"My Diary Multiverse", our new project, is an exciting exploration of emotions and narratives. This journal of ideas on Wattpad is where every thought, POV, and inspiration come to life. Aimed at curious and creative readers, we share glimpses of fa...
¡Holi! Mi nombre es CatiDreamer y sean bienvenidos al "My Diary Multiverse". En este primer capítulo encontrarán a un personaje de la historia creada por Chryssiel, un streamer de Colombia. En uno de sus videos en YouTube, él cuenta la historia de Dorian, un vampiro noble, a la aventurera S/N y habla de su primer amor cuando era mortal. Esa historia me encantó y me pregunté qué había pasado con ella y qué pasaría si pudiera volver a verla. Entonces surgió esta carta que van a leer pronto.
¡Espero que les guste!
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Dorian,
Podría reconocer esa piedra roja en cualquier lugar de este mundo. Lamento que haya tardado tanto tiempo. Alguien ya me debe haber disculpado por mi salida repentina y veloz del baile en tu propiedad, pero, de forma cobarde, tuve que retirarme así que te vi. Mis ojos no quisieron creer la visión que me pusieron delante de mí. No quise creer que, después de tantos y tantos años, fuera a encontrarte tan cerca de mi realidad.
No sé por el terror que habrás pasado, pero en esta carta te contaré mi atormentada y eterna búsqueda. Cuando tu padre y tú dejaron de frecuentar los grandiosos bailes, mi madre nunca me explicó lo que había pasado. Siempre que preguntaba, ella decía rudamente que no debía preocuparme por la gente de vuestro nivel y me prohibió verte. Llegó un momento en que me dijo que tu padre era un aprovechador y que tú eras de la misma especie, que solo querías aprovecharte de mí debido a las posesiones de mi familia y, por eso, os había expulsado.
El tiempo pasaba y mi madre me rodeaba cada vez más. Comencé a recibir visitas de hijos de nobles ricos que venían a tomar té para conocerme. Mi madre decía que iba a encontrar un buen marido fácilmente, pues siempre poseí una belleza angelical y tenía la mejor educación. Pero ninguno de esos hombres era encantador, dócil y atento como tú eras. Ninguno conseguía hacerme sonreír, ninguno me hacía olvidar quién era y ninguno alcanzó mi corazón.
Cuando te vi en el baile de la familia noble que llegó a nuestras tierras, mi corazón saltó de alegría, pero pronto las cadenas de acero invisibles de mi madre me ataron al suelo y no pude moverme. Intenté escapar escondida tantas veces para encontrarte, pero siempre me llevaban de vuelta a mi cuarto.
Hasta que, una vez, logré salir de casa sola. Me puse un hermoso vestido y recorrí las calles para encontrarte. Entonces, al doblar una esquina, vi una figura. Estaba jadeando y no pude discernir quién era en medio de tanta rabia. En un minuto, saltó sobre mí y, con lo que creí que eran garras, rasgó mi vestido y mi piel. Todo se volvió nublado, el dolor era grande y el calor de la sangre era agonizante. Solo pensaba que nunca más te vería. Pensé que iba a morir, pero la criatura huyó de repente. Los sirvientes de mis padres me encontraron y me llevaron a casa.
Quería verte, quería escuchar el sonido de tu voz y ya no me importaba si mi madre me castigaría y me obligaría a casarme con un extraño. Solo quería saber de ti, si aún tenías el mismo brillo en los ojos que ni el sol más brillante podía poseer. Sin embargo, el criado que envié no regresó.
Cuando las heridas sanaron, decidí buscarte por todos lados. Envié hombres de confianza a todas partes, pero no había ni rastro tuyo. Años más tarde, enfermé por tu ausencia y debido a mis pulmones débiles. Cuando la enfermedad golpeó a mi ventana, no pude evitar que entrara. Después del ataque que sufrí, descubrí que mi cuerpo era demasiado débil. Nunca antes podría haberlo imaginado. Mis padres buscaron ayuda por todas partes, pero no mejoraba con ningún elixir. No llegó ninguna noticia tuya, ni una carta. Las fuerzas comenzaron a abandonarme con el paso de los días. Ya no pude seguir buscándote, no podía levantarme de la cama.
Fue entonces cuando pedí que llamaran a un mago. Ya había oído hablar de que concedía deseos por un pequeño precio. Lo vi unos años antes en un baile organizado por él, el último en el que pude verte. Cuando entró en mi habitación, sentí que el aire se volvía pesado. Su presencia era imponente y abrumadora, pero ya no tenía nada que perder. Se sorprendió de que hubiera sobrevivido a las heridas. No me preguntó nada, solo me dijo que buscaba una hija, alguien en quien pudiera confiar, alguien que fuera su descendencia, pero no podía tener hijos con ninguna mujer. Dijo que mi voluntad de luchar era inmensa, pero que no podría recuperarme más, solo me quedaba esperar mi hora. Necesitaba más tiempo para encontrarte, así que acepté su propuesta.
E, entonces, dos colmillos afilados se clavaron en mi cuello. Sentí frío y mi corazón perdió el ritmo hasta detenerse por completo. Luego, sentí una enorme cantidad de energía, como si un rayo atravesara mis venas y cuando desperté, ya no estaba en mi habitación. Descubrí que el sol, que siempre amé que tocara mi piel en nuestros paseos por los jardines, se había convertido en mi peor enemigo. Y una sed interminable secaba mi boca de colmillos afilados. Mi nuevo padre había pensado en decir que había muerto por la enfermedad, pero eso me quitaría la libertad, así que decidió decir que me había casado con alguien de fuera y que había encontrado la felicidad.
Después de tantos siglos, pensé que habías muerto. Nunca volví a pisar salones de baile, pues la tristeza de los recuerdos hería mi alma corrompida por el desconsuelo. No volví a salir de mi nueva casa con mi nuevo padre. Hasta que él insistió en que fuera al baile en la casa de un noble distinguido. Y así que te vi, en el momento de saludar al anfitrión, una inquietud me invadió. Mi mente herida había borrado tu rostro de mis recuerdos, pero el collar que llevabas en el cuello, el mismo que pedí que te entregaran como una recordación, estuvieras donde estuvieras, hizo que todo volviera. Y entonces, un dolor me abrumó tan pronto como te vi mejor, entre los invitados. Te habías convertido en alguien como yo, condenado al mismo camino y sufrimiento. Sin embargo, también vi que tu corazón ya no era mío. Vi que sonreías para alguien más, que se escondía en las sombras. La misma sonrisa que me regalabas, aunque la estuvieras disimulando frente a los demás. Después de todo, la alegría fue demasiado corta, pues te perdí de nuevo.
