que ese hombre se bañaba en colágeno y se teñía el pelo.
—La casa está vieja, pero tiene cimientos fuertes. Hay mucha historia detrás de ella...
Mi abuelo nos hablaba, pero mi hermano era quien le ponía atención, yo solo pensaba en comer algo mientras miraba el paisaje, lo que habían dado en el avión me lo comí saliendo del aeropuerto y en vez de saciarme me dejó con más hambre, peor que un chicle.. La ciudad que íbamos dejando atrás para adentrarnos en el campo era literalmente majestuosa. Pero la zona de campo también era preciosa. Había muchos pinos y árboles otoñales por todos lados. Siendo la vista realmente agradable. Luego de unas horas llegamos a la que sería nuestra casa. Era... se me quedaron cortas las palabras, es que era simplemente..
—Majestuosa— Dice mi hermano sacándome de mis pensamientos al igual que mis palabras.
—Uff, ya se me olvidaba como se veía.
—Ay Miguel no exageres, la última vez que estuviste aquí no fueron más de 10 años.
—¿Te parece poco querida?— Dice mi abuelo poniéndose las manos en la cintura.
—Gustavo.
—¿Si señor?
—¿Mi padre dejó la galería verdad?— Le dice mi abuelo.
¿Qué?, ¿esta casa también tendría una galería?
—Si señor. Está intacta, solo entró allí unas pocas veces hasta el día de su muerte. Decía que le recordaba a los buenos momentos que pasaron, quedó muy dolido después del ataque y solo la galería le traía paz.
Todos hicimos silencio ante lo que dijo, y mi abuelo solo se limitó a reír recordando los buenos momentos vividos.
—Bueno niños, entren a la casa y elijan sus habitaciones .
Mi hermano me mira y corre hacia dentro de la casa, yo iba detrás de él pero no podía correr, me dieron la caja donde venía el gato. Estaba muy nervioso.
—Uff, lo siento Mrinal, pero yo me quedo con esta.— Dice contemplando una habitación grande con baño incluído y un balcón.
—¿Qué, ahora eres Rapunzel y necesitas un balcón para dejar caer tu cabello?— Mi hermano rueda los ojos y me echa de la habitación.
—Busca tu propia habitación ratón de biblioteca— Dice empujándome fuera para luego cerrar la puerta.
—Que carácter.
—¡Te oí!
Sigo caminando por el pasillo, estaba en la 4ta planta de la casa y tenía como 6 o 7 pisos. Subo unas escaleras más y me detengo en una habitación que es pequeña para ser de una mansión pero muy acogedora. Allí habían varias pertenencias que parecen ser de mi tía abuela. Si lo deducimos por lo viejas que son y por las fotos que estaban en la pared. Tenía una cama rosa bebé o rosa cerezo, con las paredes pintadas de azul profundo, una ventana grande del piso hasta el techo de color blanca al igual que las cortinas; siendo estas algo transparentes. Dándole así a la habitación un toque elegante. El piso era de madera de color grisaceo y tenía una alformbra en la esquina de la cama, blanca al igual que las cortinas. El baño estaba al lado de donde estaba el closet. Y frente a la cama, al lado de la ventana se encontraba una cómoda con espejo y pequeños cajones incluidos. No había nada allí, excepto polvo y unos lápices. Bajamos a la cocina donde soltamos al gato, quien automáticamente se subió encima de las alacenas para contemplarnos como si fuéramos hormigas.
—¿Ya eligieron sus habitaciones?— Decía mi abuela mientras organizaba la cocina. Era mucho más grande que la sala de estar en la casa de España.
—Si, yo escogí la del 4to piso, la más grande de allí— Dice mi hermano viéndome de reojo.
—Oh, esa habitación era la de tu bisabuelo. Y tu mi niña, cuál escogiste?
—Creo que la de la tía abuela.— Digo levantando los hombros.
—Oh, si. Su habitación es la única de la 5ta planta. Allí está la galería, la biblioteca y una de las oficinas. Como a ella siempre le gustaron las cosas simples no quería una habitación tan grande, así que se la adaptaron. Ella es mayor que tu abuelo. Tenía 12 cuando se mudaron a España.
