Prólogo.

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Kim Namjoon entró en el salón donde se celebraba la reunión de los altos mandos, seguido por Kim Jisoo, quien llevaba un bebé envuelto en sábanas en perfecto estado de salud. El Sangre Pura frunció el ceño y levantó la vista hacia unas escaleras que conducían a unos asientos elevados, donde varios vampiros ancianos, de entre 300 y 500 años, lo observaban con cierto disgusto.

Namjoon miró hacia su izquierda y derecha, observando a los líderes y sublíderes de las demás familias de su país, y suspiró, algo desanimado. Choi Minho, apodado el 'Loco Choi', permanecía de pie junto a un anciano que era conocido.

—¡Es un sangre mixta, debe morir por la ley!—comentó uno que se levantó señalando a Kim Namjoon—. Ese ser que esa impura carga mató a la antigua Reina Madre y no solo eso, cometió una matanza ¡Murieron 100 sangre puras a manos suyas!

—Fueron solo ochenta—insistió Jisoo, frunciendo el ceño ligeramente ofendida mientras defendía al pequeño bebé.

"Ha destruido un pueblo entero", interrumpió uno de los cinco ancianos del consejo, "un pueblo que ha sido borrado de los registros terrenales. No queda ni una heredera para el trono de la Matriarca."

—No hay problema, he decidido que ocuparé ese puesto—dijo Kim Namjoon con voz serena.Los asistentes fruncieron el ceño mientras conversaban entre sí. Los ancianos se mostraron perturbados al oír esa propuesta.

—No podemos poner sobre el trono a un hombre que no permite la ejecución de un bebé de sangre sucia. Si desea convertirse en el Patriarca de los vampiros, ese bebé debe morir.

Kim Namjoon observó cómo una lanza se dirigía hacia Jisoo y el bebé. La vampira impura, con un gesto de su mano, interceptó la lanza a tiempo, sosteniendo al bebé con su brazo izquierdo. Sus ojos brillaban con un intenso color amarillo mientras miraba a su señor, esperando instrucciones. Ardía en deseos de acabar con aquel anciano gruñón: "¿Cómo osaba herir a su joven amo? ¿A un bebé?"

—¿Acaso no lo comprenden? No estoy negociando la vida de esta pequeña criatura, señores.

—La ley es así ¡Nuestra palabra es orden, Cabecilla Kim Namjoon!—gritaba el anciano que acaba de tirar aquella enorme lanza.

Kim Namjoon tomó aquella arma y la tiró en dirección de uno de los ancianos, el cual se había atrevido a lanzar aquella lanza para darle muerte segura al bebé. El arma atravesó el pecho del tipo y lo lanzó a la pared, quedando estancado con todo cuerpo, el vampiro empezó agonizar, escupiendo sangre y buscando liberarse aún con su fuerzas. Kim Namjoon apareció enfrente del tipo, se quitó su saco negro, dejándolo caer al suelo y luego enrolló las mangas de su camisa para no mancharlas de sangre, o trataría.

Los cuatro ancianos restantes contemplaron aturdidos al Cabecilla de los Toferghent. Viendo como el tipo tomó aquel rostro arrugado del vampiro más viejo y estrelló la cabeza contra la pared, la fuerza fue tanta que destripo todo el cráneo y sacando los sesos de su lugar de protección, los ojos cayeron al suelo y ya no quedó ni una cabeza. Kim Namjoon suspiró, sacando un pañuelo blanco y con elegancia se limpió los residuos de sangre, bajo la mirad de todos.

Yoon Jeonghan, el cabecilla de los Murkesht, retrocedió nervioso y con temor al sentir la gran presión en el ambiente, sentía que sus piernas podían flaquear y caer al suelo del miedo.

Otros de los dos ancianos corrieron hacía Kim Namjoon para darle pelea en puño, el toferghent ofreció a uno una patada en las costillas, atravesando su pierna por el pecho de aquel hombre hasta dejarlo caer al suelo, dejando la perforación, su corazón por el golpe tan fuerte había explotado en el momento. Al segundo que se abalanzó, lo tomó del cuello para luego tirarlo contra el suelo, presionando cada vez más su mano al rostro y la cabeza contra el frío suelo.

Nobility||NamseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora