The Karate Fox

Capítulo 1: Un Nuevo Comienzo

¡Hola a todos! Les traigo un nuevo fic en el que veremos a Naruto enfrentarse a un mundo completamente distinto al que conocemos. En esta historia, no habrá ninjas ni jutsus; Naruto se encontrará en un mundo donde las artes marciales y el kung fu son lo más importante. Este fanfic será corto, con aproximadamente 3 a 5 capítulos, pero lleno de acción, crecimiento personal y momentos emocionantes. ¡Espero que lo disfruten! Nos vemos en el próximo capítulo.

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El cielo estaba cubierto de un gris melancólico mientras Naruto Uzumaki, con apenas 12 años, terminaba de empacar sus últimas pertenencias en una vieja caja de cartón. La habitación, que durante años había sido su refugio, ahora se sentía extrañamente vacía. Los días de risas, de entrenamientos, y de las historias que su padrino, Jiraiya, solía contar, parecían solo ecos distantes en una casa que pronto dejaría para siempre.

En el centro de la habitación, sobre una pequeña mesita de madera, yacía una foto antigua enmarcada. Era de Naruto cuando tenía diez años, con Jiraiya detrás de él, ambos sonriendo despreocupadamente tras uno de esos agotadores entrenamientos. Era uno de esos días en que la vida parecía sencilla y las preocupaciones no existían.

Naruto tomó la foto en sus manos, sintiendo el nudo familiar en su garganta. A pesar de su fachada de chico fuerte, la ausencia de Jiraiya lo desgarraba por dentro.

— "¿Qué crees que pensarías de mí ahora, Ero-sennin?" —murmuró, usando el apodo cariñoso que siempre le había dado a su padrino.

Las lágrimas se acumulaban en sus ojos, pero Naruto las parpadeó rápidamente, negándose a llorar. No aquí. No ahora.

Jiraiya había sido mucho más que un mentor para él. Había sido un padre, un amigo, una guía en un mundo que, a veces, parecía empeñado en ponerle obstáculos a Naruto. Durante años, lo había entrenado en las artes marciales, no solo enseñándole cómo pelear, sino también mostrándole la importancia del equilibrio, la paciencia y el control.

— "Naruto, un hombre fuerte no es aquel que siempre gana las peleas. Es aquel que sabe cuándo no luchar" —le decía Jiraiya mientras ambos descansaban en el patio del dojo después de un largo día de entrenamiento.

Naruto nunca había entendido completamente lo que eso significaba. Para él, en ese entonces, pelear era una forma de demostrar su fuerza, de ser reconocido, de defensor lo que amaba. Pero Jiraiya siempre insistía en que el verdadero poder venía del autocontrol.

La última vez que entrenaron juntos, Jiraiya había preparado una serie de ejercicios especialmente intensos. Quería enseñarle a Naruto una nueva técnica que, según él, sería la culminación de años de entrenamiento.

— "Naruto, esto no se trata solo de la fuerza de tu cuerpo. Se trata de la fortaleza de tu corazón y tu mente", —le había dicho Jiraiya, su rostro serio pero afectuoso, justo antes de que algo cambiara para siempre.

Unos días después, Jiraiya falleció en un accidente. Nadie había estado preparado, mucho menos Naruto. La vida, que hasta ese momento había tenido un ritmo claro, se desmoronó. Dejó de entrenar. Dejó de pelear. Y en su lugar, se encerró en sí mismo, refugiándose en los recuerdos de lo que una vez fue.

El sonido de la voz de su madre desde la planta baja lo sacó de sus pensamientos.

— "¡Naruto, el taxi está aquí! ¡Nos vamos!"

Suspiré profundamente, dejando la foto con cuidado en la caja antes de cerrarla. Beijing. Una ciudad que apenas conocía y en la que ahora tendría que empezar de cero. Su madre había conseguido un trabajo allí, y aunque Naruto entendía la necesidad del cambio, no podía evitar sentir que estaba dejando atrás una parte de sí mismo.