Yo solo me limité a asentir con la cabeza. —Y, ¿qué hay de cenar?— Digo mientras mi hermano se acerca al mostrador y yo me siento en el taburete.
—Estos niños solo están pensando en comida... Vayan a sus habitaciones y cuando recojan y arreglen todo bajen, ya estará lista la cena. El comedor está en esas puertas de allí.— Nos señala otra sala que ni siquiera nos percatamos de ella, ya que quedamos lo suficientemente satisfechos con el tamaño de la cocina, pero creo que el arquitecto de la casa no pensaba lo mismo.
Mientras mi hermano arreglaba su habitación a su gusto, yo solo me dediqué a organizar mi ropa, dejar las cosas en el baño. En si dejar el cepillo de dientes porque allí tenía hasta plancha de pelo. Me dejaron toallas, que antes no estaban allí y me dejaron ropa de cama. Increíble. En mi vida me he sentido como una princesa y eso que vivía bien en la India. Luego de organizar todo decidí hacer lo que toda persona curiosa haría. Explorar, chismear, husmear, de todo. Empecé por la primera planta...
Desde la calle se veía una casa rodeada de varios árboles que le quedaban por debajo, ya que estaba levantada sobre una especie de colina. Mi abuela decía que era como un rancho normal de los Estados Unidos. Vaya ranchos, madre mía. Detrás de una puerta y muros altos de piedra se encontraba un camino que te guiaba hasta la colina de la casa, bajo la sombra de varios árboles. Estaban las escaleras hasta la entrada de la casa. Y al pie de ellas, hacia la derecha, dentro de unas rocas tipo cueva se encontraba el garaje. Solo me asomé allí porque habían trabajadores limpiando el carro en el que llegamos y sacándole brillo. Literalmente, sacándole brillo. Vi a una señora peleando con un trapo pasandole al capó del carro con mucha furia. Decidí dejarlos trabajar y seguir explorando. Al entrar a la casa te encuentras con unas puertas grandes de madera pintada de blanco con cristales alrededor, haciendo ver la entrada encantadoramente elegante. En el recibidor hay una mesa redonda, con un exuberante ramo de flores, aunque yo diría más arbusto de flores. Realmente había una cantidad de flores exuberante. Y lo mejor, es que todas eran reales. El olor a frescura y naturaleza se sentía. Sobre el ramo yace un candelabro de velas. Sí, de velas. Tipo los que había en la Bella y la Bestia. Grandes ventanales a cada lado, créanme, que luz no faltaba, y era el recibidor. Por el costado un poco hacia atrás se encontraban unas escaleras de mármol, al igual que el suelo. A la derecha estaba la sala de estar con chimenea. Y a la izquierda el comedor. Con una mesa lo suficientemente grande como para toda la familia. Fácilmente allí se podían sentar como 20 personas o más. Y no diré nada de la sala de estar, parecía un salón de bailes de esos que se utilizaban en los años 1780. Era tan grande que las 20 personas del comedor podrían estar aqui con 5 amigos cada uno. La cocina estaba detrás del comedor. Y al otro lado, detrás de la sala, se encontraba algo que parecía ser una especie de mini biblioteca y oficina. En el segundo piso se encontraban las habitaciones de los empleados. Allí también estaba la lavandería, unas áreas de juegos y un poco más. En el tercer piso estaba la habitación de mis abuelos, junto a otras más que creo que deberían ser la de huéspedes. La habitación original de mi abuelo estaba en el 4to piso, pero como son mayores, prefirieron quedarse en el 3ro. Además, contaban con buenas vistas, por algo eran las habitaciones de los huéspedes. En la 4ta planta estaba la habitación de mi hermano, que era la de nuestro bisabuelo, también estaban la de nuestro abuelo y la de sus padres. En el 5to piso estaba mi habitación, o sea, la de mi tía abuela, junto a la biblioteca y la galería que tenía acceso a una oficina. En la galería había pinturas, retratos familiares y más obras de cerámica. Ya veo de donde salían los jarrones de mi abuela. Unas oficinas más a las cuales no entré porque estaban limpiando, arreglando y demás cosas, mi abuelo se encontraba supervisando que los trabajadores hicieran bien su trabajo.
