... waiting for love .. ୭ Desde hace varios años atrás se había creado la gran rivalidad entre hombres lobos y vampiros, a tal punto que solo habían quedado pocos vampiros existentes en aquel pequeño lugar gobernado por lobos, por lo que al poco tie...
Estamos a poco más de mitad de año. Para ser más específicos, finales de Junio, ¿Que viene con esto? Vacaciones de Verano, ¿Y esto que implica?
Juegos, desveladas, diversión, películas...
En fin, lo normal. Pero no para los chicos de la sub-unidad «Kanguru», en la academia “Memories”. “Memories” es la academia principal de música en la pequeña cuidad de Gidgegannup, Australia: dónde Christopher Bahng junto a su madrastra ───Minatozaki Sana─── estuvieron planeando un campamento musical para los chicos de la unidad más temprana de la academia.
«Tamboras, congas, placas, maracas...» todos esos instrumentos pasaban por la mente de Bahng que en este momento luchaba por mantener su cabeza en orden al tiempo que buscaba el salón donde se suponía, su madrastra estaba dando clases de teoría musical.
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Desde finales de Mayo y principios de Junio, la cabeza pelirroja de Chris estuvo llena de planificación para este campamento, pero ¿Por qué tanta obsesión por una actividad extracurricular? Oh, quizás esa no sea la mejor definición para el campamento.
Se suponía que los chicos estarían por lo menos un mes tocando y aprendiendo canciones en un bosque las afueras de Gidgegannup. Aunque lo especial es que toda esta práctica les rendiría para un concierto en uno de los teatros más importantes de su cuidad en Agosto once.
Así que la cabeza de Christopher no rendía para algo que no fuera el campamento.
Pues vaya que cuidar de veintisiete niños no sería fácil, y aunque nadie nunca le dijo que lo fuera, “Se profesor de música”, le decían, “Sera divertido”, ellos le decían.
Por lo que a tan solo una semana de dar por iniciadas las vacaciones Christopher llevaría las copias del documento con el permiso que los padres de los niños tendrían que firmar.
El pelirrojo toco la puerta del salón treinta y uno donde espero a las afueras un rato hasta que escucho un “¡Pase!”. Cuando entro todos los niños del grupo de su madrastra se levantaron y le dieron una reverencia formal.
─ ¡Buenos días señor Bahng!─ saludaron los niños a coro antes de que él mencionado les diera el permiso de volver a sentarse.
─ ¡Christopher, pregúntale a la seño Sana como recupere mi examen de teoría solo para ir al campamento!─ gritó Kai al fondo del aula. ─ Bueno, como nos recordó su querido compañero Huening Kai─ comentó el pelirrojo escapando alguna que otra risa ─, les traigo su copia con el permiso, que si o si, me lo tienen que traer el jueves firmado. Sana ya me dijo todo lo que han hecho para recuperar, pero sin pastel no hay fiesta.─ afirmó Christopher.
Así fue entregó las hojas para que los chicos la fueran pasando fila por fila hasta que se acabarán y/o sobraran.
El pelirrojo pudo ver la notable cara de entusiasmo en los pequeños alumnos, pues ninguno pasaba los trece años; ver a aquellos niños tan indefensos, pero apisonados por la música le hacía recordar a sus mejores momentos de infancia y por ende querer guárdalos en su bolsillo para protegerlos.