Subí a la 6ta planta. Allí vi una oficina, dos habitaciones y con baños cada una. Era como una casa aparte ya que cuando subías en vez de un pasillo con varias puertas como las plantas anteriores te encontrabas con una sala de estar, digamos que decente, ya que tenía un tamaño normal. A la derecha se encontraba la habitación del tío abuelo, el que murió y por eso su habitación estaba cerrada. Mi abuela nos dijo anteriormente camino aquí que él tenía la edad de mi hermano cuando murió. Y la oficina estaba cerrada igual. Caminé un poco por la 6ta planta ya que no me concordaban las ventanas con lo que se veía desde el exterior. Busqué y busqué, no vi nada hasta que la luz del Alba iluminó una parte al final del piso que no había visto. La puerta estaba literalmente camuflada, no la hubiera visto si no fuera porque la luz del sol se reflejó en la manija de la puerta. Jalé, empujé, pero no se abría. Cuando me fijé bien en las bisagras y realicé que la puerta estaba al revés. En donde iban las bisagras, por allí se abría. Y por donde estaba la manija, allí estaban las bisagras. ¡Toda una locura! Cuando abrí, todo estaba oscuro, pero pude ver un poco como para saber que era la 7ma planta. Subí las escaleras a duras penas ya que rechinaban más que un colchón lleno de muelles. Me aguantaba del barandal para no caer. Todo estaba negro. Y pum. Me doy en la cara con otra puerta.
—¡Ayy!— Digo mirando arriba para ver por donde se abría la puerta y genial. Tenía un candado, que al parecer alguien olvidó cerrar antes de irse. Si, si, hice como toda niña buena y educada de no abrir el candado, es más, que hasta lo cerré.
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Obvio no, cualquiera sabe que no haría eso. Saqué el candado a duras penas, estaba oxidado y parecía haberse pegado a los hierros que lo aguantan, y entré. Había mucho polvo y poca luz. Cuando lo hice fui tan pero taaaan cuidadosa, que levanté una nube de polvo. Estornudé por unos segundos cuando acabé, lancé miradas a todo mi alrededor. Nada especial, cosas tapadas en sábanas, una ventana grande en forma de círculo con la G tallada en el cristal rodeado de flores, talladas igual en el cristal. Y si somos lo suficientemente inteligentes, sabremos que es la inicial del apellido de la familia. Esa era la única fuente de luz que tenía el ático.
Me quedo examinando todo mi alrededor, levanto algunas sábanas para ver que tapan, encontrándome con cajones, cajas llenas de libros, ropa, casetes, pinturas, materiales de diferentes tipos, herramientas igualmente de diferentes tipos y épocas. Vi cosas que nunca había visto antes. Como una máquina de escribir. Siempre quise ver una. Entre otras, había también un espejo grande, con un reborde que parece haber sido bañado en oro, algo parecido, ya que, no tenía mucho brillo. Y el espejo parecía estar roto o algo, no tenía muy buen enfoque, parecía más una lata vieja en vez de un espejo. Lo examiné un poco más, como para darme cuenta que la tapa bañada en oro estaba suelta. La quité, pesaba un poco, y me encontré con que el espejo tenía un pedazo de plástico protector. Pero como era muy viejo se veía horrible. Tomé la decisión de quitarselo, pero no andaba ni por la mitad, realmente estaba bien pegado. Cansada, tomé aire y me asomé por la ventana, había llegado gente. Podía ver desde abajo un carro que no vi en el garaje y gente que no había visto antes por la casa, deje las cosas como estaban y puse la sábana encima del espejo pero sin la cubierta de oro. Luego seguiría quitando el plástico.
Bajé a toda velocidad las escaleras y me encuentro con mi hermano escuchando a hurtadillas desde la puerta de la sala. Mi abuela, quien parecía ver a través de las paredes, deja de hablar con los invitados para decir..
—Mrinal, Suraj, vengan a saludar a nuestra invitada— Dice con un tono melódico, se ve que teníamos visitas, y parecía ser importante.
Mi hermano me dice que vaya primero, pero yo le empujo, quedando enfrente de la invitada. —Buenas, soy Suraj, y la tímida es mi hermana— Ayyy lo matooo, como se atreveeeee.
—Buenas, un placer conocerla señora... — Mi abuela completa —Donnelly.
—Un placer señora Donnelly.
—Un placer señorita Mrinal Yadav, sus abuelos me hablaron mucho de ustedes.— Sonríe la invitada y toma un poco de té. —Pero qué maleducada soy, me puedes decir Aranea.— Sonríe.
—Un placer Miss. Aranea.
—Jajajaja, Elenois, tus nietos son un encanto. ¿Aún te acuerdas de mi hijo? —Dice Aranea con una expresión maternal en su rostro. Ella era muy blanca, parecía albina, o era albina pero muy maquillada. Tenía unas facciones claras y bien definidas, no parecía tener más de 25 años. Sus ojos eran azules, pero pueden ser lentillas. Su cabellera era igual que su piel, blanca como la nieve. Imagino que su hijo debería no tener más de 10 años, espero que no me toque ser niñera.
—Ay si querida, me lo enseñó Miguel, como ha crecido tu muchacho. Ya es todo un hombrecito.— Le dice mi abuela para luego hacernos señas a Suraj y a mí para que nos sentemos.
—Y, ¿qué edad tiene su hijo, señorita Aranea?— Le dice mi hermano con un tono seductor en su voz, madre mía, él no pierde ninguna oportunidad, hasta se mete con mayores.
—Ay corazón, no me digas señorita, soy mayor para eso— Sonríe por el halago de mi hermano— Tengo 43 años.
Tanto mi hermano como yo nos quedamos asombrados, mi abuela nos lanzó miradas rápidas de odio. Mientras que la invitada solo se limitaba a reírse de la escena.
–-Ustedes se harán muy buenos amigos de mi Lance.— Dice ella feliz.
—¿Lance?— Decimos mi hermano y yo al unísono.
—Si— dice Aranea.
—Así se llama su hijo, y tiene 20, no es un bebé.— Dice mi abuela fastidiada de nosotros.
¡¿20?!, imposible, si esta mujer parecía de 25, madre mía. Y yo que creía que Gustavo se bañaba en colágeno, definitivamente esta mujer era colágeno puro. Madre mía. Las otras personas que estaban allí eran los guardaespaldas de Aranea, al parecer no éramos los únicos millonarios de la zona.
—Entonces Elenois— Pone su té en la cómoda —¿Me decías que tu niña irá a la universidad de mi hijo?
¡¿Queee?!
—Si querida, de eso queríamos hablar contigo mi niña. Irás a la universidad con Lance, él se ofreció a ayudarte con todo lo que necesites. Al igual que Aranea.— La mencionada me mira sonriente.
—Pero abuela, si vamos a estar por poco tiempo aquí en Reino Unido, ¿por qué tengo que ir a la universidad?¿No es mejor hacerlo vía online?— Digo con esperanzas de que pueda cambiar de opinión.
—Aw, mi niña pobrecita— dice Aranea para sentarse a mi lado y abrazarme por los hombros —Todo estará bien mi niña, para mí también fue difícil cuando llegué aquí. No te preocupes—. Me dice en un tono dulce. —Yo me encargaré que la pases bien en la escuela, yo trabajo allí, así que, cualquier problema que tengas o dudas puedes ir a mi oficina o hablar con Lance, estaremos encantados de ayudarte corazón.
—Muchas gracias Ara, no sabes cuanto aprecio tu ayuda. Hoy en día los jóvenes son muy complicados ja ja ja —Le dice mi abuela para luego echarnos de la sala —Niños, vayan a poner la mesa para comer, Ara, ¿te quedarás verdad?
—Oh, no querida, no puedo. Tengo una montaña de trabajo, pero me quise pasar por aquí para darte una bienvenida como te mereces.— Manda a sus guardaespaldas a buscar algo y traen varias bolsas. —Esto es para ustedes.— Uno de los guardaespaldas me tendió una bolsa. —No tengas pena mi amor, tómala.
—Muchas gracias Miss Ara.
—Gracias señorita Ara— Dice mi hermano para abrir la bolsa y encontrarse con una camisa que dice MESSI y unos zapatos para jugar futbol —OMG— Dice intentando imitar el acento extranjero con una sonrisa de oreja a oreja, mirándonos a mi abuela y a mí, estaba alucinando. Yo procedo a abrir mi bolsa y.... Me quedé estupefacta. Había una agenda junto a la saga de Crepúsculo, un clásico de los clásicos; y una bufanda negra. No tenía palabras. Cosa que nuestra querida invitada notó y solo me dió una sonrisa y una palmadita en el hombro que me hizo reaccionar. —Mu-Muchas gracias Miss Ara, esto es magnífico— No podía evitar darle una sonrisa de agradecimiento y felicidad incontrolable. Mi hermano corrió afuera para enseñarle nuestro regalo a abuelo. Mi abuela nos miraba con suficiencia mientras le agradecía a la invitada.
—De verdad Aranea, estamos muy agradecidos de tenerte aquí. ¿Cómo podemos pagarte lo tanto que has hecho y haces por nosotros?— Aranea solo se limitó a sonreír con satisfacción y felicidad.
—Para mí es un placer ayudar a quienes me ayudaron, no me tienen que dar nada, nunca será suficiente mi agradecimiento hacia ustedes. Y más cuando salvaron a mi niño— Aranea dejó caer unas lágrimas para luego ella y mi abuela estrecharse en un abrazo —Muchas gracias a tí Elenois, de verdad no sé cómo pagarte, lo mínimo que puedo hacer es ayudarte.
—Oh, querida, no tienes porque pagarnos nada, tu eres parte de la familia.
—Gracias de verdad— hace una pausa —Bueno, creo que ya debo irme, que disfruten su estancia aquí, lo que necesiten pueden solo cruzar la parte oeste del patio y allí cuando vean un camino tomar dos calles a la derecha y allí estará mi casa. Claro, eso si no quieren ir por la carretera— Sonríe —Que descansen y bienvenidos a casa.
—Gracias a ti querida ten una buena noche.
—Descanse Miss Ara— Le digo para después cerrar la puerta de la casa y reunirnos todos en el comedor. Me moría de hambre.
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Estábamos terminando de comer en un silencio gratificante con música clásica de fondo. Hasta que mi hermano rompe el silencio que nadie quería romper...
—De donde conocen a Aranea.— Mis abuelos dejaron de comer.
—Ella, la conocimos un día que tu abuela y yo vinimos a visitar a mi padre, hace unos 15 años. Su niño estaba muy enfermo y ella se había mudado hacía muy poco, por lo que no tenía dinero ni trabajo. Había ayudado a mi padre en muchas cosas. Trabajaba sin descanso aquí en casa. Se convirtió como en su propia hija. Al yo estar lejos, mi hermano muerto y mi hermana incapaz de poder hacer algo por su locura, ella era quien le hacía compañía, trabajaba a su lado y le cuidaba. Una madre soltera con un hijo de unos 5 años que estaba muy enfermo. Por lo que a cambio de ayuda, ella se ofreció a trabajar para mi padre. El cual casi iba a partir por su enfermedad y la vejez por lo que— Tose y toma agua— como uno de sus últimos deseos me pidió que me encargara de ella. Pues siempre estuvo a su lado. Me contó sobre su hijo enfermo y me dijo que le consiguiera a los mejores médicos posibles para que ayudaran a su hijo, era lo único que ella tenía. Un año después mi padre pareció mejorar, por lo que volvimos a España. Quedando mi viejo al cuidado de la señorita. Su hijo fue atendido por los mejores médicos, e incluso fue cuidado por tu abuela cuando estaba en recuperación. Ella era enfermera cuando joven por lo que sabía como ayudar con ello. Se estaba muriendo el pobre niño. Si no fuera por la bondad de mi padre y la gracia de Dios, el pobre niño no hubiera vivido un día más.— Los sirvientes recogen los platos de todos y nos dan el postre, dicho que, no me pude comer, estaba repleta con la cena, pero mi hermano era un barril sin fondo y mi abuela una fanática a lo dulce. Mi abuelo le hizo señas de que no quería nada y siguió con la historia. —Cuando regresamos a España, unos 4 años después mi padre murió. Tuvimos que volver por el funeral, el testamento y las renovaciones de la propiedad. La casa que está cerca de aquí es la de Aranea, y yo me quedé como heredero de la casa principal. O sea, esta. Mi hermana heredó su propiedad que está al sur del Pacífico y la de mi hermano fue dividida entre sus sobrinos.
—Y qué hay de la bisabuela, o sea tu mamá.— Intervine yo.
—Mi madre,— Suspira —ella está en España, después de que mi padre empeoró con su enfermedad envió a mi madre a que cuidara de mi hermana. No quería ver a su esposa sufrir por su enfermedad y pronta partida. Quería que ella disfrutara de su vejez, pues siempre estuvo al cuidado de mi padre, desde que se casaron. Mi madre se rehusó, pero no tuvo remedio. Pues mi padre siempre fue un hombre muy duro de mucha autoridad y su palabra era ley. Volvimos todos para su funeral y mi madre se quedó poco tiempo aquí en la casa. Dejó las cosas claras a los renovadores de que tenían que hacer y luego volvió a España. Unos años más tarde, 8 en total, seguimos con nuestra vida en España y llegaron ustedes. Pasaron dos años y ahora ya estamos aquí. De vuelta a los inicios.
—Abuelo no entiendo, ¿por qué nosotros nunca nos hemos enterado de esto hasta ahora?— Dice mi hermano mientras mi abuelo se levanta de la mesa.
—Mi niño, yo no tuve muy buenos términos con su madre y ella hizo todo lo posible por alejarse de nosotros. Casi nunca hablábamos con ella por— Mi abuela le mira —por varias razones, pero esas historias serán para otro día. Ya es muy tarde, vayanse a dormir.
—Y no olviden lavarse los dientes— Agrega mi abuela— Descansen mis niños, un besito— Mi abuela nos da unos besitos en la frente y yo me acerco para despedir a mi abuelo.
—Abuelito, duerme bien— Le damos un abrazo entre mi hermano y yo, él nos da un beso en la cabeza a ambos.
—Descansen mis niños, mañana será otro día.— Suben las escaleras y se van.
Mi hermano se queda recogiendo algunas de sus cosas que dejó en el salón y yo me dirijo a mi habitación. Recojo unas cosas, tomo mi ropa de cama y me dirijo al baño para darme una ducha. Luego de una larga y merecida ducha, hice mi tratamiento facial para luego quizás leer un poco antes de dormir, aunque no lo hice, ya que estaba muy cansada. Miré por la ventana, apagué las luces y me hundí bajo las sábanas. Mi cabeza no paraba de dar vueltas, fue un día larguísimo. No dejaba de pensar en mis padres, cuando empezaría la universidad, sobre el chico desconocido llamado Lance. Aranea, la vieja amiga de mis abuelos de apariencia joven y... el espejo. Mi tarea de mañana sería quitar toda la cubierta de plástico protector e instalar unas luces en el ático y adornarlo. Ese sería mi lugar feliz y tranquilo cuando quiera estar sola y nadie me encuentre. Después de pensar tanto, caí en un profundo sueño.... Mañana sería toda una aventura.~
Gracias por leer🩷.
Pasense por Rose_ll_03 .
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NIFLHEIM
Fantasy-Alejate del espejo- me dice una voz que reconocía perfectamente, era como música para mis oídos, una voz embriagante. -Y que harás si me niego a hacerlo?- Le digo en tono desafiante. -Pues tendré que tomar otras medidas para que te mantengas aleja...